“¡Te avisé! Te dije cómo sería esto.
Ya te dije lo intenso que podría ser y probablemente llegaría a ser. Ya te dije
lo emocional que sería todo esto para tí. Te dije que esto no sería como
ninguna otra relación que hubieras tenido anteriormente. Ya te dije que sería
muy difícil volver atrás, una vez que yo te hubiera llevado allí. ¿Me crees?
¿Pensabas que te estaba mintiendo? ¿Realmente estabas pensando que yo te decía cosas
para atraerte? Tal vez, si… tal vez, no. Tú no tenías forma de saberlo. No
tenías un punto de referencia. Nunca has estado aquí antes para ser capaz de
entenderlo. Pero… ahora ya ves. Ahora lo has conseguido. Ahora comprendes.
Ahora… ¡lo has probado y vivido y no quieres volver atrás!” Le decía a ella,
He leído bastante sobre muchas
mujeres que decidieron abrazar y realizar su naturaleza sumisa. Ella sale del
armario y se vuelve más abierta acerca de quién ella es y qué necesita ser.
Pero, ¿sabe ella, realmente, para lo que es? ¿Realmente, sabe ella qué cambio
emocional y mental va a tener? ¿Incluso, sabe ella realmente lo que quiere y
está dispuesta a hacer? ¡No! No existe ninguna manera de que lo pueda saber.
En este sentido, hay varios aspectos
que podemos observar. Hoy, solo quiero centrarme en las emociones. Más
específicamente, en las emociones que surgen y comienzan a evolucionar una vez
que ella da los primeros pasos y se pone en marcha en este estilo de vida. Una
vez que una mujer sumisa se enfrenta a sus necesidades y deseos, y encuentra al
Dominante adecuado para liderarla por este camino, es cuando las cosas se hacen
mucho más profundas de lo que ella las hubiera podido imaginar.
Desde mi experiencia personal, puedo
decir que ninguna mujer, no importa qué o cómo trates de explicárselo, puede
comprender cómo sus emociones evolucionarán. Cómo sus necesidades crecerán.
Cómo esto llegará a ser una “hermosa y única adicción” para ella. Esta no tiene
manera de saberlo. A partir de ahora, ella no tiene un punto de referencia. El
dominante puede penetrar en el alma de una sumisa con una cierta intensidad.
¿Cuán emocional llegará a ser? Hasta que realmente esté allí y sentirlo, en
verdad, no puede saberlo ni comprenderlo.
De todos modos, conmigo, siempre
sería requerida a estar abierta y ser honesta. Sería requerida a abrirse a sí
misma y hacerme partícipe de sus pensamientos interiores como ella nunca lo ha llegado hacer en su
vida. Se enfrentaría a ser vulnerable como nunca antes lo ha estado en su vida.
A muchas mujeres, esto les infunde miedo. Temor a tener que ser tan
transparente. Miedo a tener que compartir su lado oscuro recién descubierto por
ella misma. Temor a que le hagan daño por ser tan comunicativa. No hay nada que
esconder ni vuelta atrás. Muchas veces, en el pasado, le han hecho daño, se ha
retirado y le han puesto tantas barreras que necesita toda una cuadrilla de
demolición para derribar esos muros. Este puede ser un momento muy emotivo para
ella. Quiere esto y lo necesita, pero, al mismo tiempo, tiene miedo, conforme
se va introduciendo más y más en este estilo de vida por conversaciones, fotos,
tareas, etc.
Aquí es, donde tener el Dominante
adecuado es tan importante. Es en este preciso
momento, cuando toda su sumisión se pone en equilibrio. Esto puede
llegar a ser lo mejor del mundo para ella o, puede convertirse en la pesadilla
que tanto teme. ¿Quién tiene la llave
para controlar en qué dirección se moverá? Su Dominante. Le corresponde el guiarla
a través de esta jungla de emociones. Le toca apoyarla, hacer todo lo que pueda
para que se sienta segura y demostrarle que la cuida. Él no está ahí solo para
usarla, hacerle todas estas cosas duras y tratarla como una basura. Aunque esto
puede ser lo que ella cree por todo lo que ha visto y leído en Internet. Está
ahí para ayudarla, apoyarla y sostenerla. Está ahí para liderarla por este
camino, ayudarla a enfrentarse a sus miedos y ver que le explica lo que dice y
es lo que él dice que es. Que no está ahí para ponerla por los suelos, sino
para mantenerla levantada. Es a través de este apoyo y cuidado cuando ella
empezará a creer que su Dominante está ahí por ella. Que, realmente, quiere
ayudarla a ser lo que ella necesita ser de una manera cariñosa y amorosa. Que
no quiere cambiarla, sino que quiere abrirla y ayudarla a extender sus alas
para ser lo que ya es de una manera definitiva.
