martes, 26 de agosto de 2014

Cómo azotar

Estoy convencido de que los azotes o el spanking es un arte. Arte que todavía estoy aprendiendo. Pero, ya sé un par de cosas que estoy dispuesto a transmitir a aquellas personas que todavía pueden estar indagando en sus experiencias. En primer lugar, conseguirás buenos resultados si pones a tu posible sumisa o spankee en un buen estado de ánimo. Es divertido, pero debes cuidar este pequeño detalle, pues, de lo contrario, a algunas mujeres, las podrías rebotar e indisponerlas contra lo que vas a hacerles.

“Ven aquí,” le dices, sin avisar y sin preparación. Justo directamente al grano. El shock parece ir derecho a esa parte de su cerebro en la que todos sus sentimientos de sumisión están al acecho y, al instante, “se enciende.”

Pero, con otras mujeres, eso no funciona. Necesitas hablarles en un estado de ánimo adecuado. Tal vez, ella ha hecho algo que no debiera o ha sido muy negligente en el cumplimiento de una orden. Le das una breve charla sobre su error y cómo, aún siendo reacio a castigar, ella se merecerá una buena zurra. Una mujer no castigada es una mujer que en última instancia, se siente abandonada, porque si no te molestas en hacer un seguimiento de esos temas, pensará que no le importas. Después de hablar con ella, algunas veces necesita un tiempo de rincón para reflexionar sobre su error y para prepararse para el castigo, para que cuando llegue el final del azote, entienda su significado.

Por supuesto, el spanking no tiene que ser siempre un castigo. Puedes azotarla justo porque te apetece o porque piensas que ella lo necesita para su bienestar. Bajo mi punto de vista, ninguna mujer sumisa o spankee deber estar mucho tiempo sin recibir un azote. Incluso aquellas que no son putas del dolor y cuyos modos de sumisión preferida puedan ser la servidumbre, la humillación, la objetificación o lo que sea, necesita sentir algo a través de su trasero de vez en cuando. De esa manera, ella se llega a sentir físicamente conectada con su dominante o Spanker si es un azote con la mano. De este modo, ella se siente conectada y centrada en su realidad y su sumisión o con su Spanker si ella es spankee.

Así que, después de haber preparado el terreno y conseguir que ella esté lista mentalmente, ¿cómo deberías proceder? Quiero ofrecer dos o tres principios que, de seguirse, deberían asegurar buenos resultados. Hazlo suficientemente fuerte. No sé si esto suena como algo obvio que decir. Usted puede contestar “sí,” pero, ¿cuán fuerte es lo suficientemente fuerte? Mi definición es esta: Debería ser más fuerte de lo que ella espera y sólo un poco más fuer de lo que ella quiere. Necesitas sacarla de su zona de confort.

Es muy importante para una mujer sumisa sentir que aunque los azotes pudieran ser suministrados por su propio bien, no es para su placer, sino para el de usted. No están diseñados para calentarla un poco para que ella empiece a sentir sensaciones agradables entre sus piernas. Que puedan o no puedan tener un efecto secundario, no es el objetivo. Ella necesita sentir que está siendo dominada. Después de todo y la mejor manera de asegurarse de que ella siente eso, es cuando está siendo azotada, es para que el spanking le provoque picor, hacerla gemir y retorcerse y que desee que se detenga (mientras media parte de su cerebro quiere que prosiga). Y luego, cuando los azotes han terminado, ella pueda sentir una sensación de logro y que recibió mucho más de lo que pensaba que podría, lo cual la hace una mujer buena.

Espero que no haga falta decir que si su chica es una glotona del dolor o no, usted necesita respetar sus límites genuinos. Cada una (a menos, que tengan tendencias patológicas) tiene un punto más allá del cual, dejan de sentir satisfacción al ser azotadas. No hay manera de saber de antemano cuál es ese punto. Nadie más que usted sabe que sin la práctica, cuán duro es más fuerte de lo que ella espera. Tienes que avanzar con cuidado y con sensibilidad y luego comprenderás sus necesidades. Digo necesidades, no deseos, porque todos sabemos que una mujer sumisa puede querer toda clase de cosas para que su Amo piense que no es bueno para ella. Por contraste, él sabe mejor lo que ella realmente necesita.

La próxima cosa que diré, es que los azotes no son un juego. Esto puede sonar raro. ¿Cuál es el punto si no es agradable? No me refiero a que nadie se le permita reírse. Sino que si yo azoto a una mujer, no pretendo azotarla. Realmente, lo hago con convicción. Soy serio sobre ello. Sé por qué lo estoy haciendo y qué efectos quiero conseguir. El resultado es lo que me importa. No es algo que haga para pasar el tiempo, para divertirme a la ligera conmigo mismo. Y espero que ella se lo tome en serio también. Esto no quiere decir que yo ponga la cara larga. Esto significa algo que va a suceder entre nosotros. Hay un intercambio de poder, una interacción, una expresión de los fundamentos de nuestra relación. Por supuesto, hay gente que pierde el tiempo con los azotes que no son de la D/s. Hasta aquí, de acuerdo. La gente puede hacer lo que le gusta. Pero, para mí, los azotes son una actividad significativa.

