Últimamente, he notado que uno de
mis lados oscuros, ha comenzado a ser cada vez más potente. Un lado que está
lleno de emoción reprimida y de los demonios internos que están bajo llave para
que a nadie les muerda, excepto a mí. De vez en cuando, mis demonios necesitan
calmantes y esas emociones se acumulan y necesitan ser liberadas. Fue entonces
cuando cogí mi flogger. Cuando el flogger es mi herramienta y mi arma de
elección para combatir a los demonios, la sensación de su mango en la palma de mi
mano es pura armonía.
El sonido de las correas de cuero
golpeando contra su objetivo, haciéndose eco a través del aire, excita a esos
demonios y calma mi río de emociones. Al estar allí y admiro el trasero desnudo
expuesto ante mí, el objetivo que mi sumisa me ha provisto, una luz en forma de
sonrisa. Llevo ligeramente esas correas contra su trasero y el gemido de ella
sólo me hace sonreír porque sólo yo sé lo que está por venir. Poco a poco, la
intensidad comienza a formarse y mis demonios comienzan a ronronear mientras
los sonidos de sus gemidos y jadeos llenan el aire. Así, tal como siento que no
puede recibir más, poco a poco traigo de vuelta la intensidad, porque tengo el
control completo.
Decido la fuerza de cada golpe.
Decido el sitio de cada golpe.
Decido el momento de cada golpe.
Y, poco a poco, empezamos a
danzar. ¡Oh, no! No con nuestros pies, sino con el flogger.
Una danza de velocidades y
fuerzas mixtas.
Una danza dando y recibiendo
dolor.
Una danza de placer sádico y
masoquista.
En este momento, desnudo para tí
mi alma cruda.
En este momento, desnudo
para tí mis crudas emociones.
En este momento, llevas a la
cumbre a mis demonios internos.
Por lo cual, soy crudo, abierto y
libre.
Entonces, la intensidad comienza
a crearse de nuevo. Los gritos de placer y dolor mezclados resuenan en la
habitación.
Tus gemidos sacian mis demonios
internos.
Tus gemidos sacian mi dolor
interno, mientras lo desnudas para mí.
Tus gritos me complementan de
nuevo.
Después de todo, está dicho y
hecho. Vamos a sentarnos allí y acurrucarnos, mientras me preocupo por tu
trasero magullado y dolorido y uno por uno, mis demonios estarán bloqueados
hasta la próxima vez que entremos en este pequeño baile.
Cada vez que empieza esa danza será un nuevo recuerdo en la memoria de los dos, ella no sabe donde será cada vez que la use, como gritará, como podria gemir, como le agradará, pero sabe que de una manera u otro son uno solo ese momento y ese dolor, esa entrega lo disfrutará su Señor.
ResponderEliminarBuena tarde Sr. Ben Alí
mia.
Si no formaran una unidad en sus sentires, te aseguro que no podrían bailar esa danza...
EliminarFeliz tarde
Señor Ben alí: La danza más deliciosa que he visto en mi imaginación, gracias a sus palabras, espero alguna vez poder ser partícipe de un baile así.
ResponderEliminarSus palabras siempre tan exquisitas.
Cindy
Gracias, Cindy, por tus halagos...
EliminarLo importante para bailar es encontrar a la pareja adecuada. Como yo digo, todos tenemos a nuestra media naranja en esta vida. Unos han tenido la suerte de encontrarla y otros la buscan...
Feliz tarde