Hablando no hace mucho con
una sumisa, me comentó que leyendo algunos de mis artículos, había leído algo
sobre “…cómo repercutía en la vida de una mujer sumisa la influencia de su
dominante.” Y le dije que intentaría explicárselo aquí.
Posteriormente, me hizo la siguiente
pregunta:
“¿Podría explicarme con más detalle lo que usted quiere decir
cuando expresa que la sumisa refleja la energía de su dominante? ¿Cómo sucede
esto, por favor? ¿Cómo puede decir que lo ha hecho? ¿Es algo que una hace
conscientemente? Tengo miedo de caer en el segundo de los tres grupos que usted
ha delineado, lo que hace que me confunda. Le agradecería que me lo aclarase,
por favor.”
Gracias por su pregunta.
Me gustaría tener una
respuesta sencilla o, de hecho, cualquier respuesta que pudiera tener algún
sentido concreto, pero no la tengo. Por lo tanto, intentaré contestar a su pregunta
usando mis experiencias personales con una cierta dosis de conjetura.
A lo largo de los años, me he
dado cuenta que, si soy atraído por una mujer, entonces es, casi una certeza,
de que ella es sumisa por naturaleza. He tenido uno o dos pequeños errores (y
uno de ellos, bastante grande), pero sobre todo, mis sentidos me han dirigido
con sabiduría.
Algunos hombres parecen
sentirse atraídos por mujeres de una cierta forma corporal, otros por mujeres
de determinados grupos étnicos. Otros hombres parecen ser atraídos por grandes
pechos, mientras que otros prefieren un botín bien embalado. A algunos hombres,
sólo les gustan la mujer con vestido corto, o con tacones altos o con las uñas
de los dedos de los pies pintadas. A otros, pueden gustarles la manera que ella
se mueve o la manera que ella habla. Todos estos son obviamente signos
abiertos, que significan que es bastante fácil decidir si uno está interesado
en una mujer o no. Pero, ¿qué pasa con la sumisión? Esto no es algo que una
mujer pueda fácilmente mostrar, como la forma de su cuerpo o una prenda de
vestir.
Para complicar aún más las
cosas, las mujeres que me han atraído, a menudo, ni siquiera eran conscientes
de que ellas tenían una naturaleza sumisa. Al menos, no conscientemente. No
estaban haciendo nada abiertamente para atraerme. Y, sin embargo, lo hicieron.
Y para agregar una capa aún
más misteriosa de complicidad a este tema, cuando me han preguntado acerca de
si estas mujeres se sentían atraídas hacia mí, la mayoría de las veces dijeron
que su primera impresión no siempre era positiva. Con frecuencia, me
consideraban que era demasiado alto o bajo o poco musculoso o simplemente no
era su tipo normal.
Sin embargo, en un lapsus de
tiempo relativamente corto, después de su primera impresión (vamos a llamarlo
su segunda impresión) se hicieron muy atractivas para mí. Y, para hacer las
cosas aún más extrañas, en muchos de los casos, estas mujeres se sintieron muy
atraídas por mí, sin habernos visto antes, sin haber visto una foto mía o
incluso haber oído mi voz. Y, más de una mujer, se ha sentido atraída por mi
solamente por las palabras que les he
escrito en los emails.
¿Quizás, he perseguido a
estas mujeres? ¿Las “he cazado” forzándolas con la fuerza de mi poder sobre
ellas? Realmente, no, nunca he sido un “cazador” de mujeres. La propia
persecución no me interesa mucho.
Muchos hombres y mujeres
dicen que ven la “caza/persecución/captura” como parte del proceso
romance/seducción muy emocionante y, una vez, que la han cogido (o incluso
capturado), se sienten abrumados como pareja. Creo que es, porque este estado
del cortejo permite a una parte de la pareja a ser el “cazador” dominante y la
otra parte, puede asumir una postura sumisa. Ambas partes disfrutan de la
tensión natural erótica que se desarrolla, incluso si solamente están “jugando”
en la dinámica de la D/s. Este proceso del juego culmina (generalmente) en una
experiencia sexual. Mientras que ambas partes aportan una gran cantidad de
seducción en esta interacción, con frecuencia, no lo hacen o no pueden llevar
su rol (dominante o sumisa) desde el momento del juego en tiempo real. Algo les impide de continuar con
los roles de su relación Amo/sumisa. Tal vez sea, porque su verdadera
naturaleza se revela y sus energías relativas no coinciden y, por lo tanto,
cada uno sigue su propio camino. Tal vez sea, porque son renuentes a seguir su
camino natural, temerosos de las consecuencias de asumir sus propias
naturalezas y, por lo tanto, rompen la incipiente relación. Sé que esto no es
aplicable a todos, pero creo que una cantidad importante de ellos, lo tienen en
cuenta.
Ahora, ¿dónde estaba yo?
No tengo o, al menos, muy
poco interés, en perseguir a las mujeres. Puesto que ellas para mí, no son como
una “manada” (ni me gustaría tenerla) y
no puedo decir que tenga ninguna queja.
Por lo tanto, ¿son estas las
mujeres que me atrajeron? O, dicho de otra manera, ¿qué veo en ellas que las
hacen tan atractivas para mí?
Un detalle más, antes de que
se me olvide. Tuve una sumisa que reconocía a otra mujer sumisa mucho más
rápidamente que yo y nunca se equivocaba. No se sentía atraída por ellas, ni
tampoco las conocía.
Aquella sumisa me dijo que,
desde hacía mucho tiempo, cuando yo estaba físicamente cerca de ella, sentía un
campo de energía en su entorno personal. Lo describía como una forma oval,
rodeándonos a los dos. Ella decía que esa energía la completaba. También me
comentaba que, cuando yo me alejaba, sentía como una pérdida tangible. No me
hacía mucha gracia esto, puesto que no lo entendía y lo sigo sin entender.
Con el paso de los años,
algunas mujeres me han demostrado, en más de una ocasión, que ellas tenían
sentidos o intuiciones que yo etiquetaría como de “bruja.” Y creo con firmeza
que muchísimas mujeres sumisas tienen también poderes de bruja.
Yo, no. Aunque debo decir que
siempre he disfrutado estando cerca de mujeres con estas sensibilidades.
Tampoco estoy muy seguro si ese campo energético que mi ex sumisa describía
tuviera algo que ver con la D/s o si era más una manifestación de nuestro amor
de entonces.
¿Puedo explicar el proceso?
No. Sólo sé que existe algo por lo que una mujer sumisa me atrae. Llámese
energía, aura o lo que se quiera. Lo veo y lo leo.
Si estoy interesado en una
mujer, (y, en verdad, solamente he estado interesado en muy pocas) entonces,
normalmente intento una prueba sencilla, como decirle que haga algo o diga
algo, o si ella está físicamente presente, pedirle que se posicione de una
cierta manera. Observo cómo responde. A través de este enfoque, se puede
identificar rápidamente si mi primera impresión fue correcta.
El resto es bastante
sencillo.
Así que para responder a su
pregunta, desde mi posición personal, una mujer no puede hacer mucho, de una
manera u otra, para reflejarme su energía. O me interesa o no, y no habrá mucho
que hacer, de una manera u otra, para influir sobre mi decisión.
Por supuesto, me gusta pensar
de mi mismo como un dominante bien desarrollado. Todo este proceso se convierte
en un gran reto cuando se trata de un hombre dominante que ni siquiera es
consciente de su naturaleza, que sospecho que es, mucho más habitual en estos
casos.
En realidad, no he respondido
a la pregunta todavía. Creo que ahora necesito tomarme un descanso. Te
garantizo que terminaré esta respuesta más tarde.