martes, 8 de diciembre de 2015

Adiós

Empecé este blog hace casi cinco años. En unos momentos difíciles debido a la crisis y a una enfermedad grave de una persona muy cercana. En ese tiempo, he escrito miles de palabras. Mi blog ha tenido muchos amigos y me ha dado muchas satisfacciones. Como en todo lo que hago, puse mi corazón en este blog, hasta el punto de mantenerlo vivo de una manera constante. Pero, recientemente, mi vida ha cambiado. Mucho para mejor, me apresuraría a decir. No puedo decir exactamente cómo, porque eso sería inmiscuirte en mi privacidad y ésta empieza a ser de otra persona. Aparte, lo anterior ha coincidido en el tiempo con un reto profesional muy halagador que no puedo ni debo rechazar y, además, quiero darme un tiempo para vivir y disfrutar. 

Como resultado de ello, creo que ya no tengo la motivación para escribir como un Dominante que discierne. Quizás, un día lo echaré de menos y vuelva otra vez a ello. O puede ser que empiece otro blog en otro sitio con un tono completamente diferente. Justo ahora, me voy a tomar un descanso largo. Dejaré mi blog abierto en este sitio para el caso de que alguien tenga curiosidad por este estilo de vida o quiera leerlo, pero yo no voy a publicar más artículos.

Quiero darles las gracias a todos mis lectores y lectoras, especialmente a aquellas personas que han publicado comentarios o que se han tomado la molestia de ponerse en contacto conmigo. Adiós y muchas gracias por vuestro tiempo.
Ben Alí

domingo, 6 de diciembre de 2015

De nuevo, compartir

He recibido en mi correo privado algunas críticas feroces sobre mi artículo anterior “Compartir.” Soy consciente de que esto no es para todo el mundo y mi consejo es que, si algunos de ustedes tienen dudas sobre ello, no lo hagan. Se requiere un alto nivel de confianza del uno en el otro, y también, cómo no, un alto nivel de confianza en sí mismo. Creo que es esencial que nadie deba sentirse presionado en lo más mínimo en este tipo de actividades. 

Una de las preguntas que un lector me planteó y que me hizo pensar, fue: “¿Cómo se sentía el otro hombre? De alguna manera, siento que ha sido menospreciado o considerado de un estatus inferior, porque, en primer lugar, la mujer se ha entregado a él para el placer de su dominante…en cierto sentido, ¿está siendo utilizado y esto le molestaría?” Nunca me he visto en una situación igual, como la del “otro hombre.” Por lo tanto, no puedo estar seguro de cuál podría ser mi respuesta.
Estoy siendo tentado para ser un cínico. La mayoría de los hombres a los que se les ofreciera la oportunidad de tener relaciones sexuales sin condiciones añadidas con una mujer bonita, que es como se sirve en un plato, estarían poco dispuestos a mirarle la boca a un caballo regalado. Los hombres son lo que son y permiten pocas sutilezas éticas en el camino. Si un hombre quiere ofrecer a su chica y ella aparenta estar de acuerdo con ello, ¿cuál es el problema?
Pero, vamos a suponer que hay algunos hombres que pudieran ser sensibles a jugar a lo que es, después de todo, un papel subordinado. La dinámica central del encuentro se juega entre el Dominante y su sumisa. El otro hombre es el catalizador. Sus sentimientos al respecto sobre esto no son realmente importantes para ellos. Él está siendo utilizado por ellos para que estos puedan bajar a su propio escenario privado. La compensación por esto es que él pueda tener sexo. Lo consigue follándose a una mujer a la que de otra manera no tendría acceso.
Últimamente, mi punto de vista es que si el otro hombre puede contribuir a su placer y conseguir alguno para sí mismo, no hay perdedores. Y, ¿quién sabe en el curso de los acontecimientos qué conexiones interpersonales pudieran generarse? Pero, si usted  es tan protector de su propio estado y piensa que solamente consentiría copular cuando usted sea el centro de atención, casi con toda seguridad, compartir no sería de lo que se trate.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Compartir

He tenido varias conversaciones con la mujer de la melena rubia sobre el compartirla con otro hombre o incluso con otros hombres. Ella tiene mucha curiosidad sobre esto y, ciertamente, no es reacia, aunque comprensiblemente se ha puesto un poco nerviosa, ya que nunca ha intentado una cosa similar. He tenido que darle un montón de explicaciones para clarificarle mi posición al respecto. En primer lugar, ella necesitaba la seguridad de que mi deseo por entregarla no es una señal de que no me preocupe por ella. Por el contrario, le dije que si  estaba dispuesta a hacer esto por mí, si ella es lo suficientemente atrevida y de mente abierta, la admiraría aún más y la apreciaría muchísimo por ello.
“La mayoría de los hombres no son así ni se sienten de esta manera,” me dijo. “Son celosos de sus mujeres y las vigilan muchísimo.”
“Afortunadamente, no soy responsable de lo que la mayoría de los hombres sienten o piensan. Sólo sé cómo yo soy,” le repliqué.
Pero, ella teme que yo hiciera tal cosa, que la considerara una puta. Por supuesto, ella sabe que en mi libro, puta es un término de honor para una mujer que le gusta el sexo tanto como a mí.  Pero, entiendo lo que ella quiere decir. Con toda seguridad, ¿sólo las mujeres sin autoestima se involucran en el sexo en grupo? Trato de explicarle que no intentaría compartirla sin que yo estuviera seguro de que ella se auto valora a sí misma en gran medida. Y solamente me gustaría prestarla a alguien que yo considerara muy digno de ella y que la apreciara.
Ella se pregunta sobre mis motivaciones. ¿Por qué quiero hacer esto? Siempre tengo problemas para explicar esto correctamente. Es solamente la manera en que estoy conectado con ella lo que me excita. He intentado muchas veces escribir sobre esto en este blog y no creo que tenga mucho más que añadir a esto. Creo que, en última instancia, tiene algo que ver con la sensación de propiedad. Como su dominante dice en la “Historia d’O,” cuando le explica a O por qué él va a permitir a otros hombres que la utilicen. Porque, para empezar, sólo se puede prestar lo que es de uno. Sexualmente, la mujer de la melena rubia me pertenece totalmente. Si la entrego a otro hombre, es una demostración de que ella es de mi propiedad por completo y sin reservas. Así es como voy a experimentarlo, y cómo ella lo sentirá también.
Aunque ella se pregunta que, si está jugando con otro hombre, ¿yo participaría? Le digo que, hasta cierto punto, podría, pero lo más probable es que simplemente me limite sólo a observar. Entonces, ella me pregunta:
“Si usted está sólo observando, ¿no se sentiría excluido?”
Le explico que observar es algo muy activo para mí. Soy una persona muy visual. Me encanta ver películas, pinturas, fotografías y, por supuesto, a mujeres guapas en la pantalla y en la vida real. Observarla con otro hombre me daría una profunda satisfacción. Yo no tendría que tomar parte, aunque podría.
Es muy probable que ella nunca llegue a entender por qué soy así, ya que ni yo mismo lo entiendo, pero ella es feliz aceptando lo que la digo. Y, aunque al principio, ella no se fiaba, ahora está intrigada. He acordado una cita con otra pareja que también están en la D/s para dentro de un mes. Sigo hablando con el dominante sobre cuál sería el escenario y quién hará qué a quién. Es divertido anticiparse.
Habrá muchas personas que piensen que soy raro, o peor. Voy a permitir que sea un pervertido y me siento orgulloso de ello. Si esto provoca una reacción negativa en algunas personas, mala suerte. No se debe escribir un blog sobre el libertinaje si usted tiene miedo a la hostilidad, como tampoco se debe leer un blog si usted es una mojigata o un mojigato. No obstante, creo que la inmensa mayoría de mis lectores comprenderán el atractivo de este tipo de cosas, incluso si deciden que no es para ellos.