domingo, 27 de septiembre de 2020

El placer dormido

Tu presencia invisible

me habla al oído, 
me acaricia con suavidad,
 juega con mi cabello, 
inunda mis poros. 
 
Me invade por completo,  
mi piel te reclama, 
mis labios te añoran, 
mis ojos en lucha perpetua 
por permanecer cerrados, 
por no despertar 
de los sueños de nuestra unión. 
 
Sueño con tu llegada 
para, por fin, despertar 
y hacer infinito 
mi placer dormido.

 

Azotada con amor

Cuando me iniciaba como dominante, y de esto hace ya algunos años, se prestaba mucha atención a las relaciones de Disciplina Doméstica, y con razón. Debido a la gran cantidad de casos de abusos de alto perfil, hasta el punto de que este tipo de relación se había convertido en uno de los temas candentes del momento. Apoyo este movimiento y creo que no ha lugar para los abusos de ninguna clase en una relación, tanto si es física, mental o emocional. No hay lugar para el abuso en ningún tipo de relación. Lee esto de nuevo, si lo necesitas. Estar así con tu pareja, proviene de un lugar de ira, rabia, temor o pérdida de control. Tiendo a pensar que una persona que abusa de su pareja, se ve a sí misma como menos o más débil y está tratando de demostrar o ejercer algún tipo de juego de poder contra su pareja para convencer a esa persona, e incluso, a sí mismo, de su fuerza y poder. No hay lugar a para abusos de ningún tipo.
 
 Habiendo dicho esto, puede parecer hipócrita infligir dolor a propósito a su pareja, o incluso, tener el deseo de hacerlo. Sin embargo, dentro del estilo de vida del BDSM, o algún tipo de relación de intercambio de poder, muchas veces esto es exactamente lo que ocurre. Por lo tanto, hay una gran distinción entre lo que hacemos en este estilo de vida y lo que sucede en situaciones de abuso. Se llama… ¡Consentimiento!

En los casos de abuso, no hay consentimiento. Se hace contra la voluntad y el deseo de otra persona. Es un tratamiento no deseado con la intención de causar daño y miedo. En el BDSM, hay, o debería haber, pleno consentimiento e incluso un deseo de ambas partes por la actividad. En algunas instancias, incluso se hace para la gratificación sexual. No voy a entrar en los problemas legales complejos que rodean esto, ya que ese no es el tema de este escrito. Pero mencionaré que leí en otro artículo recientemente sobre un caso, creo que fue en el Reino Unido, donde algunas personas fueron declaradas culpables de un delito, a pesar de que tenían el consentimiento mutuo. Por favor, tenga en cuenta las leyes de su país y cómo este tipo de actividad es percibida, vista y las posibles consecuencias.
 
Hay razones, por las cuales, las personas de la comunidad BDSM pueden implicarse en actividades que involucran dolor. Podría ser para presionar la sumisión. Podría ser para alimentar el lado masoquista de alguien, o el lado sádico de otra persona. Podría ser por castigo. Hay muchos aspectos en este estilo de vida que pueden involucrar dolor o imposición física a otra persona. La mayor diferencia, por lo que se hace en este estilo de vida, es que no es por ira o rabia. Está muy calculado y controlado cuando se hace. Se practica con un propósito. Se realiza de una manera específica, planificada y prevista. Se ejecuta con el pleno consentimiento de los receptores, y siempre teniendo en cuenta su seguridad y bienestar en la mente. Al tener en su lugar, una palabra de seguridad, la sumisa puede incluso detener la sesión de inmediato sin hacer preguntas.
 
Personalmente, para mí, creo que mi uso del dolor en una relación Dominante/sumisa es doble. Uno, a lo largo de los años, he encontrado y descubierto mi deseo de infligir dolor, al menos, de una manera suave. Seré el primero en decir que tengo un lado ligéramente sádico que no sabía que estaba ahí desde hacía años. Esto se puso de manifiesto al estar involucrado con algunas sumisas que también tenían necesidad de recibir una variedad de dolores. Segundo, he sabido de mi deseo de infligir dolor desde una perspectiva de amor y protección. Esto es cierto… quiero decir que mi lado sádico se desarrolla con amor y cuidado.

Ahora puedes preguntar, ¿cómo puedes infligir dolor a alguien por amor? Me llevó un tiempo comprender este concepto. Creo que, como Dominante, si tienes una sumisa que necesita sentir dolor, o fuerza física de tu parte, entonces, eso forma parte de la dinámica que ustedes tienen. Mi sumisa puede necesitar sentir el dolor muy bien. Puede ser masoquista en algún nivel y tiene necesidad de sentirlo de mí. Esto puede ser en varias fases, en cuánto a por qué ella lo necesita, ya que el dolor favorece a que sienta mi control y dominación, hace que se sienta en su sitio como mi sumisa, le aporte la fuerza física que necesita para sentir que lo soporta por mí e, incluso tal vez, sea algo que la excita de manera sexual. Entonces, cuando es algo que necesita de mí y de nuestra relación, puedo hacerlo por mi propia satisfacción, pero también, por amor y cariño hacia ella y su necesidad y deseo de sentir eso de mí.

