viernes, 7 de octubre de 2011

La necesidad básica de ser penetrada

La luz del cuarto de baño cercano brillaba fuera del alcance de mi pene húmedo y resbaladizo, cuando ella sacó su cuerpo del mío.
“¡Ufff!” gimió mientras ella se ponía a mi lado y comenzaba a contar una historia sobre la idea de abandonarse el uno en el otro.
Ella había estado montada sobre mi pene durante bastante tiempo, corriéndose una y otra vez. Ella es increíblemente multiorgásmica. Fui capaz de mantenerme  fuerte todo el tiempo, presionando mis caderas hacia arriba y hacia abajo a la vez que ella empujaba las suyas hacia adelante y hacia atrás, mientras montaba mi cuerpo que estaba dejado del suyo. Cerraba los ojos, giraba su cabeza a derecha e izquierda y la sujetaba con mis brazos extendidos como si ella estuviera bailando una danza sexual.
Yo había llegado hasta sus hombros, empujando su torso tenso hacia abajo contra mis caderas y presionándolas hacia arriba contra las de ella y manteniéndola penetrada con mi pene. Ella no iba a ninguna parte.
Sus gemidos la hacían vencedora, los cuales luego se tornaban en llanto. Podía sentir el calor de su coño y sus muslos aumentaban la temperatura mientras su orgasmo estallaba. Su boca se abrió, su respiración se detuvo y su cuerpo entero se convulsionó hasta que finalmente, ella pudo respirar, abrir sus ojos y luego el colapso de su cuerpo sobre el mío.
Fue la cosa más hermosa que yo había visto nunca.
Ella se entregó por completo a mí, me abrió su alma por completo y se sometió ella misma por completo a mí.
Yo no estaba follando su coño, yo no estaba follando su cuerpo, sino que yo estaba follando su alma.
Lo que ella sentía en ese momento, sinceramente, no lo sé.
Pero, después de que hubiera orgasmado varias veces de esta manera, una detrás de otra, ella me recitó, bastante entregada, su compromiso. El tono de su voz derrotada, declarándose a sí misma de mi propiedad, prometiendo hacer cualquier cosa que yo quisiera, entregándose por completo a mí.
Yo no tuve que inmovilizarla, esposarla ni azotarla o amordazarla. Sólo hizo falta mi presencia dominante, mi polla, varios orgasmos poderosos uno detrás de otro y ella, finalmente, cedió.
Al tiempo que estaba acostada a mi lado, después admitió sentirse asustada y vulnerable, al abrirse tanto a mí y entregarse de esta manera.
Ciertamente, yo no tenía deseos de hacerle daño, atarla, humillarla avergonzarla o sonrojarla. Yo sólo quería hacer que se corriera. ¡Qué orgasmara!
En última instancia, eso es a lo que se reduce. Es lo que todas las mujeres necesitan.
A pesar de los logros de una mujer, su sofisticación, su refinamiento, su elegancia, encanto, inteligencia, madurez y todo la que la convierte en un miembro muy respetado y querido de la sociedad, ella necesita ser follada y correrse.

2 comentarios:

  1. La neta no se como llegue a este blog, smplemente leí un fragmento de un post y me engancho =)
    de todo esto creo que deberias escribir un libro, estaria muy interesante

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  2. Tu sugerencia no me la había planteado. Gracias.

    El motivo de este blog está en el primer artículo del mismo. Solo pretendo llevar un poco de luz a Dominantes y sumisas que la necesiten para enriquecer sus relaciones, de acuerdo con mis experiencias.

    Bienvenido a mi blog.

    Ben Alí

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