sábado, 10 de octubre de 2020

Emergiendo de la oscuridad

Ella, por la forma que había sido tratada, había permanecido en un calabozo oscuro y vista por todos los que estaban fuera. Había esperado, lo que parecía como toda una vida, a la Única Persona que tenía la llave para liberarla. A la Persona que estaba dispuesta a sacarla de la oscuridad y aceptarla dentro de su luz. La Persona que podía desbloquear la puerta que le permitiera, por fin, estar libre para volar. La Persona que podía liberarla de la oscuridad en la que ella siempre pensaba que estaría dentro.

Cuando la puerta se abrió y la luz que le trajo, puso sus rayos sobre sus alas, naturalmente se abrieron, como si ella siempre hubiera sabido cómo volar. Sin embargo, temía que se cerrarán más allá de la puerta. Al menos, en la oscuridad, ella sabía lo que esperar. Él no la arrastró hacia la luz, sino que esperó pacientemente. La animó y le ofreció apoyo para su nueva vida, mientras que ella dejaba lentamente atrás la oscuridad y salía a la luz. Sabía que se lo debía todo a Él, pues después de todo, era quien tenía la llave que la permitiría ser quien ella siempre había estado destinada a ser, y la aceptaría por completo tal como ella era. 

Cuando ella salió a la luz, se arrodilló ante Él con gratitud y reverencia. Estaba en deuda con el verdadero poseedor de la llave que la liberó de la mazmorra de sí misma para encontrar la libertad, para ser todo lo que ella podía ser. Sabía que solo con Él se desplegarían sus alas, y finalmente, aprendería a volar. Él nutriría su alma y la ayudaría a aceptarse a sí misma y todo lo que ella es. Finalmente, supo lo que era encontrar la libertad total, y pertenecer y entregarse a esa Persona, la cual tenía la capacidad de liberarla del encarcelamiento de su propia mente.

Mientras las lágrimas de felicidad rodaban por su rostro, ella tomó su mano extendida para comenzar el intrépido viaje con su Dominante, por el camino que ella había necesitado que la guiara toda su vida. Finalmente, pudo sentir cómo sus alas se desplegaban abiertamente, como nunca, ya que sentía la protección, el amor y la seguridad de su guía. Todavía tenía miedo, pero solo de lo desconocido. Sin embargo, confiaba en Él con todo su ser, le daría lo mejor de sí misma y sabía muy conscientemente con quién y dónde ella debía estar.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Buenos días, MisterEddy. Antes de nada, pedirte disculpas por mi retraso en responderte y, a su vez, darte las gracias por tu comentario. Sinceramente, ha sido un lapsus imperdonable. Y con respecto a tu comentario, nada que objetar. Simplemente que el romanticismo me puede y no puedo evitar que sea compañero de mis escritos y de mi carácter dominante. A pesar de que me gusta responder, tengo una actividad profesional que me consume muchísimo tiempo y, por consiguiente, estos lapsus.
      Buen día.

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