Permítanme describir algunas imágenes. En la
primera, dos hombres, elegantemente vestidos con trajes, están sentados en un
sofá. Frente a ellos, se encuentra de pie una chica desnuda. El punto de vista
muestra a la chica desde atrás. Ella tiene un trasero bonito. También muestra
las expresiones en las caras de los hombres.
Tienen unas expresiones ligeramente desdeñosas, arrogantes e, incluso,
indiferentes. Es como si no existiera
nada inusual al tener en posición de desfile a una mujer desnuda en frente de
ellos. Casi, como si fuera su derecho.
Otra imagen. Otra mujer, desnuda. Está tumbada sobre
una mesa. Un hombre está de pie junto a su cabeza, sus manos sobre los hombros
de ella. El otro hombre, de cara a la cámara, está en el lado opuesto de la
mesa, inclinándose sobre ella. Una mano está puesta sobre vientre de ella, como
si la mantuviera en posición. Su otra mano está entre sus piernas. No podemos
ver si sus dedos están dentro de ella, solo que lo que están haciendo es
intrusivo. Cada uno de los hombres está vestido con un smoking. Obviamente, no
es un examen médico. Sus expresiones son tranquilas, sin emociones. La mujer
parece ligeramente aturdida. Tal vez, ella esté drogada o en el subespacio.
Una tercera imagen. Un hombre vestido con un traje
se inclina despreocupadamente contra la repisa de una chimenea, su mirada
dirigida hacia la chica que está de pie delante de él. La vemos desde atrás. Su
falda es tobillera. Está vestida con un sujetador, medias y ligas negros. Sus
bragas son semi transparentes, de un color azul pálido a juego con el color de
su falda. No podemos ver su cara, pero su postura sugiere que ella está a
punto, como si estuviera lista para una especie de movimiento. Tal vez,
esperando que el hombre le ordene que se quite otra prenda de vestir.
En la última imagen, una mujer se arrodilla desnuda
sobre el suelo, de espalda a un hombre sentado en una silla. La mujer está
atada, sus muñecas atadas a sus tobillos y otra cuerda ata sus muslos
firmemente a su cintura, por lo que ella está doblemente doblada. El hombre en
la silla, que está completamente vestido, está leyendo un libro, ignorando a la
mujer.
Lo que me interesa de todas estas imágenes no es que
se vea a una chica guapa desnuda o casi (aunque esto nunca es desagradable). Es
el estado de ánimo de indiferencia, de estudiada indiferencia mostrada por los
hombres. La mujer está disponible, pero parecen no tener prisa en usarla. En
una sola imagen, es que nadie toca a la mujer y esto es una forma de inspección
desapasionada. Algo puede salir de ello, pero posiblemente, no.
Encuentro estas imagines de alto contenido erótico.
Cualquiera que vea la cara de la chica o, si lo hacemos, en absoluto, expresa
emoción. Las fotos comunican la esencia de la objetificación, ese particular modo
de dominación que elimina de la ecuación sexual cualquier posibilidad de que la
mujer pudiera tener una información de lo pudiera suceder a continuación.
Ella no se avergüenza de reconocer que es una puta,
no se la está obligando a confesar su obediencia. Ni siquiera puede estar
segura de que los hombres realmente la quieren. Por sus expresiones,
simplemente, pudieran estar aburridos. Tal vez, ellos hayan visto demasiadas
mujeres hermosas y desnudas. Tal vez, haya otra chica esperando entre los bastidores
que ellos pudieran preferir. Tal vez, con el tiempo, intentarían usarla, si les
diera la gana.
Por supuesto, esto es la esencia del sexismo, tal
como es definido por las feministas, el tratar a la mujer como un mero objeto. Me
apresuro a decir que me encantan las feministas. Estoy de acuerdo con ellas. Entonces,
¿por qué me permito disfrutar de estas imágenes? Porque sé que algunas mujeres
también se excitan con ellas, incluso, las mujeres que se hacen llamar a sí
mismas feministas. En un contexto de la D/s, estas imágenes son aceptables. Si
una mujer se excita al ser utilizada como lo son estas mujeres, si en el
momento del compromiso sexual, ella quiere ser tratada como un objeto por un
hombre que comprenda sus motivos, entonces, la experiencia es liberadora para
ella, no opresiva.
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