Me
gusta verlo sobre ella o en ella. Me encanta correrme sobre su rostro: cara,
mejillas, nariz, labios, barbilla. Intentar mantenerlo fuera de sus ojos porque
puede picar un poco. Algunas veces, cae en su pelo. Enmarrallado, lo disfruto
bastante. O correrme sobre sus pechos, su vientre, su culo. Algunas veces, lo
extiendo sobre su piel, la digo que no puede lavárselo, lo dejo que se seque en
ella. Si luego salimos, se siente cohibida porque todo el mundo puede ver que
es una mujer con semen sobre su rostro. Por supuesto, que no se puede, pero su
cara parece que está rígida, por lo que es consciente del problema que tiene
ahí.
Me
gusta verlo correrse lentamente por su coño o su culo. Si estoy en plan
juguetón, podría recoger un poco con mi dedo y lo tendría que lamer ella hasta
dejarlo limpio. Lo he probado demasiado, no porque sea muy sabroso, su sabor es
algo salado. Y tiene un olor ligeramente acre. Dicen que puede dar una idea de
lo que se come, pero no lo he notado.
Los
hombres suelen variar en la cantidad que producen. Es una fuente de una
inseguridad potencial para los hombres que buscan en la Red. No solamente se
preocupan de los hombres que tienen pollas más grandes que la tuya, algunas de
ellas eyaculan cubos. Por supuesto, que se puede fingir, cualquier cosa se
puede disimular. Pero, estoy hablando sobre la pornografía amateur. ¿Es
importante para una mujer lo mucho que tenga? Probablemente, no. A menos que,
por supuesto, quiera quedarse preñada.
No me
gusta llamarlo “correrse.” No puedo explicar exactamente por qué. Siempre me
pareció una palabra bastante cursi. Ciertamente, es consecuencia de una alta
proporción de juego de palabras horrorosas que infestan la pornografía online.
Yo prefiero llamarlo semen. Siempre hay algo de grosería en las palabras
oficiales sobre las cosas del sexo. El coito, actualmente, es una palabra muy
grosera, mucho más que follar.
Todavía
puedo recordar la primera vez que eyaculé. Fue
al principio de mi adolescencia. Había estado tocándome durante un buen
rato. Cuando lo hice, estaba pensando en las chicas y lo que estaba dentro de
sus bragas, este fluido claro y resbaladizo que rezumaba de mi pene. Contra más jugaba con
él, más me salía. Me sentía muy bien. Luego, un día, yo estaba jugando
y frotándome mi pene un poco más fuerte y, de repente, una sensación totalmente
abrumadora se apoderó de mí, mi polla sentía algo así como un placer
insoportable que estaba sucediendo dentro de ella y podía ver que todo esto
había salido, no tan claro como antes, pero lechoso, espeso y pegajoso. Yo no
me esperaba esto. En aquellos días, no había educación sexual ni Internet. Nadie
sabía mucho, ni en mi edad. Pero, seguro que me sentaba muy bien. No pude dejar
de hacerlo, lo hacía varias veces al día. Algunas veces, me corría sin cogerla
y se desparramaba por el suelo a una velocidad sorprendente.
Una
cosa que no he probado todavía, es una bola de nieve, donde su boca esté llena
de mi semen, la beso y ella la transfiere a mi boca. Yo se la daría de nuevo.
Ella sería la única que se lo tragaría, no yo. Creo que conozco a una chica que
lo haría conmigo. Ella sabe quién es, tal vez ella se identificaría por sí
misma.
Hoy tengo que decir...que me encanta tu entrada.
ResponderEliminarBola de nieve!! Siempre me hace descubrir cosas nuevas Señor!
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