Completamente
desnudos, ellos están bromeando alrededor de la cama. Vamos como si fuera un
combate de lucha libre. Parece que, en cualquier momento, puede haber sexo duro
entre ellos. Ella espera que sí. Él la coge por espalda, la bloquea con el
brazo y ella se ríe y chilla agitando sus piernas. De repente, los golpes
llegan con fuerza entre ellos.
“¡Ay!”
instintivamente, ella cierra sus piernas, más apretadas que una almeja.
“Abre
tus piernas,” él dice.
“¡No!”
Él le
echa una mirada.
“No,
por favor, que duele.”
“Por
supuesto que duele.”
“No,
en serio, no quiero.”
Su
mirada es ahora muy seria. “No me digas eso.”
Ella
guarda silencio.
“Estoy
esperando,” él dice.
Muy
despacio, él separa sus piernas, no muy abiertas. Él azota entre ellas, de
lleno contra su coño. Ella grita y cierra sus piernas de nuevo.
“Ábrelas,”
la dice.
Hay
una mirada temerosa en sus ojos. Pero, ella sabe que no puede negarlo otra vez.
Por consiguiente, ella abre sus piernas.
“Más
abiertas.”
Ella
gime. Él separa todavía más sus piernas.
“No
te muevas,” él dice. Apuntando cuidadosamente, la azota con más fuerza que
antes.
“Oh,”
ella dice. Pero esta vez, ella mantiene sus piernas abiertas. Él continúa
azotándola, despacio pero con fuerza. Ella le mira, con los ojos abiertos, como
si, en cualquier momento, como una cervatilla asustada, ella pudiera levantar
vuelo, sólo si pudiera.
El
baja su brazo. “La próxima vez no hagas esto, porque usaré mi cinturón,” le
dice.
“Oh,
no,” dice ella. Él puede ver lo mucho que teme al cinturón, pero él sabe lo
suficiente bien para ver que detrás del miedo, ella es esclava de la idea. Ella
seguirá pensándolo hasta que la azote con el cinturón.
Ainssssss.....
ResponderEliminarLas ganas y la espera.....
Dejos mis saludos azules desde mi playa...
ResponderEliminarMaravilloso implemento, temido y amado a la vez!
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