La denegación del orgasmo es una de las estrategias más valuadas en el
reforzamiento de la disciplina y la obediencia. He descubierto que es
especialmente útil en las relaciones D/s a larga distancia, donde tú no puedes
hacer todas esas cosas que las mujeres sumisas anhelan, como tirarle de los
pelos, abofetear su cara, retorcerles los pezones y azotar su culo. Por lo
tanto, tienes que ser un poco más ingenioso.
La negación del orgasmo es un nombre poco apropiado, porque una gran
parte de las veces, no se trata de una negación completa, sino de imponer
restricciones o simplemente complicaciones. Sin embargo, una negación completa
es, con toda certeza, buena para ella. De acuerdo con mi experiencia, las
mujeres sumisas son más orgásmicas que la mayoría de las mujeres (aunque no
estoy muy seguro de que lo sean, porque son sumisas o si es al revés). Y así,
la negación produce un fuerte efecto, que es todo lo que el dominante está
buscando. Es buena cuando ella dice lo mucho que está sufriendo, cómo le duele
y palpita su vagina, lo desesperada que se está poniendo y cómo ella no puede
pensar en algo más que no sea en su necesidad de correrse. Encuentro que esto
me hace ser aún más estricto al gestionar sus deseos.
Con esto, he experimentado dos cosas. En la primera, la negación es
para un momento determinado. Como en: “No te puedes correr hasta el viernes a
las 3,30.” Por lo tanto, ella pasa el tiempo intermedio contando las horas y
minutos y contra más se acerca a ese momento, se pone más desesperada e
inquieta, hasta el punto donde su necesidad domina toda su mente y piensa que
ella podría volverse loca antes de llegar al tiempo límite.
La otra táctica es imponer una prohibición indefinida. “No puedes
correrte hasta un nuevo aviso.” Este es un punto discutible que es el más
difícil para la pobre mujer. Si ella sabe cuánto tiempo va a durar, al menos,
tiene una meta. Pero si el objetivo es de varios días, ello puede parecer como
un largo calvario. Si la prohibición es indefinida, existe la esperanza de que
pudiera terminar en cualquier momento, pero existe la horrible perspectiva de
que pudiera seguir, y seguir un futuro libre de orgasmos que dure una
eternidad. Tiendo a pensar que, a los efectos de la disciplina y el control,
aprender la aquiescencia es la voluntad del dominante, una prohibición
indefinida es mejor. Ella necesita ser enseñada de que su rol como sumisa es la
aceptación y su objetivo, la tranquilidad de saber que ella procede de la
sumisión total. Centrarse en el momento de que se le levante la prohibición, no
es de lo que se trata.
Me gusta variar la prohibición total de todo tipo de restricciones.
Algunas de ellas no son más que meros inconvenientes. Ella sólo puede correrse
a partir de cierta hora del día o en un sitio en particular (por ejemplo,
“durante la próxima semana, solo te puedes correr en tu coche. ¿Eso es duro?
Demasiado malo”). O ella no puede usar su vibrador o ni incluso sus manos. (Las
mujeres ingeniosas y necesitadas encuentran todo tipo de maneras…). Tal vez,
ella deba llevar su plug en su trasero mientras lo hace (una mujer sumisa sin
un plug es como un pez fuera del agua) o tener penetrada su vagina con algún
objeto mientras se masturba.
Me gusta oír sus respuestas, lo duro que es y lo que la hace sentir.
Siempre le digo que estoy abierto a sus solicitudes y me gusta escuchar a las
mujeres sumisas cómo piden. Por supuesto, también me gusta rechazarlas. No
tienen garantías de que llegue ablandar mi duro corazón.
Creo que se trata de una verdadera experiencia de aprendizaje, no de
un ejercicio inútil, porque a las mujeres, les resulta realmente duro. Nada
hace que una mujer quiera correrse más que el saber que ellas no pueden. Las
chicas necesitan saber que hay un objetivo detrás de ello. Tienen que darse
cuenta que, esencialmente, se trata de enseñarles el respeto por el poder del
Dominante y de la obediencia, la paciencia y todas las demás virtudes de la
sumisión. Al mismo tiempo, necesitan aprender que las restricciones actuales
impuestas no tienen ningún significado por sí mismas. Son puramente
arbitrarias. ¿Cuánto tiempo dura una prohibición? Es simplemente una cuestión
caprichosa del dominante (y, ¡ay! de la mujer que se queje que no es justo).
A veces, no es una cuestión de imponer prohibiciones o restricciones,
sino de ordenar orgasmos obligatorios. “Te correrás a las 6 en punto de la
tarde. Lo harás de nuevo a las 7 y otra vez a las 8 de la tarde. Luego, ninguno
más, hasta mañana.” Esto es tan eficaz como enseñarle obediencia. También
escribí recientemente en este blog sobre los orgasmos arruinados. Son los
mejores para aplicarlos en persona, donde el dominante puede ejercer un control
completo. Pero, sin duda, es bueno para llevar a una mujer hasta el límite.
Parar, esperar, empezar de nuevo, parar otra vez y así sucesivamente. Y tal
vez, hasta que la pobre mujer sea reducida a un naufragio de necesidad saturada
(empapada). Aunque es más eficaz en la vida real, esto también es un buen
escenario para practicar online, poniendo en marcha la webcam. La expresión de
su cara cuando usted le dice: “Para,” es más gratificante.
No hace falta decir que, para hacer estas cosas sin la cámara, se
necesita una confianza absoluta con su sumisa. Usted tiene que estar convencido
de que ella es totalmente honesta y sincera. Si usted tiene alguna duda de que
ella no realiza las cosas que le dice que haga o no hace las cosas que usted le
ordena, entonces, esto no tiene sentido. Todo se rompe, no sólo la estrategia
de la denegación, sino que creo que hasta la relación misma, la cual no puede
sobrevivir con la ausencia de la confianza.
He conocido a un par de sumisas que me han comentado el éxito de la
negación del orgasmo. Creo que hay algunas para quienes el acto de la
masturbación no es sólo un placer y el alivio de una necesidad. Más bien,
parece que es para reforzar el sentido de la mujer por sí misma,
proporcionándole la comodidad y la
tranquilidad que necesita para sentirse segura y realizada. Si esto, de esta
manera, es importante para ella, no me gustaría que se lo quitaran. Hay otras
maneras de enseñar a obedecer. Pero, creo que si una mujer intentara usar este
argumento, cuando no es verdad en su caso, cosa que he llegado a saber, yo
tomaría rápidamente las medidas oportunas.
Sus palabras me resultan siempre impactantes, jamás me han negado un orgasmo. Por el contrario, creo que hasta que no tuve a mi amo no disfrutaba el sexo lo suficiente, De hecho mis orgasmos son contados, aunque sea difícil de creer... Que me los negaran sería realmente despiadado..
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