sábado, 12 de abril de 2014

Arrodillarse

Forzar a una mujer a que se arrodille es fácil. Los hombres somos físicamente más fuertes y cualquiera puede usar su fuerza física para conseguirlo. Cuando permitimos que la mujer se ponga de pie, ella se libera de nuestro control físico y compulsión. Puede darnos un sentido de poder, alguna satisfacción y puede ser muy excitante en una sesión.

Mantener a una mujer de rodillas, es apoderarse de su mente, capturarla y sobre todo la inspira. Entonces, usted la tiene  de por vida. Está donde ella anhela estar, de rodillas por elección, de rodillas porque quiere, de rodillas porque ella tiene que servirle, de rodillas, porque tiene el placer de servir a su dominante. No hay compulsión física, ni amenazas, ni demandas hechas, es un acto duradero, permanente y muy gratificante para ambos.

Haga esto y ella se lo dará todo, cada fibra de su cuerpo, su entrega total, porque has satisfecho su necesidad más profunda.

Escrito desde mi perspectiva de hombre dominante, pero acepto que es la misma orientación irrespetuosa de género.

2 comentarios:

  1. Creo que no hay mayor ofrenda de la sumisa hacia su Amo que arrodillarse ante él, ella claramente le muestra que le pertenece, le ofrece su obediencia, su devoción, su cuerpo y su mente.
    Por supuesto antes ha habido un camino recorrido donde el Dominante se ha ganado toda esa entrega

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  2. Creo que es una ganancia doble. Él se la ha ganado...y ella también se ha ganado ese honor de arrodillarse ante él.

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