“Esto te va a doler un poco,” le dice a ella. “Tal vez, algo más que
un poco.”
Hay un aliento brusco y profundo. “Voy a hacerlo de nuevo,” él dice.
Esta vez, ella gime.
“Pobre chica,” dice. Él lo hace otra vez. “Duele. Sé que duele. Pero
es bueno para tí.” Su voz es suave y relajada.
Él lo hace un poco más. “Buena chica,” dice. Entonces, lo vuelve a
hacer. Ella retiene su respiración.
Él espera un momento, luego le dice a ella: “Esto va a ser malo esta
vez.”
Ella gime. Es realmente malo, tal como ha dicho: “¿Por favor?” ella dice.
¿Es una súplica de piedad o una simple petición? Tal vez, no lo sepa ni ella
misma. Esta se retuerce nuevamente.
“Oh, Dios,” ella dice entre dientes.
“Sé que es malo, mi mujercita,” le dice. “Pero no se ha terminado
todavía.”
Él lo vuelve a hacer y mira cómo ella escribe en vano contra sus
ataduras. Hay una película de sudor en su frente. Ella nunca ha estado tan
deseable como ahora.
Una vez más, él lo vuelve a hacer y luego la besa.
“Sabes lo mucho que me gusta hacerte daño,” él dice. “Por lo tanto,
ahora un poco más, aunque sea por mí.”
Él lo hace una vez más, más fuerte que nunca, aunque no tan fuerte
como puede. Ella grita.
“Da las gracias,” dice. “Es un regalo para tí.”
Él se pregunta por qué está terminando en este preciso momento. ¿Podría
ella haber recibido un poco más? La próxima vez no va a ser tan amable.
¿Por qué es bueno para ella?
ResponderEliminarNo lo entiendo.
Mis disculpas si mi pregunta no es adecuada. Pero me sale de dentro
rarita
Perdona, rarita... eres muy inteligente y si reflexionas pensando en una acción con tu Amo, lo llegarás a comprender...
EliminarMe haces pensar.
ResponderEliminar:)
rarita
Eso es lo que pretendo tambien con mis escritos y mis palabras que provoquen reflexión y confrontación, al menos, con la sumisa o posiblemente sumisa misma...
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