Una seguidora anónima, y que desconozco, me ha pedido
encarecidamente que le publique este post en mi blog. Como creo que puede tener
un cierto interés para las personas que me siguen,
he decidido publicarlo respetando íntegramente su
texto.
Sobre mí.
Soy
una señora de mediana edad con curvas y muy curiosa. He estado leyendo montones
de libros y blogs sobre el estilo de vida de la D/s desde hace un año. Pero
siempre, durante toda mi vida, he tenido inclinaciones sobre este tema. Todavía
no me he atrevido a actuar sobre mis necesidades íntimas, pero he empezado a
dar los primeros pasos. Creo que soy sumisa o masoquista, no lo sé. Me gustaría
que me sometieran, definitivamente, someterme primero.
Estoy
casada, pero mi marido no está interesado en esto y estoy buscando a alguien
con quien yo pueda hablar sobre esto y explorar cómo podría funcionar esto para
mí o si pudiera funcionar también en otras relaciones.
También
estoy buscando a alguien para tener una sesión, aunque todavía sin relaciones
sexuales, mamadas ni besos. Tal como alguien inteligente me sugirió, busco a
alguien que ya tenga una relación. No pretendo ser el amor de su vida, sino
solo una pareja para tener una sesión o las que sean con él. O una pareja
interesante. Valoro mucho una sesión sana.
Lo
que realmente quiero es ser dominada. Atada. Tal vez, forzada con juguetes.
Inmovilizada, agarrada con brusquedad. Azotada. Obligada a no correrme y
también obligada a correrme sin poder hacer nada. En un palabra, control de mis
orgasmos.
El día que le presenté la
lista a mi marido
Yo había estado
postergando y buscando todo tipo de excusas para no mostrarle a mi marido una
lista de “implementos y productos similares, blogs, artículos, libros y, por
curiosidad,… si quieres intentarlo…”, “no, por ahora… los límites…el dolor, el
placer…” que alguien en este blog muy generosamente me inspiró para que lo
hiciera.
“Esta semana no había
tiempo, no era el momento….” Mis miedos eran tan tremendos que mis propias excusas a mis constantes
decisiones de hablar con él entraban en permanente contradicción. Todas mis
excusas eran válidas. Pero, yo me estaba poniendo cada vez más ansiosa e irascible,
sin aparentarlo ante él y sin tener que hablar de ello, pero deseándolo. “¿Le gustará hacerme algunas de estas cosas?” Si no es así, “¿Me permitiría
que me las hiciera otra persona?” Grandes preguntas.
Él tenía la sospecha de que yo estaba explorando en algunos blogs y, especialmente, en un muy
concreto. Que había asistido a algunas kedadas, reuniones y charlas sobre la
D/s, spanking, etc., e incluso, intuía que yo había sido ya azotada. No
obstante, yo era muy consciente que él no tenía ni idea de lo que esto implicaba para nosotros,
debido a que estábamos legalmente casados. Quería que él
supiera y que estuviera de acuerdo o no con lo que yo pudiera hacer o no (o
no). Yo pensaba que mi estatus era el de una mujer “sin dueño,” porque no tenía
un Dominante, ya que mi marido, en cierto modo, no era mi dueño y esto también
es bien visto. Por lo tanto, estoy luchando contra ello, sobre lo que puedo o
no puedo hacer, pero también feliz por no tener que pedir permiso.
Elegí un fin de semana
fuera de casa para tratar de plantearle el tema. Sólo los dos, pero no hubo
interés. El viaje en sí, fue de trabajo para él y, en
realidad, ni siquiera se relajó. Algo que no llegué a comprender. Frustración
para mí, frustración para él. Así que lo dejé pasar y volví a la carga de
nuevo. Esta vez, durante la semana siguiente.
Lunes por la noche
Empezamos a hablar sobre
otras cosas, pero terminamos comprendiendo que ambos tenemos algunas
necesidades que no estaban siendo satisfechas ni por el uno y ni por el otro y
preguntándonos cómo podíamos apoyarnos mutuamente para realizarlas sin
convertirnos en alguien más. Una conversación profunda. Cansada, pero buena.
Terminamos tratando de que él me introdujera un butt plug en mí. ¡Hurra! En
cambio, él me ordena que le haga el desayuno a la mañana siguiente. ¡Doble
hurra! Estúpida, no lo sé. Pero aquí se trataba de dar pasos, aunque fueran
pasos de bebé.
Martes por la noche
Tiempo libre, paseo por
el parque. No tengo que presionarle demasiado. Pero un poco de búsqueda por
Internet produce un par de buenos enlaces a talleres de sexo tántrico. Algunos blogs, libros
que había leído y comprado, etc. Tal vez, algún día…
Miércoles por la noche
Abro el ordenador y le muestro la lista de las cosas que yo deseaba que él me hiciera. En
realidad, era un documento de Google, en cierto modo,
profesionalizado. Simplemente, fue increíble. Mientras estaba sucediendo, yo estaba
pensando. ¿Realmente estaba ocurriendo
esto o yo estaba delirando? ¿De verdad, estaba yo hablando a mi marido acerca
de todos los puntos de la lista, buscando en Google las palabras cuando él no
sabía nada de ello y mostrándole de qué se trataba y por qué yo pensaba que me
gustaría y, además, preguntarle si le gustaría probar eso en mí o no?
No, no era un producto de
mi imaginación. Sí, tuvimos esa conversación. También hubo lágrimas, pero sobre
todo, fue una conversación abierta y entre adultos. Él estaba un poco
sorprendido sobre mis gustos. Mis agujeros siendo usados por la polla de otro
hombre. Y él nunca me dio una bofetada en la cara. Pero, otros podrían hacerlo.
Muchas cosas son todavía difusas, pero fue un gran paso. ¿Cómo terminó la
noche? Con unos gloriosos azotes con la mano en mi trasero, mientras era
golpeada desde atrás. Una follada increíble.
Mi proyecto para la
semana próxima, por sugerencia de amiga sumisa, podría ser que yo
intentara ser sumisa y servirle sexual y servilmente, sin que él me diera
órdenes, para ofrecerle una experiencia de ello. Vamos a ver qué pasa.
Atentamente,
Una sumisa feliz en la
toma de decisiones.
P. S. Me sentí un poco
vulnerable al presionar el botón de “enviar” y publicar esto. Pero bueno, la
vida es un viaje.
Ben Alí, desde sus
propias páginas, quiero agradecerle a una comentarista anónima que me apoyó y
animó desde el principio de mi toma de decisiones y que me puso en contacto con
su blog que tanta luz me ha aportado y tanto bien me ha hecho.
También, le quiero
agradecer la oportunidad que me ha brindado al publicar este mail en su blog. Mi moral e ilusión están por las nubes.
Gracias.
Una anónima
Para el supuesto que el esposo no quiera o no pueda cumplir con los deseos de sometimiento de ella, Considero interesante la posibilidad de concertar una sesion por parte de la esposa con un dominante experimentado a la que asistiera como observador su marido...
ResponderEliminarManuel
Es un opción muy interesante y válida para los dos...
ResponderEliminarBen Alí