miércoles, 10 de octubre de 2012

Querer ser azotada


Una sumisa me comentó hace unos días que, dada la importancia que tienen en una relación D/s,  escribo muy poco sobre los azotes y, pensándolo bien, tenía mucha razón. Ella aún no tiene un Amo en su vida. Está en ese proceso previo de conocimiento de una persona para dar el paso hacia una relación D/s. No sabe si es masoquista o no, porque no ha tenido una experiencia intensa. Pero, sí que le interesa muchísimo el mundo de los azotes. Me dijo que había intentando azotarse ella misma varias veces, pero que no era lo mismo. Como Dominante, me encantan los azotes, me gusta y disfruto azotando tanto como castigo como por placer.  Por consiguiente, intentaré escribir más sobre el tema.

Seas quien seas, si estás leyendo este artículo, puede ser que sea porque te interesan los azotes, disfrutas siendo azotada, quieres saber más sobre los mismos, tienes mucha curiosidad sobre el tema, el morbo del mismo es intenso, nunca has sido azotada y te gustaría ser azotada para dejar de vivirlos en tus fantasías y disfrutarlos en la realidad.

Pero el viaje o proceso de fantasear sobre cómo ser azotada y encontrar a alguien que realmente pueda y quiera azotarte, puede ser un viaje o un proceso larguísimo.

Una de las cosas más frustrante sobre el deseo de ser azotada es que, obligatoriamente, se necesitan dos personas para hacerlo bien. En la vida, hay miles de cosas que no se le exigen a una pareja y ni tampoco hacerlas bien – por ejemplo, tirarse en paracaídas viajar a lugares exóticos, hacer senderismo o cocinar un soufflé perfecto, etc. -. Todas estas cosas puedes hacerlas por ti misma sin necesidad de encontrar a alguien para que las haga contigo.

Por supuesto, los azotes son diferentes. Sin una persona que sostenga la paleta, el cepillo, la fusta, el cinturón o cualquier otro implemento, estás, más o menos, fuera del paraguas de la suerte.

Tengo que añadir que, a diferencia del paracaidismo o hacer senderismo, no puedes salir a la calle y anunciar a todo el mundo que buscas una pareja para que te azote, (bueno, podrías, pero, probablemente, sería bastante vergonzoso, ¿no?) y sentir y mostrar que tu situación podría ser bastante desesperante.

En este punto, incluso, puedes llegar a creer que nunca encontrarás a alguien que quiera darte los azotes que, de verdad, quieres y necesitas.

Pero, la buena noticia es que, sin importar cual sea tu situación personal, puedes encontrar el camino para conseguir esos azotes que deseas.

Sin embargo, antes de salir a la calle a buscar esos azotes, necesitas saber lo que hay entre tú y el spanking. Esto es de lo que trataremos más adelante en otros artículos.

Es muy posible que llegues a pensar que todo lo que existe entre tú y los azotes que quieres, sean consideraciones prácticas: no quieres una pareja o tu pareja no “está por esta labor” o no sabes cómo pedírselo o quieres a alguien que esporádicamente esté dispuesto a azotarte.

Pero, la verdad es que, los obstáculos que se interponen entre tus deseos de ser azotada y los azotes están en tu cabeza. Esto es, dichos obstáculos son actitudes o creencias u otras cuestiones que requieren ser trabajadas antes de estar preparada para ser azotada por alguien. En el fondo, esto es una buena noticia, porque al estar  los obstáculos que se oponen a tu deseo de ser azotada en tu propia cabeza, tienes mucha más influencia para percibir si puedes superarlos o no.

Al tratar próximamente sobre estos probables obstáculos internos y cómo trabajar sobre ellos, lo que pretendo es que, al final, estés en mejor posición para luchar también contra los obstáculos externos y puedas conseguir y realizar el azote que tanto deseas.

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