domingo, 22 de julio de 2012

La psicología del poder y la sumisión


En respuesta a mi artículo sobre “Normas y rituales,” he recibido en mi correo electrónico los siguientes comentarios de una sumisa y, con su autorización, transcribo en este blog parte de los mismos y mi respuesta:

“Hoy tuve una conversación con una amiga mía con respecto a las diferencias sobre nuestra aproximación al bondage o atatuduras. La suya es casual, alegre, imprevista y molesta, mientras que yo consigo mucho más beneficio de la formalidad y el aspecto psicológico, pero el resultado final es el mismo para ambas – intensidad y liberación.

En cualquier caso, la conversación me recordó esto…

“Los rituales proporcionan el vocabulario para expresar la devoción y la erotización de lo mundano. Deben ser diseñados con cuidado, bajo la psicología de la sumisión y el poder de la mente y realizados con devoción.”

Sería muy interesante si usted pudiera hablar más sobre la psicología de la sumisión y el poder.”

Como usted sabe, creo que la naturaleza de la mujer sumisa  está en gran medida determinada por la genética. Está codificada en las mismas células de su cuerpo a través de muchos años de evolución. Por supuesto, el condicionamiento social tiene un importante papel en este proceso, diferentes culturas tienden a promover o suprimir estas naturalezas en mayor o menor medida. Sin embargo, creo que la tendencia natural a someterse está conectada desde su nacimiento.

Por eso, para mí, la psicología de la sumisión trata no  de cómo una mujer “se convierte” en sumisa (puesto que no es realmente posible) sino más bien de cómo se puede expresar la naturaleza sumisa de alguien. Se trata de cómo la mente procesa estos impulsos naturales, cómo se llega a un acuerdo con ellos y cómo se muestran. De cómo la mujer mal llevada puede comportarse de formas desadaptativas que se extenderán a todos los aspectos de su vida diaria. Puede encontrarse a sí misma alimentando el estrés, incapaz de hacerle frente, comer demasiado (o no lo suficiente), dormir demasiado (o no lo suficiente), etc. Porque no tiene la manera de expresar su naturaleza interior y el poder asociado con esta naturaleza contra la que tienden a luchar.

La sumisión es también una expresión de poder. Algunas comparan la pérdida de control con la pérdida de poder, pero no estoy de acuerdo. Las sumisas que conozco, a menudo, me han hablado de la enorme energía y poder que sentían cuando les daban la oportunidad de explorar y expresar su naturaleza. En este sentido, el poder puede ser equiparado a la energía. Por lo tanto, a pesar de que ambos están controlados, siguen energetizados. Desde luego, es una curiosa paradoja de que una sumisa  cuando está sirviendo de rodillas, sienta una fuerte ráfaga de energía fluyendo a través de su cuerpo. A menudo, esta energía puede ser un componente erótico, pero que no siempre tiene que ser el caso. La realización de un acto de servicio a otra persona suele ser suficiente para producir estar carga de energía.

Me han dicho que puede ser poderosa.

Así pues, con respecto a la psicología de la sumisión y el poder, yo diría que al llegar a un acuerdo con la propia naturaleza y encontrar un punto de equilibrio desde el cual servir, una mujer puede disfrutar de un mayor nivel de energía (poder) que normalmente no es accesible para ella a través de cualquier medio.

Confío que con esto haya respondido a su pregunta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario