Por ahí fuera, hay
muchas clases de putas, pero, las que yo más admiro, son las putas de la
humillación. Tal vez, esto suene un poco paradójico, por lo tanto, lo voy a
explicar.
En el mundo de la D/s,
el término puta es usado con frecuencia y, rara vez, en forma despectiva. Pero,
en foros y chats de “Putas, Zorras, etc.,” el término se usa con orgullo por
muchos de los participantes. Es como si se quisieran auto imponer una especie
de medalla de honor. Por supuesto, existen putas y luego, hay putas. Creo que
las putas se pueden clasificar en tres grupos: putas del placer, putas del
dolor y putas de la humillación.
Las putas del placer,
a menudo, llamadas simplemente putas,
son, quizás, el grupo más grande y mejor conocido. Éstas tienden a ser
individuas que les gustan el sexo, abrazan el sexo y anhelan el sexo. A la
vez de que esto es algo que, con toda
probabilidad, sea verdad para muchos en el mundo vainilla, establece una diferencia entre las putas del
placer con respecto a otras en disposición de mostrar sus necesidades y la
aceptación de su naturaleza. Ella sabe quién es ella y a ella le gusta. Y mientras
que ella no puede y anhela todas las formas posibles de sexo, lo que hace, lo
hace con gusto. Las putas de placer son comunes en el mundo de la D/s, porque
son un componente frecuente de sumisión, disciplina y ataduras.
Las putas del dolor
son un grupo más pequeño, pero bastante mayor. La puta del dolor es una mujer
que anhela las sensaciones extremas, aquellas de una naturaleza y un carácter
que otras verían como dolorosas y algo a evitar. Por cualquier razón, las putas
del dolor consiguen una rica satisfacción física al ser manejadas por un
sádico. Y mientras todas las putas del dolor tienen sus límites (los cuales
varían de puta a puta), lo que ellas tienen en común, es un deseo de ser
físicamente manejadas de tal manera que evoque una respuesta de dolor que ellas
luego procesarán como placer.
Me gustan las putillas
del placer y las del dolor, más todavía. Esto no debería sorprender. Me gusta
el sexo y soy un sádico. Tiene sentido que encuentre a estas mujeres
interesantes y atractivas. Afortunadamente, hay muchas de ellas
alrededor de todos nosotros.
Mientras soy
respetuoso con las putas del dolor y del placer por tener el coraje de aceptar
su naturaleza y mostrar sus necesidades, realmente, a las que admiro y aprecio
de una manera especial, es a las putas de la humillación. Estas son personas
que anhelan ser tratadas humillante y degradadamente o como, algunas veces, se
dice: “puestas debajo.” Para las putas de la humillación, contra más humillante
sea el trabajo, más degradante es el lenguaje usado para describirlas, más
excitadas y orgullosa se ponen. ¿Por qué no lo he sabido antes? No lo sé. Sin
embargo, me he encontrado con bastantes putas de la humillación y me han
asegurado de que esta es la forma como ellas están conectadas.
La clase de
tratamiento que una puta de la humillación anhela, puede ser de carácter
físico, emocional o intelectual. Por ejemplo, podrían ser requeridas a
arrastrarse por la suciedad o hacerle
limpiar el suelo con su lengua. Todas las maneras de vulgaridades podrían ser
usadas para describirlas. Podrían ser enjauladas o ser usadas como muebles
humanos. Y, al mismo tiempo, como una puta del dolor. La mayoría de las putas
de la humillación tienen límites (por ejemplo, la escatología o los enemas,
etc.) aun así, lo más importante que anhelan, es ser tratadas como objetos o
cosas. Lo que las hacen diferentes de las putas del dolor y del placer, es que
la “humillación” es principalmente el estado mental de un ataque contra su
propia imagen, donde el dolor y el placer son mucho más físicos y no impactan
tanto a la mente, sino más bien, al subespacio.
Desde mi pobreza, las
putas del placer y el dolor comparten una comunidad en la que lo que ellas más
anhelan son las sensaciones físicas. El dolor y el placer que reciben son del
cuerpo. De hecho, pueden participar en
el juego del placer o del dolor mientras aún permanecen, más o menos, bajo el
control de sus propios estados mentales. Son putas del cuerpo más que de la
mente.
