Si me
gusta una mujer, no puedo dejar de burlarme de ella. Mis bromas pueden tomar
muchas formas y si la mujer es sumisa, bueno, siento una excitación positiva. Entre
otras cosas, me gustar hacer:
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Decirle que voy a enviarle algo vía email y luego no decirle lo que es o
decírselo, pero haciéndola esperar. O enviárselo, pero prohibiéndole que abra
el archivo hasta que le dé permiso. Las mujeres sumisas son muy impacientes y
me gusta enseñarlas a esperar. Y esperan. A veces, puedes volverlas locas.
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Burlarme de ella manteniendo abierta la posibilidad de que la permitiré que se
corra, pero sin prometérselo. “Solamente si eres una mujer buena. Y, tal vez,
ni incluso entonces. No es bueno para las mujeres jóvenes tener todo lo que
quieren. Por otro lado, es posible que tenga suerte.”
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Burlarme de ella diciéndole las cosas terribles que he planificado hacer con
ella. Quizás, algunas formas de tortura particularmente ingeniosas. Tal vez,
hacerla llevar algo en público que ella nunca elegiría para sí misma. Quizás,
algo muy provocador. Tal vez, estamos sentados en un bar y le señalo a un chico
y la digo que estoy pensando en invitarle, tal vez, para que ella pueda llevárselo
fuera. “¿Para hacer qué?” “Creo que usted lo sabe.” Ella nunca está segura de
si lo estoy diciendo en serio. A menudo, ella no cree realmente que lo esté.
Pero, si sale y dice que no me cree, eso es peligroso. Porque, ella sabe que
soy capaz de todas estas cosas, incluso si elijo no hacerlas. Y yo pudiera
hacerlas para darle una lección.
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Amenazarla con hacer algo que sea realmente embarazoso para ella. Como tal vez,
forzarla a hacer piss mientras la estoy viendo. “Eeeek,” grita ella. “No.” “No
me digas que no,” le digo con firmeza. ¿Soy serio cuando la amenazo? Pudiera
ser.
Soy
muy consciente de que esos impulsos, por mi parte, se derivan de la misma
fuente que me hace disfrutar causando dolor. Es un placer verla retorcerse
física o mentalmente. Es el goce de sentir mi poder sobre ella. Si usted lo
prefiere, es sádico excepto que, como he explicado antes, yo solamente lo
disfruto si a ella le gusta. Yo no me burlaría de ella si la hiciera sentirse
mal. Eso no es una broma, es una intimidación. Pero, contra más ella chilla y
protesta, más le puedo decir lo mucho que le gusta. El temor de que yo pudiera
obligarla a hacer algo malo es erótico por sí mismo. Puedo conseguir que se
humedezca sólo con amenazarla.
Tengo
que confesar algo. Algunas veces, no puedo dejar de gastarles bromas a mis
lectores también. Puedo cortar en seco una descripción de un episodio sexual
justo cuando las cosas se están poniendo calientes. Puedo crearles dudas sobre
si o no estoy describiendo algo que realmente ocurrió (ver un post anterior
sobre “La realidad y la ficción”). Y sospecho que a algunas lectoras, les
gustaría que hablase más sobre mí en este blog. Una o dos veces, he levantado
el velo un poco y he ofrecido una visión de mi vida real. Tal vez, los lectores
podrían recibir más detalles personales de mi vida amorosa, por ejemplo. Me
temo que si es eso lo que quieres, estás condenada a ser burlada durante
siglos.
Jaja, excelente. Ese último párrafo me ha hecho sonreir.
ResponderEliminarBromas excitantes y motivadoras y como no, desquiciantes para quien las sufre. Aunque ¿a quien no le gusta ese "desquicie"?
Un saludo.
la primera sonrisa explicita en este blog...gracías por ese aliento tuyo de simpatía...
EliminarFeliz día
Ya sabe como somos las sumisas, queremos un Amo que sea severo, justo, cariñoso cuando tenga que serlo...si encima, tiene sentido del humor, aunque sea un poco retorcido, eso ya es un sueño, aunque eso de forzar a su sumisa hacer pis mientras la mira...Que travieso que es usted, Señor!
ResponderEliminarLa D/s sin un toque de humor en medio de tanta severidad, qué insulsa sería la relación, ¿verdad?
EliminarFeliz día
Jajajajajajajaja... Seguidoras de este blog burladas durante siglos... Muy bueno jajajajaja
ResponderEliminarBienvenida a mi blog, SirenayMusa y gracias por tu simpático comentario...
ResponderEliminarfeliz día