La luz del
cuarto de baño cercano brillaba fuera del alcance de mi pene húmedo y
resbaladizo, cuando ella sacó su cuerpo del mío.
“¡Ufff!”
gimió mientras ella se ponía a mi lado y comenzaba a contar una historia sobre
la idea de abandonarse el uno en el otro.
Ella había
estado montada sobre mi pene durante bastante tiempo, corriéndose una y otra
vez. Ella es increíblemente multiorgásmica. Fui capaz de mantenerme fuerte todo el tiempo, presionando mis
caderas hacia arriba y hacia abajo a la vez que ella empujaba las suyas hacia
adelante y hacia atrás, mientras montaba mi cuerpo que estaba dejado del suyo.
Cerraba los ojos, giraba su cabeza a derecha e izquierda y la sujetaba con mis
brazos extendidos como si ella estuviera bailando una danza sexual.
Yo había
llegado hasta sus hombros, empujando su torso tenso hacia abajo contra mis
caderas y presionándolas hacia arriba contra las de ella y manteniéndola
penetrada con mi pene. Ella no iba a ninguna parte.
Sus gemidos
la hacían vencedora, los cuales luego se tornaban en llanto. Podía sentir el
calor de su coño y sus muslos aumentaban la temperatura mientras su orgasmo
estallaba. Su boca se abrió, su respiración se detuvo y su cuerpo entero se
convulsionó hasta que finalmente, ella pudo respirar, abrir sus ojos y luego el
colapso de su cuerpo sobre el mío.
Fue la cosa
más hermosa que yo había visto nunca.
Ella se
entregó por completo a mí, me abrió su alma por completo y se sometió ella
misma por completo a mí.
Yo no
estaba follando su coño, yo no estaba follando su cuerpo, sino que yo estaba
follando su alma.
Lo que ella
sentía en ese momento, sinceramente, no lo sé.
Pero,
después de que hubiera orgasmado varias veces de esta manera, una detrás de
otra, ella me recitó, bastante entregada, su compromiso. El tono de su voz
derrotada, declarándose a sí misma de mi propiedad, prometiendo hacer cualquier
cosa que yo quisiera, entregándose por completo a mí.
Yo no tuve
que inmovilizarla, esposarla ni azotarla o amordazarla. Sólo hizo falta mi
presencia dominante, mi polla, varios orgasmos poderosos uno detrás de otro y
ella, finalmente, cedió.
Al tiempo
que estaba acostada a mi lado, después admitió sentirse asustada y vulnerable,
al abrirse tanto a mí y entregarse de esta manera.
Ciertamente,
yo no tenía deseos de hacerle daño, atarla, humillarla avergonzarla o
sonrojarla. Yo sólo quería hacer que se corriera. ¡Qué orgasmara!
En
última instancia, eso es a lo que se reduce. Es lo que todas las mujeres
necesitan.
A pesar
de los logros de una mujer, su sofisticación, su refinamiento, su elegancia,
encanto, inteligencia, madurez y todo la que la convierte en un miembro muy
respetado y querido de la sociedad, ella necesita ser follada y correrse.
La neta no se como llegue a este blog, smplemente leí un fragmento de un post y me engancho =)
ResponderEliminarde todo esto creo que deberias escribir un libro, estaria muy interesante
Tu sugerencia no me la había planteado. Gracias.
ResponderEliminarEl motivo de este blog está en el primer artículo del mismo. Solo pretendo llevar un poco de luz a Dominantes y sumisas que la necesiten para enriquecer sus relaciones, de acuerdo con mis experiencias.
Bienvenido a mi blog.
Ben Alí