Parece que aquí he avivado un avispero. No obstante, bienvenido al
compromiso constructivo y no me importa la gente que esté en desacuerdo conmigo
(bueno, de acuerdo. A los dominantes no les gusta esto mucho, pero se dan
cuenta de que si exponen sus opiniones
por ahí, la gente tiene el derecho a oponerse). Pero, siento la necesidad de
defenderme.
En primer lugar, diré que algunas veces puedo parecer prescriptivo, en
especial, cuando me dejo llevar. Pero, en realidad, este blog no es un manual
de cómo hacer o practicar la D/s. Es una recopilación de algunas cosas que he hecho,
siento y lo que pienso al respecto. Tal vez, debiera hacer una advertencia: “No
hay ningún ser humano que haya sido perjudicado por los escritos de este blog
o, si alguien se ha sentido ofendido, sinceramente nunca lo intenté.” Es más,
creo que si usted lee el blog en su conjunto, está bastante claro que no soy un
psicópata y que no abogo por abusar de las mujeres, sin importar cuán sumisa
sean. Lo que siempre he dejado claro, es que las relaciones D/s son como
cualquier otro tipo de relaciones humanas. Deben basarse en el respeto humano,
la comprensión, la sensibilidad, dar sin pensar en recibir y el cuidado
amoroso. No se trata de que una persona disfrute a costa de la otra.
Fundamentalmente, se trata de la confianza. Ahora bien, reconozco que
ésta no se puede restablecer de inmediato. Tiene que crecer y lo que, tal vez, por
el tipo de relación que se está creando, sería una buena idea tener una palabra
de seguridad y establecer unos límites elevados. Pero, la esencia de mi relación
con una mujer sumisa siempre ha sido que ella confíe en mí de una manera
totalmente implícita. Que tenga asumido que nunca voy a hacerle daño. Y porque
ella confía en mí, esté dispuesta a prescindir de varios accesorios, como la
palabra de seguridad.
Al hacer esto, ella piensa en el riesgo. Tiene muy claro que hay
ciertas cosas que ella realmente no quiere y, al principio, siempre he aceptado
que fueran límites infranqueables para ella. Pero nosotros siempre hemos ido
mucho más allá de ellos. Ella sabía que yo sé cómo siente, pero también sabía
que no había ninguna garantía.
Creo que es muy común descubrir que, después de mucha experiencia
acumulada con la D/s, las cosas que se pensaban que estaban totalmente fuera de
los límites, se vuelven tolerables o, incluso, excitantes. Una de las
principales emociones tanto para el dominante como para la sumisa, es encontrar
un área de actividad que, al principio, parece un tabú totalmente inaceptable y
debe ser presionada lo más que se pueda para romper gradualmente las barreras
erigidas por la vergüenza o el miedo.
Pongo un ejemplo. Una vez tuve una relación online con una sumisa que
estaba en otro país muy lejano. En cuanto a la cuestión del consentimiento,
especialmente con respecto a una relación D/s a distancia, no era obvio, dado que
la mujer sumisa y yo no estábamos en el mismo espacio. Y, al contrario, ¿por qué
ella necesitó enviarme una foto? De hecho, estábamos separados por unos miles
de kilómetros y la tortura de sus pezones se llevaba a cabo a través de la
webcam. Por lo tanto, aunque yo rechazaba su permiso para quitarse las pinzas,
de hecho, podría habérselas quitado en el momento que ella quisiera. Pero,
aunque en cierta manera, ella lo deseaba, por otra parte, no lo hizo. Así es
como funciona la D/s. Y ella me autorizó a decir en su día que, en el momento
que me rogaba el permiso para que se quitara las pinzas y yo se lo negaba, le
dije que, a la vista de lo visto, ella iba a tener más límites difíciles. Ese
momento fue increíblemente excitante para ella.
Una lectora me ha dicho que es posible una sumisión total sin miedo.
Bueno, tal vez, el miedo sea la palabra errónea, pero no veo cómo puedes tener
una sumisión total dentro de la D/s sin sentir de que estás siendo presionada,
estirada y de que hay algo en juego. Si la sumisa siempre acepta con entusiasmo
hacer lo que el dominante quiere, entonces, no veo dónde encaja la dominación.
¿Dónde está el intercambio de poder que es la esencia de una relación D/s? El
dominante dice: “Chupa mi polla.” La sumisa se pone de rodillas con una sonrisa
feliz y la chupa a sus anchas y a lo largo, con gran alegría para ella. Le sabe
muy bien. Pero, esto me parece más como sexo vainilla que de la D/s. Lo que yo
busco, y lo que la mujer sumisa que está conmigo responde, es algo mucho más
afilado.
En cuanto, a por qué me emocioné cuando vi la foto, bueno, me sentí
como que le había hecho mucho daño. Me quedé impresionado por su fortaleza y
sentí una conexión muy fuerte con ella.
Siempre existen límites... Más cerca o más lejos de lo que pensamos, pero existen. Y pues cada quien tiene sus propias perspectivas según su experiencia. Usted lo ha dicho en alguna parte del blog,con otras palabras: siempre a una media naranja para cada quien.
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