viernes, 26 de octubre de 2012

Responsabilidad


En una relación D/s o de intercambio de poder, la conducta de los protagonistas está  determinada por el rol de ambos: Dominante y sumisa, la parte superior y la parte inferior.

Bueno, me gustaría pensar que es así, pero, si tuviera que leer una historia honesta o ver una película auténtica o una escena de la vida real de una pareja en este tipo de relación, podrías sorprenderte. Nunca he conocido o comprometido con una mujer que no haya tenido o actuado, en algún momento, como la reina de un drama o de una manera totalmente razonable. Sería absurdo pensar que el Dominante es el único que intenta controlar sus respuestas, como si, de alguna manera, las sumisas fueran las descontroladas y los Dominantes quienes lo saben todo y siempre controlándolas.

Una característica simple y, en conjunto, esperada por parte del Dominante, es que van a existir momentos donde ellos fallen miserablemente. A veces, van a ser egocéntricos, otras veces, extremistas e irracionales. Aquí está la cosa: a  veces, están totalmente equivocados, otras, aberrantes y otras, totalmente comprometidos con sus propias vidas y bienestar. Si se sienten enfermos, a menudo, todas las apuestas están perdidas.

Estos son tiempos difíciles para las sumisas. Si el Dominante no controla y no está en un estado mental dominante, la sumisa tiene que averiguarlo y qué hacer por sí misma. Según mi experiencia, quejándose de que no funciona. Si ellos no se sienten como un Amo, entonces, la sumisa poco puede hacer al respecto. (Sé sobre el pedir y el rogar, pero si no están por la labor durante un tiempo, en potencia, la situación puede empeorar, pienso). Por consiguiente, sugiero que la sumisa no tiene más opción que poner en acción su habilidad para ser fuerte y resistir, porque no va a ser posible que, en esos momentos,  ella pueda confiar en su Dominante para que la apoye. Por lo cual, la sumisa debe ser fuerte para sí misma e, incluso, más fuerte que él.

Creo que, la gran mayoría de los Dominantes se recuperan. Su incapacidad para cumplir con su deber hacia su sumisa es sólo temporal. Una vez que la crisis se minimiza en su mente, él vuelve a su rol. Todo volverá a estar bien.

Sin embargo, no quiero especular que si el Dominante tiene esta costumbre,  la sumisa no tendrá más remedio que confiar más y más en sus propias reservas. Es muy posible que, sin ninguna opción, ella tenga que apoyarse en su propia fuerza interior, hasta el punto de que la relación pierda el atractivo para ambos.

Dominante, aceptar una sumisa en tu vida tiene enormes ventajas, pero también exige mucha responsabilidad. Por mucho que ella deba hacer tiempo en su vida para atender las exigencias que implica el ser sumisa de alguien, así pues, el Dominante deberá buscar el tiempo y recabar energías  para el cumplimiento de su papel como líder. El Dominante deberá intentar liderar incluso en tiempos de estrés, crisis y dificultades porque ella, casi siempre, es incapaz de dirigir. Simplemente, porque no es su opción.

3 comentarios:

  1. Y ¿qué pasa cuando el dominante no tiene ni pajotera idea de lo que pasa por la mente de su sumisa/o?. Tal vez sea porque son demasiado egocéntricos, si. O tal vez porque les falta rigor, o personalidad. O tal vez porque no se concentran suficientemente en lo que tienen entremanos. A saber ....

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  2. ¿No has pensado también en que la sumisa no haya sido muy fina al elegir al hombre que iba a formar parte de su vida?

    Para los fracasos, hay miles de excusas y respuestas...

    Buen día...

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  3. Esto es importante que toda sumisa lo sepa... para que así, pueda estar preparada para estas crisis....

    ana.

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