viernes, 24 de mayo de 2013

La integración de la naturaleza y el fetichismo


Recientemente, me hicieron las siguientes preguntas:

Me estoy preguntando, ¿cómo los sádicos, que son también Dominantes, integran el lado sádico de su personalidad con su lado dominante?

¿Cómo el sádico se preocupa por su sumisa,  en el sentido de que ella necesita experimentar placer, al menos, ocasionalmente? O ¿no es una necesidad para algunos?

Yo pensaba que algunos de mis lectores pudieran estar interesados y, por lo tanto, las respondo públicamente.

Desde mi perspectiva, el sadismo y la dominación no están disociados. La dominación es un rasgo del carácter. Es un rasgo que se centra en el control del entorno de una persona. Si bien puede haber debate sobre cómo se desarrolla (vía genética, a través de la socialización o por medio de una combinación de ambas), sin duda, está claro que algunos individuos en nuestra sociedad, parecen estar motivados para arreglar sus asuntos de la manera que les convenga, más que sacrificando sus propios deseos en servicio de los demás.

Por supuesto, esto no es absoluto. La mayoría de nosotros tenemos algunos aspectos de estos dos rasgos en nuestra constitución, pero, los altamente dominantes tienden a poner su deseo de controlar muy por delante de su deseo de servir.

Por otro lado, el sadismo es una expresión de fetichismo sexual. Es algo que provoca la excitación. Ser sádico es conseguir la estimulación y la satisfacción sexual a través de la aplicación de sensaciones extremas en otra persona. Aunque, obviamente, esto requiere mucho control del entorno (de ahí la razón por la que creo que muchas personas dominantes son también sádicas) aunque no sea en realidad un requisito. De hecho, yo diría que la gran mayoría de los hombres dominantes es probable que sean bastantes vainillas sexualmente. Para la masoquista, el placer dentro de los límites de una sesión, puede ser definido como la que recibe y procesa sensaciones extremas.

Así que no veo ningún problema en integrar estas dos cosas juntas. Es posible que no se complementen, pero, apenas están opuestas. Una trata sobre el control del entorno de una persona para satisfacer los deseos de la otra. La otra, sobre la gratificación sexual.

En cuanto a la segunda pregunta, no está bien expresada. El sádico no se preocupa por la sumisa. El sádico se proyecta sobre la masoquista y en este contexto, tiene la responsabilidad de asegurarse que ella no esté en un peligro manifiesto, sus límites son respetados y por eso ésta, no está en peligro. Los sádicos y las masoquistas tienen sesiones. Durante estas sesiones se dedican a una variedad de actividades que involucran sensaciones extremas. Sin embargo, las sesiones empiezan y terminan. Son de una duración limitada.

El Dominante también tiene una responsabilidad sobre su sumisa. En las relaciones 24/7, no tratan de sesiones de juego, sino, más bien, de desarrollo continuo y la mejora de la sumisa. Es menos de gratificación sexual y más sobre la paz, el equilibrio y la felicidad. Esto no se logra con el látigo, sino más bien con la disciplina, los rituales, los diálogos, etc. Para la sumisa, el placer pudiera ser definido como la alegría que procede de servir a su pareja Dominante.

Por supuesto, esto implica que una sumisa no masoquista, junto con un sádico no Dominante, probablemente, no sea una relación equilibrada. O cualquier otro acoplamiento que no empareje al sádico con la masoquista o al dominante con la sumisa.

2 comentarios:

  1. Muy bien expuesto su razonamiento... El dominante que fué mi maestro cuando decidí iniciarme en este mundo... Me dijo unas palabras que se me grabaron muy bien, recuerdo y comparto... "Debes encontrar un Amo, que no sea más sádico que tu grado de Masoquismo" Es decir... Mi engranaje perfecto!

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  2. Tu Dominante te conocía muy bien y supo decirte de la importancia del equilibrio entre un Dominante sádico y una sumisa masoquista.

    Gracias, por seguirme.

    Buen fin de semana,

    Ben Alí

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