Este artículo está dirigido más bien a las sumisas noveles que a las ya experimentadas, pero, creo que todas las sumisas en general, se podrían sentir identificadas.
Hace unos días, tuve una conversación con una mujer sobre sus deseos y experiencias en el mundo de la D/s. Bueno, ella no había tenido muchas experiencias, pero las que tuvo, le encantaron. Sólo ha estado implicada en una relación, si usted la quiere llamar así, donde este tipo de juego se hacía fuera del entorno de ella. En realidad, no era una relación D/s, puesto que el hombre con el que ella se citaba, le gustaba solo sexualmente. El problema de ese hombre con ella era que la presionaba demasiado. Así que, rápidamente, tuvo que terminar la relación con él, por temor a su propia seguridad. La felicité por tener la fuerza de voluntad y valentía para defenderse a sí misma y saber qué era lo mejor para ella.
Después de haberme comentado algunos de sus antecedentes y detalles, realmente, no se trataba de esto. Durante nuestra conversación, ella se refirió en varias ocasiones a sentirse temerosa o nerviosa durante las sesiones. No por miedo o inseguridad, sino por el temor a lo desconocido. Al no haber tenido ninguna sesión antes en su vida, consecuentemente, no tenía ninguna experiencia real en este campo, ni tampoco tenía idea qué esperar o cómo desenvolverse mental, emocional o físicamente. Me dijo que lo único que la había impactado con fuerza, era lo húmeda y excitada que se sentía durante las sesiones.
Esto era algo totalmente nuevo para ella. Nunca la había experimentado con tanta intensidad. Sin embargo, no le importaba si había implicación de dolor o placer…la intensidad y anticipación del deseo la hacían ponerse más húmeda de lo que ella nunca había estado antes. Le comenté que, según mi experiencia, eso era una señal de la autenticidad de su sumisión, de ser una sumisa verdadera.
El cuerpo nunca miente. Puedes luchar contra él, puedes no estar segura de lo que haces, puedes decir que no sientes el dolor punzante…, pero cuando tu coño se humedece más que nunca, entonces, subconscientemente, te excitas y emocionas, incluso, sin saber lo que vas a hacer o suceder en una sesión. Tal vez, sea la naturaleza física de la situación, tal vez, sea el estado mental. Pudiera ser la emoción de la excitación, de la sensación de su control sobre tu cuerpo, su dominación sobre tí o tu propia sumisión. De todos modos, el cuerpo nunca miente. Es una respuesta natural que no puedes evitar o controlar. Tu boca puede estar diciendo que no, pero tu coño está gritando que sí, por encima de tus pulmones. Ahora, no me malinterpreten con esta declaración. En absoluto, apoyo o tolero actividades no consensuadas (por ejemplo: la violación o el abuso sexual). Mi intención es señalar que la sumisa puede ser nueva o no tener experiencia real, puede estar nerviosa o, incluso, tener algo de miedo, pero, su cuerpo siempre contará la historia real.
Este estilo de vida no es para todo el mundo. Algunas mujeres nunca se sentirían excitadas por las actividades que tanto nos gustan a los Dominantes y a las sumisas. Esto es así. Pero, para aquellas que les excitan o mejor todavía, para aquellas que se preguntan si son sumisas, el sentirse intensamente excitadas y húmedas antes y durante una sesión pudiera ser su propia prueba. No importa cómo lo sientas, ¿te excita esto? ¿Lo siente entre tus piernas? ¿Te pones más húmeda de lo habitual? Entonces, esto, la D/s, pudiera ser justo lo que necesitas.
Tu cuerpo nunca miente.
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