Temas adicionales a considerar:
1.- Posición.
¿La sumisa deberá estar sentada o de rodilla? Esto puede ser la base de dos
rituales separados. Quizás al dominante le gustará que la sumisa se arrodille
cuando esté sola en la casa y se siente estando en un lugar público, por
ejemplo, un restaurante.
2.- Las manos. ¿Deben estar las manos cruzadas
sobre el regazo, detrás del cuello, en la espalda o apoyadas encima de la mesa?
¿Le estará permitido usar sus manos? Un ritual totalmente diferente puede ser
requerido a la sumisa para que coma con una mano, en el caso de las comidas.
3.- Las piernas.
Si de rodillas, ¿se permitirá al dominante tocar los muslos o deben permanecer
abiertos? Si estando sentada, ¿se permitirá que la sumisa cruce sus piernas o
los tobillos? Las piernas no cruzadas son a menudo una señal de apertura y
disposición.
4.- Los ojos. Normalmente, los dominantes
prefieren los ojos de las sumisas bajos y abatidos. Esto es un ancla
psicológica que las mantiene en constante sumisión.
5.- Los labios. Es común exigir que los
labios de una sumisa estén ligeramente entre abiertos. Es un gesto erótico y se
utiliza también para recordarles su apertura. Deben permanecer separados
excepto para mascar chicle y tragar. En general, la sumisa debería aceptar los
alimentos en la lengua y cerrar los dientes primeros, luego los labios. Algunas
veces, podrían morder en el tenedor y participar con un pequeño tirón jugando
con el dominante, un coqueteo suave.
6.- Sonidos. La sumisa puede ser obligada
a pedir un mordisco o, alternativamente, puede estar bajo una disciplina de
silencio. Pequeños sonidos pueden ser permitidos como expresiones de gratitud.
La sumisa debería siempre estar agradecida por las atenciones del dominante.
7.- Expresión facial. Muchas veces, un
dominante disfruta cuando una sumisa expresa los sentimientos de satisfacción
con el sabor de la comida, su gratitud al ser servida y la excitación con la
realización del ritual.
8.- La respiración. Puede ser muy útil
permitir que la sumisa sepa cuando inhalar y expulsar si hay alguna restricción
de los movimientos.
9.- La intención. Con el fin de que el
ritual sea un éxito, la intención y la mentalidad de la sumisa ser articulada y
mantenida.
Sea paciente:
Los rituales requieren práctica. Una
sumisa es poco probable que realice un ritual nuevo correctamente la primera
vez. Con el fin de tener éxito, el dominante debe tener una clara visualización
del ritual y corregir a la sumisa hasta que los movimientos sean realizados a
la perfección.
Sumario.
Las normas y rituales constituyen una
parte importante en una relación Amo/sumisa. Constituyen el marco que sustenta
el servicio y las necesidades de la disciplina de la sumisión, así como el
cumplimiento del deseo del dominante de expresar el poder y el control.
Mientras que la sumisión no siempre puede ser recompensada por su buen
desempeño, es importante que las sumisas sean castigadas si las normas no se
cumplen.
Los rituales proporcionan el vocabulario
para la expresión de la devoción y la erotización de lo mundano. Deben ser
diseñados con cuidado, con la psicología de la sumisión y el poder en la mente
y llevarlos a cabo con dedicación.
Una relación D/s es una simbiosis de
intercambio de poder. Carente de reglas y rituales, una vida es como la música
sin pentagramas, caótica y desordenada. Sin embargo, con la estructura prevista
por las normas cuidadosamente elaboradas y los rituales cumplidos y
reconocidos, una vida D/s es como una sinfonía bella y gratificante.
Te explicas muy bien, con palabras muy sencillas y claras. Grcias por enseñar.
ResponderEliminarSaludos