Ella siempre había pensado que no
le gustaba el dolor. Estaba segura que podía y toleraría una cierta cantidad de
dolor como un acto de sumisión, sólo para complacer a su pareja.
Resulta que, mientras su umbral
puede estar todavía bajo, no sólo para tolerar el dolor, le gusta. Unos cuantos
azotes cuidadosamente ubicados con la fusta le dan un billete de ida y vuelta
al subespacio.
Incluso le gusta el hecho de que
no pueda sentarse cómodamente al día siguiente o durante unos días, ya que le
recuerda una sesión maravillosa.
Un relato corto pero excitante....sobre todo cuando se trata de descubrir de nuevos limites y placeres.
ResponderEliminarDe la mano de mi Amo,claro.
Que tenga un buen dia.
Descubrir lo q nunca pensastes ibas a disfrutar.
ResponderEliminarMis saludos Sr. Ben Ali
De lo poco (o mucho, según se mire) que yo conozco, a muchos dominantes les gusta que una mujer haga algo, o lo tolere, solo como un acto de sumisión, solo para complacer a su pareja...
ResponderEliminarSe pueden hacer muchas cosas de este tipo. Y si miramos nuestra vida, seguramente veremos casi todos, actos de este tipo aunque no sean en un contexto sexual. A veces no son tan buenos para nosotros, otras, sí.
Sin embargo conocí a un hombre, dominante... cuya visión era diferente. No quería que yo hiciera nada que no sintiera y deseara profundamente. Y que consideraba que su trabajo era conseguir que yo.. deseara nuevas cosas, descubrir lo que nunca pensé que iba a disfrutar....
rarita