Esta mañana, después de follarme
bruscamente a mi sumisa, esta me preguntó: “¿Se siente usted mejor cuando me
penetra con fuerza?” Como Dominante elegante, le respondí:
“Por supuesto, me siento mejor. Duele,
¿Verdad?”
Por lo tanto, con su entrega me lleva a
otro nivel. Desde el principio, le dije a mi sumisa que sería su mayor fuente
de placer y su mayor fuente de dolor. Trato de hacerle valer constantemente esa
afirmación.
Esta mañana, yo tenía sus piernas sobre mis
hombros y estaba apoyado hacia adelante sobre su cabeza. Sus caderas levantadas
y su coño completamente expuesto angularmente, de tal manera que podía
penetrarlo en profundidad. Hice que le doliera. Era culpable cuando la cargaba.
Mi chica pone una cara con una expresión mixta de dolor y placer, cuando la
“golpeo” profundamente. Es una cara que, de verdad, me gusta verla. Al
principio, cuando la penetraba incisivamente con sus ojos bien abiertos, ponía
cara de sorpresa. Con cada sucesivo golpe, la sorpresa empezaba a desvanecerse,
incluso, a través de sus ojos todavía bien abiertos. Cada embestida hacía que
sus labios tiemblasen más. La evanescida sorpresa empieza a ser sustituida por
una súplica. Me gusta su mirada suplicante. ¿Me está suplicando mi sumisa para
que yo vaya más despacio? Mi sospecha es un poco de cada cosa, pero, de
cualquiera manera, ella no tiene no tiene ningún control sobre ello. La usaré
como yo quiera.
Por lo tanto, me gusta hacerle daño para
hacerla sufrir. Me gusta hacerle daño algunas veces, solo para mostrarle lo
profundo que puedo penetrarla y lo doloroso que puedo hacerlo. Supongo también
que, la parte más oscura de mí la folla ocasionalmente tan fuerte y con tanta
profundidad porque quiero aislarla de otros hombres. Creo que, de alguna manera,
estoy marcando mi territorio.
Teniendo un punto de delicadeza es estupendo.
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena por el blog.
Muchas gracias, Amowhor...dáte por bien recibido en este feudo que es de todos....
ResponderEliminarBuen día...Ben Alí