En la sociedad, hay montones de
dominantes o, pseudo dominantes. Harán todo tipo de afirmaciones. Muchos
piensan que se trata de tener a una mujer inclinada ante ellos, puesta de
rodillas, succionándole su pene cada vez que ellos quieran, etc. Piensan que
sería bueno tener una mujer para hacer cualquier cosa que ellos digan. Lo que
ellos no saben y no se dan cuenta, es que se va mucho tiempo y esfuerzo en una
sumisa al apoyarla y cuidarla. No se dan cuenta que, en términos
contradictorios, que contra más se den a ella, más recibirán de ella. Hay
muchísimo trabajo por la parte mental y emocional de una relación D/s, antes de
que realmente puedas apreciar y aceptar la parte física del mismo. No es de
extrañar que muchas de las sumisas que he tenido conocimiento, hayan tenido
problemas con este estilo de vida de la D/s. Afortunadamente para nosotros, los
buenos Dominantes (sí, me estoy sobrevalorando a mí mismo), tiramos y seguimos
delante de una sumisa manteniendo su curso y búsqueda, incluso después de una o
dos malas experiencias.
Mi punto de vista es este... a veces,
hay momentos muy emotivos en una sumisa al enfrentarnos con lo que ella es. Se
requiere mucho trabajo y esfuerzo para ser capaz de guiarla y conseguir que se
sienta cómoda con su nueva realidad. Ella necesita un Dominante detallista y
fuerte que sea capaz de trabajar a través de este proceso con ella y que
también quiera trabajar a través de todo esto con ella. Si te tomas el tiempo
para construir esta base, mostrarle su camino, mostrarle lo grandioso que esto
puede ser, cuidarla, quererla y apoyarla, entonces, estás construyendo unos
fuertes cimientos para su futuro y, también, el tuyo. Ella va a ser mucho más
leal y ella misma se entregará por completo, si ve y sabe que estás dispuesto a
darte también. Si su base es débil, bueno… no se sorprenda cuando la casa
empiece a venirse abajo. No es culpa de nadie, sino de usted mismo como su
Dominante. Ella no tiene manera de saberlo de otra manera y está contando con
usted para aprender y liderarla.
¿Puedes hacer esto? ¿Puedes construir
una base sólida para que ella tenga sus pies en suelo firme? ¿Puedes trabajar
con ella de la manera que necesita y se merece? ¿Puedes entregarte a ella,
para que, en reciprocidad, pueda
entregarse a tí? ¿Puedes? ¡Estupendo! O ¿es mejor no actuar cuando tienes
montones de problemas que no se pueden resolver? Ella se merece lo mejor y todo
lo que tú tienes. Si no puedes darle eso, entonces, es mejor que te quedes en
la piscina infantil hasta que hayas crecido lo suficiente para nadar con las
personas adultas.
Es lo mejor que he leído a día de hoy acerca de las necesidades de una sumisa, y la actitud de un Dominante con la adecuada madurez personal para permitir que ambos dos "crezcan", no sólo en la relación D/s sino lo que es aún más importante,como personas. Me ha conmovido.
ResponderEliminarGracias y feliz año.
S.
Muchas gracias, sialbeya por tu comentario y loa.
ResponderEliminarEs tan sencillo plasmar lo evidente para que las propias experiencias puedan ser útiles a los demás que, cualquier esfuerzo merece la pena.
Feliz año y mucha suerte para.
Ben Alí
No es tan sencillo :) Para plasmarlo así hay que ser capaz de sentirlo, de saberlo y de escribirlo. Infrecuentes las tres cosas...
ResponderEliminarNo es tan sencillo :) Para plasmarlo así hay que ser capaz de sentirlo, de saberlo y de escribirlo. Infrecuentes las tres cosas...
ResponderEliminar