Mi mano sobre tu
pecho, firme y suave. Siento que se acelera. Te excito de una manera que apenas
has soñado. Rozo mi mano por tu pezón erecto. Un jadeo sensual se escapa
forzado por entre tus labios de rubíes rojos. Mi caricia te provoca una
excitación contra la que no puedes luchar. No lo intentes. Eres mía.
Bromearé sobre
tu carne con mis caricias, degustarás los delicados papirotazos de mi lengua,
despertaré tus deseos con mis palabras y deleitaré tus sentidos, mientras mi
voz dora tu espíritu. Pelando tus capas, desentraño el caos hermoso de tu alma,
mientras descubro tu cuerpo desnudo y suave de una manera lenta, deliberada y
sensual.
Ves mi palpitante
deseo, pero no puedes tocarlo. Cuando digo cómo te lo permito, ni más ni menos,
te rodeo.
Tirando de tus
pelos con fuerza tempestuosa, tu humedad se desborda con anticipación. Tú me
quieres. Quieres esto. No te negaré la verdad por más tiempo. Déjate llevar por
mis pasiones más oscuras y revela tus secretos. Pellizcaré tus pezones,
empuñaré tus pelos, mientras hago lo que deseo. Ríndete a mi hambre carnal, te
lo exijo esta noche. Eres mía.
Tus labios húmedos
con temblorosa intoxicación. Tu anhelo por liberarte, rogando mi permiso. Te
llevaré al borde del acantilado del olvido, para excitar tu emoción y deseo.
Entonces, te entraré con poder dominante hasta que la única realidad que sepas,
sea la que te permito. Finalmente, comprenderás la libertad del control.
Al dejar tu brillante
cuerpo, desnudo y acostado y sin aliento ante mí. Sin apenas ser capaz de
pronunciar mi nombre, tu voz ronca de tanto gritar. Mi gusto persistirá en tu
lengua durante mucho tiempo después de que te vayas a dormir. Conocerás un
hambre que nunca has conocido, un anhelo que alimenta tu necesidad de abrazar,
una vez más, la oscuridad desviada del cáliz de mi lujuria. En el momento que
sientas tu creciente sed carnal, te darás cuenta de ello. Eres mía.
Una vez que hayas
probado mi placer perverso, todo lo demás te dejará sin sentido. Sólo existe el
sabor que tú deseas: El mío.
Te dolerán mis
caricias, mi sabor y mis palabras. Sumérgete en mi fantasma erótico, pues ya,
nunca volverás a ser la misma.
Sus letras siempre me envuelven, me atrapan, me vencen!!
ResponderEliminarMe dejas sin palabras porque siempre pienso que mis escritos no "llegan."
EliminarUna de cal y otra de arena.
ResponderEliminarSabe como compensar la balanza.
Conoce muy bien a las mujeres.
Y no le miro con buenos ojos. Sólo digo lo que siento,como usted.
Lidia.
Es que la vida, como la felicidad, es buscar el equilibrio en todo.
EliminarNo estoy de acuerdo contigo, lidia, al ser humano nunca se llega a conocer del todo.
Me parece estupendo que seas sincera siempre.
Cada uno de sus escritos me transportan a lugares que nunca imaginé, y esta entrada es excelente SR, sus palabras siempre me permiten estar en los lugares q usted describe.., aunque espero que un día se haga realidad y que no sea solo un sueño .... Y vivirlo tal como ud lo relata
ResponderEliminarmia
Todo en la vida es voluntad. En tu caso, voluntad por realizarte como sumisa...no desesperes que como bien dice el refrán chino: "Cuando la alumna está preparada aparece el profesor.
Eliminary el profesor sabrá que quiero aprender mas??
Eliminarmia
Me gusta.me gustaria vuvirlo.
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