miércoles, 4 de marzo de 2015

"Echado a perder"

Hay una práctica que parece generalizada entre las Dóminas y los hombres que son sumisos a ellas, generalmente conocida como “el orgasmo echado a perder.” Ella manipula su pene hasta el punto donde él está desesperado por correrse. Ella puede hacerle una felación, pero generalmente, lo que hace es masturbarle sobre todo con la mano, para que ella pueda observar de cerca su rostro y también, cómo no, su polla. Ella quiere llevarlo hasta el punto en el que el orgasmo sea inminente. Entonces, justo en el momento que cree que ha llegado al punto de no retorno, ella se detiene, dejándole en el limbo sexual.
Cuando él se ha retirado un poco de la orilla, valga la expresión, ella reanudará una vez más el proceso, induciéndolo a un estado cercano a la eyaculación. De nuevo, esto le volverá a defraudar. Ella disfruta oyendo sus gemidos de frustración, sintiendo los espasmos de su polla entre sus dedos. Hablando estrictamente, (¿y existe otra manera cuando se trata de la D/s?) en absoluto, no es un orgasmo echado a perder. Pero, si ella es muy hábil, puede permitirle que unas pequeñas gotas de semen goteen debajo de su pene antes de que la estimulación cese otra vez; él sabe que pase lo que pase, toda la carga no se llegará a liberar. ¿O hay otras maneras de inhibir el orgasmo, bloqueando la salida con el dedo pulgar o distrayéndole en el último momento con una especie de shock, como con cubitos de hielo o con una fuerte bofetada?
Esta actividad de la excitación constante y rechazada puede proseguir durante mucho tiempo, hasta que ella se canse del juego. Al final del ejercicio, el sumiso revierte a su estado predeterminado bajo un control estricto del orgasmo o, incluso, con una negación total. Ella disfrutando y demostrando su total control de él; su placer está en la sumisión al poder de ella y, perversamente, sentir la satisfacción de su deleite en el desconcierto de él.
Mi pregunta es, ¿puede imaginarse una reversión, en la que una mujer sumisa es atormentada con el orgasmo que cuelga delante de ella, pero que nunca va a tener a su alcance? Creo que para esto, me gustaría atarla desnuda con las manos en su espalda; puesto que usted no querrá que ella intente ayudarse de alguna manera. Yo podría empezar con un poco de cunnilingus, para conseguir que sus jugos fluyeran. Entonces, tal vez, un poco de lubricante para hacer que su coño estuviera resbaladizo cuando le introdujera mis dedos en ella.
Trabajaría sobre su clítoris muy despacio, mucho más lento de lo que ella desea. Después de todo, es una tomadura de pelo. Pudiera ser agradable encontrar su punto G con mis dedos, mientras lamo su clítoris. Pero, la mayoría de las veces me gustaría estar prestando atención a su cara y observando el lenguaje de su cuerpo. Necesito saber cuándo ella está cerca. Por supuesto, que he dejado claro de antemano que ella no va a correrse sin mi permiso. Ella está todavía bajo la ilusión que si lo pide lo suficientemente bien, lo permitiré. (Esta decepción solamente funciona la primera vez) la llevo tan cerca como me atreva sin desencadenar una reacción imparable, y si puedo, me gustaría tenerla a punto, en el mismo límite. Mi dedo todavía tocando su clítoris, pero no moviéndolo, mientras que ella está suspendida entre correrse y no correrse.
Tendríamos que descansar un poco y empezar de nuevo. Hay algunas mujeres, que conozco, que pueden llegar a correrse sin tocarse (aunque, en realidad, nunca me he encontrado a ninguna). Pero, recuerda, el correrse le ha sido prohibido bajo pena de algo tan extremadamente severo que sería mejor no pensar sobre ello. Por lo tanto, si ella es el tipo de mujer que puede conseguirlo por sí misma, incluso una vez que la masturbación se ha detenido, sería mejor que lo pensara de nuevo y no hacerlo.
Después de hacer esto durante mucho, mucho tiempo, ella no sería la única desesperada por un orgasmo. Así que, tal vez, yo sólo tendría que mirar a mi reloj para hacerlo y la permitiría ver mi placer en erupción y chorreando sobre su vientre. Y entonces, la dejaría atada, mi semen secado en su piel, mientras yo me tomo una cerveza. Ser un buen tipo, no significa en lo más mínimo que, probablemente, la permitiera dar un sorbo.

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