domingo, 21 de septiembre de 2014

Azótame

“Azótame,” ella dijo.

Era media noche. Encendí la luz. Yo, siempre caballero, decidí obligarla. Me senté en la cama, tire de ella hacía mi regazo y me puse a trabajar con mi mano. Ella estaba ya desnuda, lo cual siempre ahorra tiempo, aunque existe algo muy placentero en el ritual de levantar su falda y deslizar sus bragas hacia abajo. Pronto, su trasero era una deliciosa mancha roja.

Ya que ella ha tenido la temeridad de pedírmelo, decidí algo más contundente de lo que me pidió. La hice arrodillarse sobre la cama y fui a buscar mi tawse de cuero. Unos pocos golpes con la misma. Pronto, la hice saltar de una rodilla a la otra, acompañado de pequeños chillidos. Para mantenerla quieta, tuve que agarrarla del pelo y retorcerlo fuerte con mi mano. Su trasero se puso de un tono rojo mucho más oscuro. Seguí azotándola, pero de la manera que estaba arrodillada, podía ver su coño haciéndome guiños y me di cuenta que era algo que yo quería hacerle, incluso, con más urgencia de lo que quería azotarla. Por lo tanto, puse la tawse aparte.

Luego, más tarde, cuando yo estaba abrazándola, conseguí preguntarme. ¿Era ella una mujer sumisa? Al menos, eso era lo que decía. Pero, ¿debe una mujer sumisa pedir que la azoten? ¿No debería ella esperar hasta que yo quiera azotarla? ¿No es esto la vieja treta de trepar desde abajo? Por otra parte, era bueno saber que ella lo quería y lo deseaba tanto, hasta el extremo de correr el riesgo de pedirlo. Aunque ello pudiera traerle problemas. ¿Acaso el dominante no quiere saber lo que pasa por la cabeza de ella? ¿No es el propósito de todo dominante entrar en la cabeza de su sumisa y hacer que las cosas sucedan?

Es una especie de combate de la D/s. La mujer que quiere un buen azote y lo pide, es la única que, por encima de todo, no deberá recibirlo porque las mujeres sumisas no deben tomar la iniciativa. La mujer que no lo pide es la única que deberá conseguirlo. Pero, si ella no lo pide, ¿cómo puedes estar seguro de que ella lo desee? Para mí, no hay placer en hacer las cosas que las mujeres no quieren hacer. No es como si yo quisiera que ellas no lo quieran (aunque una demostración inicial de renuencia pueda añadir un poco de saber a las actuaciones). Por el contrario, cuanto más sé que ella realmente lo quiere, más agradable lo es. Pero, si ella no lo pide, ¿cómo puedo estar seguro? ¿Acaso soy un lector de mentes?

Así pues, ¿debería ella pedirlo? Dicen que quien no pide, no lo consigue. Pero, ¿qué pasa si aquellas que no piden tampoco lo consiguen? ¿Qué tendría que hacer una mujer? Algunas veces, pienso que debe ser duro para las mujeres sumisas girar sobre estas contradicciones. Y entonces, pienso, ¿qué hace que sea tan difícil para ellas? Los hombres como yo. Por lo tanto, siento que debo ser comprensivo con su situación. Al menos, yo lo entiendo.

Con todas estas interrogantes, es una maravilla que exista la posibilidad de que haya lugar a unos azotes. Pues, parece que existen, y muchas. No aquí, no ahora, pero quizás, pronto. Y cuando sucedan, ella no necesitará pedirlos. Sucederá lo quiera o no. Incluso, ¿si no lo quiere? Ella no estaría aquí si no lo quisiera.

6 comentarios:

  1. Azotamé !....la verdad es que no parece una expresión de sumisión, mas bien parece una orden destinada a satisfacer una necesidad física.
    Ella debería de ser corregida de este tipo de comportamientos...estaría bien que su Amo la ofreciera a otro/a para que la azotara como castigo.
    Saludos. Manuel.

    ResponderEliminar
  2. De quién depende la decisión de azotar? Del Amo, no? Así que tanto si hay ruego, súplica, petición u orden por parte de la sumisa, el Amo decidirá si se merece esos azotes o no

    ResponderEliminar
  3. Manuel, lo que dices es lo habitual y lo normal, el objetivo del artículo es otro.

    Léelo bien.
    Saludos...

    ResponderEliminar
  4. Por supuesto que debe pedirlos y el Amo concederle su deseo, luego puede ser azotada de nuevo, por su atrevimiento

    ResponderEliminar
  5. Una sumisa ruega, e implora a su Amo las cosas, y estos azotes a pesar de solo decir azotame fue un ruego q fue escuchado, ella no sabia con que intensidad lo harían, o con que objeto lo harían, solo rogó ser usada y su Amo en la noche decidió aceptar ese ruego, el siempre tiene el control de la situación El sabe que ella lo sabe, la próxima será cuando El desee como siempre lo es, pero esta vez el decidió aceptar el ruego de su sumísa. bueno eso significó para mi.


    mia

    ResponderEliminar
  6. Tu comentario es acertadísimo y se identifica con el núcleo de mi artículo...

    Gracias por comentar...
    Ben Alí

    ResponderEliminar