He aquí un extracto de
un correo electrónico que recibí de una mujer que conozco bastante bien:
“Lo que hace a la humillación tan efectivamente
excitante, es que es realmente una entrega total, probablemente más que
cualquier otra clase de juego. En el sexo, el juego de las cuerdas o el dolor,
es realmente, una entrega física, pero una vez que una se entrega físicamente y
todavía mantiene una distancia emocional e intelectual, una desea hacerlo así.
En la humillación, cuando está bien hecha, es imposible mantener la distancia
y, por lo tanto, existe una entrega emocional e intelectual que corta más
profundamente que una simple entrega física. Y no hace falta decir que la
entrega física seguirá automáticamente a la entrega emocional e intelectual…
por lo tanto, una entrega total. Si has conquistado la mente de tu sumisa, has conseguido el
cuerpo. Teniendo en cuenta que gran parte de la excitación y atracción sexual
que existe entre las orejas en muchas, si no en la mayoría de las mujeres, se
deduce que, una buena mente folladora tiene el potencial para ser mucho más
poderosa (y alucinante) que un cuerpo para follar.”
Una puta de la
humillación es, por tanto, un caso especial de la categoría general de las
masoquistas. Como he dicho en otros artículos, una masoquista es cualquier
persona que se excita a través de sensaciones extremas que otras generalmente
clasificarían como dolor. Para la mayoría, esto siempre ha sido clasificado
como dolor físico, azotes, marcas, cera, etc. Sin embargo, existen otras formas
de dolor, intelectual y emocional. Lo que diferencia a la puta de la
humillación, además, es su deseo por estas otras formas de dolor y su habilidad
para procesarlo con eficacia.
Debería ser obvio que
el proceso eficaz de la humillación es un factor crítico de éxito para las
putas de la humillación. Obviamente, existen muchas mujeres fuera de aquí que
son menospreciadas y degradadas como parte de su vida cotidiana. Algunas veces,
llamamos a estas mujeres víctimas de abusos o de acoso sexual. Pero, las putas
de la humillación no entran en estas categorías por dos razones principales:
1.- Lo hacen con su
propio consentimiento.
2.- En lugar de
sentirse decaídas y depresivas por este tipo de tratamiento, las excitan y le
dan poder.
Sin embargo, uno debe
maravillarse de la fuerza de carácter, el lecho de roca de la auto estima y la
enorme cantidad de mujeres que merecen la pena y que deben mantenerse
literalmente lúcidas para sobrellevar el intenso juego de la humillación. Si
bien uno puede sentirse impresionado por el número de agujas que una mujer
puede ser capaz de tolerar perforando su carne, me permito sugerir que uno debe
estar incluso más impresionado por una mujer que pueda limpiar un inodoro con
su lengua y salir sintiéndose bien consigo misma por el otro lado de la
experiencia. Si bien, uno puede ser sorprendido por la habilidad de una mujer
para tener sexo con muchas parejas en una sola noche o su deseo de tragar
semen, uno puede sorprenderse mucho más con los orgasmos de orina potable o que
pida ser tratada como un perro y sentirse crecida para hacer estas cosas.
De ahí, el motivo por
el que admiro a la puta de la humillación. De hecho son una clase especial de
masoquistas.
Por favor, observe que
no estoy sugiriendo que estas mujeres son de mejor o peor calidad que otras.
Ciertamente, he conocido a muchas grandes sumisas que no son putas de la
humillación. También, es cierto, no tengo ninguna objeción a una sesión con una
mujer que ha reconocido que ella es una puta del dolor, pero que marca un
límite en el juego de la humillación. No juzgo a las personas por la naturaleza
o intensidad de su “perversión.” Además, no hace falta decir que, una puta
puede ser al mismo tiempo del placer,
del dolor y de la humillación. No es ni una cosa ni la otra. Por
ejemplo, muchas de las putas del dolor que conozco, son también putas de la
humillación, de una clase u otra. El hecho de que a uno le guste un tipo de tratamiento, no se
opone a otro deseo.
Sin embargo, aunque
son bastante raras, la puta de la humillación requiere una mención especial.
Esta forma de juego es en muchos sentidos la más peligrosa, ya que tiene el
potencial de graves daños psicológicos a largo plazo. Hay que ser muy
cuidadoso. Y, ciertamente, no para los débiles de corazón. Pero, si uno es el
tipo de sádico que busca el placer teniendo a una mujer debajo, sin dudar, es
hermoso encontrar a una mujer que desee este tipo de atención. Felizmente, he
encontrado a una o dos en el curso de los años.