Cualquier relación trata de estar con alguien, porque la disfrutas y ambas partes satisfacen sus necesidades. Cualquier persona que esté con alguien que no satisfaga sus necesidades, no permanecerá mucho tiempo en esa relación. No tiene sentido estar con alguien que te deja insatisfecho y te deja un gran vacío. Al poder ser capaz de vivir con mi lado sádico, e incluso, explorarlo más, estoy también alimentando su lado masoquista. Porque le estoy dando lo que ella necesita, porque me importa. Porque quiero dárselo. Por que ella significa algo para mí. Incluso, iría más lejos como para decir que no darle el dolor y la fuerza que ella desea y necesita de mí, dejándola carente de nuestra relación, le es más dañino mental y emocionalmente que cualquier otra forma de dolor que yo pudiera infligirle. Sin embargo, siempre y, de todas las maneras, infligir dolor se realiza bajo un control completo, nunca cuando se está enojado o enfadado, y con un propósito.

Creo que este es un ejemplo perfectamente válido de por qué esto se conoce como un estilo de vida alternativo. Va en contra de muchas de las normas de cómo la gente debería ser tratada en nuestra sociedad. Es una forma alternativa de ver y conducir una relación. Sin embargo, cuando la pareja lo necesitan y lo desean, puede convertirse en una verdadera experiencia de unión y acercamiento entre ambos. Puede fortalecer la confianza que tienen el uno con el otro y, a su vez, su relación. Afectuosamente, me refiero a esto como “Azotándola con amor.” Porque es exactamente lo que es… darle el dolor y la fuerza que necesita de mí de una manera cariñosa y amorosa, y con cuidado y amor, como la intención completa detrás de esto.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Los beneficios mentales y emocionales

Hace una semana, leí un artículo titulado: “Las estadísticas se están convirtiendo en un verdadero dolor para mi trasero.” La mayoría de los artículos trataban sobre las luchas de las sumisas con los tipos de estadísticas y cómo algunas las odian y no las comprenden. Pero, ese no era el tema principal del artículo, al menos, no para la autora. Pues, por mucho que ella estuviera luchando y estresándose por eso, fueron las palizas de que le daba su padre en su infancia y adolescencia, las que le ayudaron a concentrarse y volver a la normalidad. 

Todas las personas que estamos involucradas en este estilo de vida, lo estamos por muchas razones. Todas, insisto, todas obtenemos algo de esta forma de vivir y necesitamos cosas que nos ayuden a mantener el equilibrio y sentirnos lo mejor posible. Sin ellas, sentimos que nos falta algo. Hay un vacío. A veces, son los mismos aspectos físicos lo que necesitamos. Otras veces, es la calma mental y emocional que nos da y, en otros momentos, es una combinación de todo.

 Por mucho que todos leamos y contemplemos los aspectos sexuales de este estilo de vida, no siempre se trata del sexo. Es lo hay detrás del sexo en lo que prosperamos. Es el poder y el control lo que nos impulsa. Para algunos, es el estar renunciando a ese poder y control. para otros, es tenerlo y poder ejercerlo. Sí, eso puede provocar el juego sexual y la excitación, pero es el poder, o la falta de él, lo que más necesitamos.

 En el caso de la autora P. Surren, no tenía nada que ver con el sexo y creo que, en la vida cotidiana, llevamos dentro este estilo de vida, que es típicamente el caso. Es estar en nuestros roles y lugar el uno para el otro dentro de nuestras relaciones. Hay sumisas que necesitan la orientación, el liderazgo y la dominación de su pareja y, existen dominantes que necesitan ser capaces de liderar, estar en el control y conseguir la sumisión de su pareja. Cada uno trabaja para ser lo que el otro, o la otra, necesita. Cada uno se alimenta del otro. Necesitamos ese intercambio de ida y vuelta para poder ser quienes somos, sentirnos bien y estar equilibrados y centrados… sentirnos enfocados.

Para P. Surren, ella estaba fuera de lugar, no podía concentrarse y estaba realmente estresada pasando unos momentos difíciles. Su dominante lo reconoció, la llamó a su lado y le propinó el azote que ella necesitqaba para poder liberarse del estrés, clarificar su mente y volver a su normalidad. ¿Qué es un azote en sí? Por casualidad, ¿dio su dominante un paso adelante, tomando la iniciativa, reconociendo su problema y tomando medidas con su posición dominante? Creo que fue una combinación de ambas. Eran ambas cosas lo que ella necesitaba para aliviar su estrés, poder sentirse más ella misma y volver a estar equilibrada.

