domingo, 20 de enero de 2013

¿Muy sexualizadas?


Más de una vez, he oído decir que las mujeres sumisas tienen un deseo sexual muy alto. Mi propia experiencia no ha sido lo suficientemente amplia como para tener una muestra científicamente válida, (estoy intentando “conseguirla,” pero no hay que ser demasiado codicioso), pero hablando anecdóticamente, me gustaría confirmar la observación. Las mujeres que he conocido, todas han sido notablemente muy libidinosas. Al menos, me han parecido así. Y debo añadir que, muy gratamente, ha sido así.

Estoy interesado en saber por qué esto debe ser así. ¿Por qué las mujeres sumisas quieren más sexo en comparación con una mujer normal? ¿Es que las mujeres sumisas son más conscientes de su sexo, de modo que se permiten, de alguna manera, aprovechar la fuente del deseo? O, ¿es que muchas mujeres son altamente sexuadas por naturaleza y se encuentran a sí mismas canalizando su deseo en las fantasías de la sumisión?

Vamos a considerar esta última posibilidad. ¿Por qué se tiene que dar el caso de que muchas mujeres que tienen una gran necesidad de sexo buscan el someterse? No lo creo,  porque las mujeres en su conjunto son “naturalmente” sumisas, el sexo más débil que instintivamente reconoce la “superioridad” del hombre. Al menos, no me parece que haya sido así con las mujeres que he conocido, ninguna de las cuales, creo, compararía las nociones de la sumisión de la mujer, tal como se reflejan en el “mundo real.”

Ni tampoco creo que las mujeres altamente sexualizadas decidan convertirse en sumisa para atraer a los hombres de una manera fácil. Es verdad, que anunciar al sexo masculino que harás cualquier cosa que ellos quieran, captarían su atención. Pero, gran parte de ellos no será del tipo de que a cualquier chica le vaya a dar la bienvenida. Las mujeres ya saben qué clase de criaturas están al acecho en el banco de trabajo y, dudo, que ellas quieran animarles a que salgan a la luz del día. En cualquier caso, no me parece que puedas tomar una decisión consciente para convertirte en sumisa, simplemente como una estrategia, para potenciar tus perspectivas de citas. Es algo mucho más profundo que eso.

Mi conjetura es que para algunas mujeres, cuyas mentes se extravían con bastante frecuencia hacia temas sexuales, les vaya un poco como esto. En nuestra civilización, las niñas son educadas para desconfiar del sexo. No quiero decir que sea el caso de que necesariamente se las enseñe de que sea malo, aunque es evidente que algunas lo sean. Es algo que es bastante peligroso y puede muy fácilmente irse de las manos y, por lo tanto, hay que mantener un estricto control sobre los pensamientos y actos sexuales. Pero, estas chicas quieren muchísimo sexo, más de lo que la gente dice que deben. Los impulsos en sus cerebros (y más abajo) son, a menudo, deseos sucios y oscuros (por lo menos, el condicionamiento social les dice que ellas son así). Dudan en dar rienda suelta a sus impulsos y, sin embargo, los necesitan para disfrutar.

Si una mujer de este tipo puede encontrar a un dominante para someterla, la responsabilidad de controlar su sexualidad pasa a él. Ella no debe decidir más si debe hacer esta “perversidad” que secretamente tanto disfruta. El dominante no solamente debe darle permiso para entregarse a sí misma, sino que positivamente, también le ordena a realizar actos y a tomar parte en fantasías que ella ya habría reconocido previamente que le interesaban. Si una puede recuperar durante un momento, la parte psicológica y el superego de su personalidad, que normalmente controla y regula su conducta sexual, se transfiere fuera de ella y llega a formar parte de la persona del dominante. La identidad, que está en gran parte suprimida, puede ahora descontrolarse, si el dominante la sanciona, y lo hará, siempre y cuando se ajuste a sus propias necesidades. Todos los dominantes ansían una puta, ¿no desean  una puta a su entera disposición?

De acuerdo, sé que los libros de Freud son euros. Y no creo que esto sea toda la historia. Lo que no se tiene en cuenta es el hecho de que las mujeres sumisas tienen un intenso deseo de agradar. Mi descripción del mecanismo del deseo de sumisión hace que parezca como una gran egoísta, una estrategia diseñada para gratificar los propios deseos de la sumisa. Pero, un gran parte de su placer procede de complacer los deseos de él, en vez de los suyos. Pero, de alguna manera, ¿necesita ella todavía el “permiso” del hombre para someterse a él?

Por supuesto, que se puede argumentar a partir de falsos supuestos. Quizás, la proporción de mujeres altamente sexuadas sea más grande (o incluso mayor) en el mundo vainilla. Así es como mi vida se organiza, las que no lo son, son las que me encuentro.

1 comentario:

  1. La verdad que no tengo una respuesta a su post, ni tampoco tengo amistad con sumisas con quien hablar de estos temas. Pero a lo mejor este mayor deseo sexual puede provocarlo el dominante, sobre todo cuando la relación es a distancia. Los encuentros anteriores quedan grabados en la mente de la sumisa, y la presencia del dominante es continua por lo que puede provocar ese deseo sexual irrefrenable, así que imagínese Señor que duro es que el dominante te prohíba tocarte y satisfacerte, sin duda uno de los peores castigos.

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