Siguiente punto: Sé que he dicho esto antes, pero no creo que existan azotes buenos o malos. Los buenos son cuando se hacen con precisión, incluso con instinto. No sólo azotas dejándote caer sobre ella. Cada azote es medido, aterrizando justo en el punto exacto. Una vez una spankee me mostró su cadera, donde uno de los azotes con mi flogger se había desviado del objetivo. Ser azotada en el culo es excitante, pero ser azotada en la cadera, lo es menos. Yo estaba afligido. Si quieres hacer que cuente cada golpe y si debes controlar el lugar erróneo, perturbas el ritmo, rompes la concentración de ella y el impulso se pierde. Por eso, a mí, personalmente me gusta azotar en silencio.

Otra cosa que he pensado sobre esto, ¿cuál es la mejor posición para azotar? Algunos dominantes prefieren la mujer atravesada sobre las rodillas de él y no hay mucho más que decir sobre esto, especialmente, si es un azote con la mano. Realmente, puedes conseguir enfrentarte con ella y para muchas mujeres, hay un sentido definitivo de humillación al ser puesta sobre sus rodillas, lo cual, bajo mi punto de vista, es siempre un plus.

Por otra parte, hay una inestabilidad inherente sobre esta postura, especialmente, si ella se retuerce. Personalmente, para unos azotes con la mano, yo prefiero tumbarla sobre mi regazo, mientras estoy sentado en la cama, lo cual significa que ella y yo estamos bien apoyados. Si estoy usando un implemento, prefiero a la mujer arrodillada sobre la cama, en especial, si estoy usando con una tawse o un cinturón o un flogger (aunque para la cane, creo que la mejor postura es boca abajo sobre la cama). El acto de arrodillarse provoca que los glúteos se tensen, lo cual hace los azotes más efectivos. Y ella puede mantenerse firme, de modo que el spanker no pierda su objetivo. El atarla es una cuestión de preferencia, aunque si los azotes van a ser muy fuertes, ella lo preferirá, justo para que no se pueda acobardar e irse.

Una cosa más. Creo que es casi imposible que una pareja logre un ajuste perfecto en términos de entusiasmo para todos los aspectos de la D/s. Cada persona tiene su propia idiosincrasia, en lo que se refiere a su morbosidad, como con todo lo demás. Y por lo tanto, es probable que su placer por los azotes varíe. Puede ser que ella sea una “glotona” real para los azotes, mientras que él puede  exhibir una cierta aprehensión. O (y yo creo que esto sea lo más probable porque, después de todo, él es el dominante), querrá darle justo un poco más de lo que ella pueda recibir. Ella teme que esto sea así.

Sin embargo, al mismo tiempo que ella se excita, creo que él puede ir un poco más allá. ¿Está ella jugando con fuego pues, después de todo, al liberar su interior dominante establece  su libertad para toda clase de impulsos de gran alcance y que ella no quiera satisfacerlos? Por su parte, es un inmenso placer persuadir a una mujer para que reciba más, acariciando la parte baja de su espalda, susurrándole al oído palabras de aliento. “Quiero que seas una sumisa o spankee muy buena y recibas un poco más por mí. Ello te hará daño, pero va agradarme mucho. ¿Te consideras con fuerza para hacerlo?” No creo que yo haya tenido ni una negativa cuando lo he propuesto de este modo. Pero, sí, sé, cuándo parar.

3 comentarios:

  1. totalmente de acuerdo...lástima que él no lo entendiera así

    Ana

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  2. En el fondo es un problema de comunicación. EL acto de azotar es un momento sublime de comunicación, si no se entiende así por ambas partes se convierte en algo insulso y desmotivador.
    Cuesta reconocer el deseo interno de ser azotado o de azotar y comunicarlo al otro, pienso que hay muchos y muchas interlocutoras potenciales.
    Manuel

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  3. Perfecto este artículo y veo que un Amo puede sentir igual que un verdadero Spanker. Para mi es igual de excitante que los azotes me pillen por sorpresa o que me den la charla al principio, aunque esta segunda hace que la excitación se apodere de ti poco a poco y sea una situación increíble, difícil de explicar con palabras hay que vivirla.
    Estar sobre las rodillas del spanker no tiene comparación con ninguna otra postura, por supuesto si se quiere, hay que probarlas todas a veces por no caer en la rutina,pero al menos para mi, es la mejor.

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