viernes, 1 de agosto de 2014

La cocina de la D/s

Me gusta cocinar. Y creo que hay una parte de mi mente donde ésta conecta con mi gusto por azotar a las mujeres. Es una observación bastante común que, a pesar de que la cocina está asociada con la domesticidad y que estando tradicionalmente en la esfera de la mujer, de hecho, muchos, sino la gran mayoría de los chefs son hombres. Una cocina, especialmente la cocina comercial establecida en el mercado, es un lugar muy jerarquizado. Sólo hay una persona al frente y su palabra es ley. Chef, después de todo, significa el jefe o la jefa. Algunos chefs de renombre muestran una tendencia autocrítica en un grado extremo, incluso paródica.

Es cierto que hay un montón de mujeres chefs de renombre. ¿Son amas? Los viejos lectores ingleses recordaran a la temible Fanny Craddock (su nombre real, no es broma), cuyo marido era su sirviente en la cocina y que fue intimidado, hasta tal punto que, no podía soportar el verla. Supongo que Nigella y Delia (dos chefs muy famosas en el Reino Unido) no son de esta manera. La primera puede ser una vampiresa, una seductora, pero ella no es la típica mandona sobre los hombres. Quizás, Delia tenga algunos atributos de maestra, pero aún así, no es particularmente mandona. Así que hay otros modelos.

Sin embargo, observo que algunas de las satisfacciones de la cocina son similares a las de las jugar con mujeres sumisas. El material con el que estás trabajando, está por completo bajo tu control, puedes moldearlo según tu deseo. Pero, la habilidad es fundamental para sacar lo mejor de los ingredientes. No se necesita un exceso de calor para dejar de mimar el plato. Ni tampoco se necesita servirlo demasiado suave. Las especias y el entusiasmo son la esencia, al menos, en los platos que me gusta preparar. El objetivo final, por supuesto, es el placer.

Usted quiere que sus invitados disfruten de la comida. Usted quiere que su sumisa disfrute de la experiencia. En cierto modo, procuras satisfacer su hambre. Usted disfruta con el conocimiento del trabajo bien hecho y su recompensa es la sonrisa de satisfacción  dichosa en los rostros de los comensales, al igual que en el de su sumisa. No es anti-dominante tomar placer en el placer de los demás. Pero, el chef y el dominante gozan de los tributos de los que tienen talento y experiencia. Los dominantes, como los chefs, no son en lo que se refiere a su trabajo, tipos retraídos o tímidos.

El cocinar, como la D/s, es tanto una alta actividad física como mental. Necesitas ser imaginativo y espectacular. No debes ser sólo rutina, repartiendo siempre el mismo menú. Existen muchos alimentos diferentes y también muchas cosas que puedes hacer a una mujer sumisa, pero los mejores chefs encuentran una manera muy especial de añadir un toque de individualidad, incluso a las recetas más básicas.

Y el buen dominante siempre tratará de trabajar algunas variaciones, ofreciendo pequeñas sorpresas de vez en cuando. Pero, necesita ser capaz de realizar bien las funciones básicas, ya se trate de cortar las cebollas o azotar con precisión. Más de una mujer se ha quejado de que no todos los dominantes son lo suficientemente cuidadosos con la precisión, y “rocían” los azotes con el cinturón en todas direcciones. Tales métodos chapuceros no obtienen los mejores resultados, ya sea en la cocina o en el dormitorio. La delicadeza es todo.

Y otra cosa. Sin embargo, el comer, por mucho que lo refines, es tanto un imperativo físico como un placer sexual. Y, por lo tanto, es como el follar. Ambas actividades están, al mismo tiempo, profundamente influenciadas por la cultura. Ya que al ser centrales en nuestra vida diaria, intentamos revestirlas de una serie de rituales y refinamientos con el fin de incrementar tanto la satisfacción de su desempeño y la importancia en nuestras vidas. Comer sólo para calmar los dolores del hambre, es negarse a uno mismo la riqueza del conocimiento gastronómico construido a lo largo de los siglos, justo como el follar exclusivamente para aliviar el impulso sexual es una cosa mala, cuando hay tantas maneras de elaborar y enriquecer la experiencia.

Por supuesto, existen diferencias. Con el fin de disfrutar de las mejores experiencias culinarias que se ofrecen, pagamos para ir a restaurantes donde los chefs nos deleitan a cambio de nuestro dinero. No muchos de nosotros encontramos las mejores experiencias sexuales en aquellas que compramos. El sexo es una actividad donde consigues los mejores resultados mejorando tus propias habilidades, después de seleccionar los mejores ingredientes para trabajar. Como la señora Beaton diría: “Primero, llama a la liebre...”

3 comentarios:

  1. Suculento, desde la primera hasta la última letra!
    Lindo finde

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  2. ¿Existe alguna receta para elaborar entradas como estas? Me temo que no, verdad?

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  3. Me gusta este blog. Siempre que curioseo es como entrar en una atmosfera especial que exalta mi deseo....mi deseo de ser azotado.
    Manuel

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