domingo, 5 de julio de 2015

Diario de una masoquista.- Parte 2

Ahora llega al veneno de la variedad emocional. Se está poniendo ya un poco excitada, puesto que suele ser su tema favorito personal. ¿Por qué se le puede preguntar? Porque el dolor físico es temporal. Vuela. Si no se atienden esas heridas, desaparecerán.
Sin embargo, el dolor emocional, se queda. Usted puede tener días donde todo parece estar bien, tal vez, incluso semanas si tiene suerte. Pero nunca dura y entonces, usted está de vuelta a ese agujero paralizante. Incapaz de llorar y la histeria que siempre le acompaña. Sin embargo, el agujero nunca es lo suficientemente profundo para ella.
Hasta ahora, sólo ella puede bajarlo. Y, también necesita, un dominante. No un dominante cualquiera, con un componente sádico importante, sino su amor, para obligarla a bajar aún más de lo que ella nunca quiso bajar. Tiene que llegar al lugar que está más allá de la recuperación. No es la depresión. No es la tristeza. No es una curiosidad o un vacío, sino el quebrantamiento completo que ella anhela.
El camino que la lleva siempre es cambiante. Caminos desgastados y viejos que fueron probados y verdaderos, que ya no despiertan esa herida y está teniendo que buscar dentro nuevos defectos y más profundos que ella sabe que cortan como un cuchillo afilado.
En estos días, ella necesita las cosas que más valora. Las cosas que sólo fallan al traerlas a la luz. Es decir, los defectos que trata de ocultar en todo momento y espera que nadie pueda verlos. Quiere que se los reprochen en un momento de verdadera desesperación. Cuando ya está en ese lugar luchando para encontrar la salida.
Existen tantos  donde elegir. Se los ha entregado.
“Dime que no soy nada. Hazme sentirlo. No voy a entrar de buena gana. Lo lucharé. Tengo un ego expansivo que no se notaba fácilmente, pero una vez que la primera grieta se hace visible, se rompe con facilidad.” Le diría.
En ese momento, es cuando ella empieza a renunciar, cuando se permite creer lo que sólo se dice una o dos veces. Se cae. Por lo tanto, mucho más rápido de lo que jamás ella pensaba que podría. Está cegada por el dolor. Quiere recuperar su momento de debilidad y tratar de reparar la pared que mantenía todo a raya. Una estructura reluciente de piedra aparentemente indestructible para cualquier intruso, pero sin nada que los mantenga unidos. Cualquier persona que tuviera el coraje de probar su fuerza, podría comprobar claramente que no hacía ni ruido.
Ese es su tipo de dolor. Ella sabe que aprecia sus cicatrices y que nunca podrán sanar. Están escondidas sólo para ella.
Los cuidados posteriores deberían ser evidentes. Cualquier persona que participe en ese tipo de “juego” debe, debe, debe ver lo vitales que son. Tal vez, no de inmediato, pero se tienen que hacer. Nadie quiere a una sumisa o masoquista desordenada. Vamos, esto no es divertido. Mientras ella está en ese estado en el que se necesita mucho esfuerzo para salir del mismo, sólo una pequeña venda. ¡Oh! Una pequeña venda de color rosa con corazones de colores sería agradable.
Como nota al margen, se podría pensar que ella es una persona deprimida. Eso sería un error para juzgarla como débil. Ella confía en sí misma, sabe cuán fabulosa y sorprendente es. No es una fachada. Ella puede decir honestamente que se gusta a sí misma. Hasta la parte más pequeña de su cuerpo (especialmente, las partes locas). Este es sólo un fragmento de lo maravilloso que es para una sumisa masoquista bajar y subir dentro de ella.

4 comentarios:

  1. Cuando digo que me siento confundida, no es porque no sepa donde estoy, sino de lo que ahora estoy deseando.
    Me ha fascinado el leer "las partes locas" , pienso que la locura es también una parte que le da sabor y color a la existencia.
    Sino fuera mos "mis partes locas"...

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    1. Sin la locura de las partes locas de cada persona, la vida sería anodina y sin alicientes...

      Feliz día

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  2. Yo siempre he dicho que lo maravilloso de subir una montaña no es llegar a la cima, si no precisamente, subir. Y bajar, claro...

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    1. El placer está tanto en el camino de subida como en el de bajada...no lo olvides nunca...

      Feliz día

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