Ahora llega
al veneno de la variedad emocional. Se está poniendo ya un poco excitada,
puesto que suele ser su tema favorito personal. ¿Por qué se le puede preguntar?
Porque el dolor físico es temporal. Vuela. Si no se atienden esas heridas,
desaparecerán.
Sin
embargo, el dolor emocional, se queda. Usted puede tener días donde todo parece
estar bien, tal vez, incluso semanas si tiene suerte. Pero nunca dura y
entonces, usted está de vuelta a ese agujero paralizante. Incapaz de llorar y
la histeria que siempre le acompaña. Sin embargo, el agujero nunca es lo
suficientemente profundo para ella.
Hasta
ahora, sólo ella puede bajarlo. Y, también necesita, un dominante. No un
dominante cualquiera, con un componente sádico importante, sino su amor, para
obligarla a bajar aún más de lo que ella nunca quiso bajar. Tiene que llegar al
lugar que está más allá de la recuperación. No es la depresión. No es la
tristeza. No es una curiosidad o un vacío, sino el quebrantamiento completo que
ella anhela.
El camino
que la lleva siempre es cambiante. Caminos desgastados y viejos que fueron
probados y verdaderos, que ya no despiertan esa herida y está teniendo que buscar
dentro nuevos defectos y más profundos que ella sabe que cortan como un
cuchillo afilado.
En estos
días, ella necesita las cosas que más valora. Las cosas que sólo fallan al
traerlas a la luz. Es decir, los defectos que trata de ocultar en todo momento
y espera que nadie pueda verlos. Quiere que se los reprochen en un momento de
verdadera desesperación. Cuando ya está en ese lugar luchando para encontrar la
salida.
Existen
tantos donde elegir. Se los ha
entregado.
“Dime que
no soy nada. Hazme sentirlo. No voy a entrar de buena gana. Lo lucharé. Tengo
un ego expansivo que no se notaba fácilmente, pero una vez que la primera
grieta se hace visible, se rompe con facilidad.” Le diría.
En ese
momento, es cuando ella empieza a renunciar, cuando se permite creer lo que
sólo se dice una o dos veces. Se cae. Por lo tanto, mucho más rápido de lo que
jamás ella pensaba que podría. Está cegada por el dolor. Quiere recuperar su
momento de debilidad y tratar de reparar la pared que mantenía todo a raya. Una
estructura reluciente de piedra aparentemente indestructible para cualquier
intruso, pero sin nada que los mantenga unidos. Cualquier persona que tuviera
el coraje de probar su fuerza, podría comprobar claramente que no hacía ni
ruido.
Ese es su
tipo de dolor. Ella sabe que aprecia sus cicatrices y que nunca podrán sanar.
Están escondidas sólo para ella.
Los
cuidados posteriores deberían ser evidentes. Cualquier persona que participe en
ese tipo de “juego” debe, debe, debe ver lo vitales que son. Tal vez, no de
inmediato, pero se tienen que hacer. Nadie quiere a una sumisa o masoquista
desordenada. Vamos, esto no es divertido. Mientras ella está en ese estado en
el que se necesita mucho esfuerzo para salir del mismo, sólo una pequeña venda.
¡Oh! Una pequeña venda de color rosa con corazones de colores sería agradable.
Como nota
al margen, se podría pensar que ella es una persona deprimida. Eso sería un
error para juzgarla como débil. Ella confía en sí misma, sabe cuán fabulosa y
sorprendente es. No es una fachada. Ella puede decir honestamente que se gusta
a sí misma. Hasta la parte más pequeña de su cuerpo (especialmente, las partes
locas). Este es sólo un fragmento de lo maravilloso que es para una sumisa
masoquista bajar y subir dentro de ella.
Cuando digo que me siento confundida, no es porque no sepa donde estoy, sino de lo que ahora estoy deseando.
ResponderEliminarMe ha fascinado el leer "las partes locas" , pienso que la locura es también una parte que le da sabor y color a la existencia.
Sino fuera mos "mis partes locas"...
Sin la locura de las partes locas de cada persona, la vida sería anodina y sin alicientes...
EliminarFeliz día
Yo siempre he dicho que lo maravilloso de subir una montaña no es llegar a la cima, si no precisamente, subir. Y bajar, claro...
ResponderEliminarEl placer está tanto en el camino de subida como en el de bajada...no lo olvides nunca...
EliminarFeliz día