Creo que esto habla en voz alta de la esencia de lo que es este estilo de vida y lo que significa para nosotros. No se trata solo del sexo, las ataduras o el juego salvaje. Se trata de la paz y la serenidad que nos brinda. Se trata de los beneficios que vemos a nivel mental y emocional al participar en una relación de intercambio de poder. De ninguna manera, es esto lo que a todos les gustan o necesitan, o es para todos. Sin embargo, creo que la base es casi la misma para todos nosotros. Se centra en el intercambio de poder y los roles de la relación, y cuánto necesitamos realmente eso en nuestras vidas. Ayuda a proporcionar el equilibrio que necesitamos para sentirnos como nosotros mismos a través de la expresión de este toma y daca de Poder y Dominio.

 Ciertamente, esto tampoco está orientado sólo para la sumisa. Creo que esto es muy necesario también para el Dominante. Por mucho que la sumisa necesite sentir ese poder sobre ella, el Dominante necesita sentir su poder y control y saber qué se espera de Él, aceptado por Él y que este tipo de acciones aportan grandes beneficios para su sumisa. En el caso de P Surren, estoy seguro de que su Dominante gozó tanto de sus azotes como ella. No hay mejor sentimiento para un Dominante que la satisfacción de ver a su sumisa contenta por su dominación, y saber que ésta es así, gracias a Él.

 Todos ganamos con esto, tanto el Dominante como la sumisa. Los beneficios mentales y emocionales para ambos son enormes. Y cuando todos estamos contentos y felices, el resto de la relación podrá florecer e ir a más, también. Por lo tanto, ve a azotarla, o a cualquier actividad que prefieras y encontrad vuestro equilibrio y felicidad. ¡Te está esperando!


viernes, 11 de septiembre de 2020

Sin una idea clara...

 Las siguientes preguntas me has hizo una sumisa que sigue mis escritos desde hace años.

1. ¿Dónde está la línea entre un imbécil y un dominante? Porque, usted ya sabe, vista desde fuera, esa línea no puede ser tan clara. 

Creo que esto es un poco subjetivo y depende del ojo del espectador. Lo que una persona pueda ver como a un imbécil, otra puede verlo como un Dominante normal. Lo que una persona ve como Dominante, otra persona puede ver lo que necesita. No sé si puedo escribir esto adecuadamente. Personalmente, creo que hay una diferencia en ser Dominante, y Dominante. Hay una diferencia en despreciar y descartar el control y el poder, porque sientes que puedes, en lugar de tener ese control y poder, y saber cómo y cuándo usarlo.
 
 Ser Dominante, se trata de ser un buen líder. Se trata de ser alguien a quien merezca la pena seguir y recibir sumisión. Se trata de ganar confianza y respeto. Se trata de presionar y probar, pero estando en los límites y el borde. Ser Domiante  trata más de tener autocontrol y mantener el control, que de empuñar constantemente tu fusta dominante e imaginarla. Se trata de ser digno de tener una sumisa arrodillada a tus pies, y necesitando servirse de sus propios deseos porque te has ganado esa posición con ella, en lugar de exigirla. Al menos, estos son mis puntos de vista personales, pero eso puede ser diferente para todos. No existe una línea clara sobre lo que puede ser, y puede ser diferente para todos. Sólo tiene que encontrar lo que funciona mejor para todos los involucrados.   
 
2. ¿Piensas que es importante o, de alguna manera, útil, ser parte de una comunidad asistiendo a kedadas y similares? 
 
Creo que puede ser útil conocer a otras personas en tu ciudad, que también están en este estilo de vida. Muchas personas pueden sentirse solas, como si estuvieran en una isla ensimismadas en esto. Tener la gran extensión de Internet, ha ayudado a unir personas de todo el mundo, pero, en realidad, encontrar a gente cercana en persona, y desarrollar amistades actuales con personas de ideas afines, nunca es una mala cosa. La mayoría de los grupos que he conocido están muy relajados, casuales y abiertos a gente que se unen entre ellas. Las kedadas son una manera grandiosa de empezar, ya que se encuentran en un ambiente informal y vainilla. Ello te da la oportunidad de conocer a gente, hablar sobre cosas normales, como también de cosas perversas, y sentir a los demás en este estilo de vida. Siempre es interesante para mí encontrar a otras personas en esto y ver cómo llevan sus relaciones D/s y BDSM. Por lo tanto, sí, creo que esto puede ser útil y una cosa buena por hacer.
 
3. Si tuvieras dos semanas seguidas con una esclava o sumisa y bastante dinero, ¿dónde irías? ¿Qué harías? El cielo es el límite. No sea tímido, Ben Alí, y danos unos detalles jugosos.
 
Ummm... hay muchas opciones y no hay tiempo suficiente para tocarlas todas. pero, puedo prometer que habría mucho libertinaje.