sábado, 1 de noviembre de 2014

¿Qué estamos esperando?

Las páginas están llenas de pensamientos sobre cómo los dominantes hacemos para que las sumisas esperen, hasta que se den cuenta de que la espera no es por algo que va a suceder en seguida, o no…
Pero, ¿qué pasa si esa sumisa sentada en un rincón no está esperando nada? ¿Qué pasa si esa sumisa está esperando a alguien?
Alguien con paciencia. Por supuesto, la paciencia para ganar su confianza. Pero, lo más importante, la paciencia para crear un espacio para esa sumisa, un espacio seguro, un espacio al que ella, tal vez, un día llamará su casa.
Y sobre cómo alguien con la paciencia de la espera hasta que la sumisa esté lista y preparada para mostrarse a sí misma, se dé la vuelta y, si te gustan sus sentimientos más íntimos, la lista de sus necesidades y sus deseos
Es aterrador para algunas y, para otras, pudiera llevarse años hasta que se sientan listas para acceder a lo más profundo de su corazón y su alma.
Ahora bien, en toda nuestra Dominación, pensamos que podemos demandar esas cosas de alguien, reclamar su entrega total, esperar su apertura total porque, después de todo, ellas son o van a ser nuestras sumisas. ¿Correcto? Bueno, no.
Seamos sinceros. Esa sumisa, ocultándose a sí misma en el rincón, puede tener dificultades para dar media vuelta y verter su corazón. O, tal vez, su vida nunca ha sido precisamente de comunicaciones abiertas y honestas de su sentimiento más profundo. Quizás, ella nunca haya hablado antes sobre estas cosas. Por lo tanto, ¿por qué habríamos de esperar para que se girase y ser una experta en ello? ¿Por qué lo decimos?
Mucho se habla sobre la paciencia que una sumisa puede necesitar. Pero antes de llegar a ese punto, el dominante tiene que practicar mucho más la paciencia todavía y ponerse a trabajar para demostrar que es digno y sacar a la sumisa de ese rincón. Nadie dijo nunca que la dominación no fuera un trabajo duro.
Sin embargo, podría pagar por mil. Supongamos que nos sentamos, hablamos exploramos lentamente, con cuidado y sin exigencias. Simplemente, creando un marco, las páginas vacías, los espacios vacíos para que la sumisa los llene, siempre y cuando sienta la necesidad.
Supongamos que con toda esta espera, se ha puesto en marcha nuestro propio viaje y nuestra sumisa ha cogido la mano que le hemos ofrecido. Supongamos que la sumisa lenta, pero segura se da la vuelta y empieza a llenar esas páginas y espacios con todo su corazón, su alma y su mente para ofrecerse.
¿Puede haber una recompensa más grande? Vale la pena trabajar y esperar. Todo lo que tenemos que hacer, es asegurarnos que la sumisa sienta de la misma manera.

6 comentarios:

  1. El único problema, Ben, vendría siendo encontrar a ese DOM, con esas características, porque de letras mayúsculas está poblado el internet y el mundo, pero no significan nada más que eso, letras más grandes que otras, sin fundamento, sin sustento y sin nada que esperar de ellas, ni de quien las ostenta, vacuo.

    Buen inicio de Noviembre :)

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    1. Como en todo en la vida, las letras mayúsculas son las que abundan, la letra minúscula con contenido es la más dificil de encontrar y seleccionar cuando aparece...

      Buen día,

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  2. Sr. Ben Ali, la pregunta es hasta cuando esperar ......
    mia.

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    1. Cuando el envío de "guiños" de madurez entre el Dominante y la sumisa sean mutuos...

      Buen día...

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  3. Al hombre que tiene paciencia no le importa cuan profundo esta el firme sobre el que empezar a construir, ni el tiempo ni medios empleados.

    Detras de esa paciencia hay inteligencia, suguridad en si mismo y autocontrol.

    Aunque tambien esta claro que todo guerrero necesita un descanso...

    blanca_nine

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    1. Ten por certeza que, si al hombre, de verdad, le interesa una mujer, su paciencia no tendrá límites...

      Ben Alí

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