viernes, 18 de febrero de 2011

De pié en la ventana

Ella está de pie en la ventana, mirando hacia fuera. Me pongo detrás de ella.
“No te muevas,” le digo.
Estoy lo suficientemente cerca para que  pueda sentir mi aliento en su mejilla. Pongo mi mano alrededor de su cintura y empiezo a acariciar su vientre. Siento  su carne caliente a través de la fina falda de verano y su escasa ropa interior. Deslizo mi mano más abajo, presiono sobre su monte púbico. Poco a poco subo su falda hasta su cintura. Deslizo mi mano hacia abajo por la parte delantera de sus bragas y cojo su coño. Inclino mi cabeza y cojo el lóbulo de su oreja con mis dientes. Lo muerdo, con suavidad al principio, y luego, más fuerte. Ella jadea.
“Shhh,” le digo.
Le acaricio el coño, apretando, tirando. Empujo un dedo hacia su interior. Ella está húmeda. Puedo mover mi dedo alrededor, dentro y fuera, fuera y dentro. Acerco mi otra mano hacia su boca, presionando mi dedo corazón contra sus labios.
“Mójalos,2 le digo. “Lo voy a meter en tu culo.”
Ella chupa el dedo en su boca con avidez. Lo saco. Llego a la parte posterior de sus bragas, empujando entre sus nalgas. Entonces, fuerzo mi dedo en su ano que está un poco apretado. Ella gime. Posiblemente porque necesita algo de lubricación. Esta seco.  Empujo el dedo un poco más. Ahora está penetrada por su ano.
“Bájame por detrás la cremallera,” le digo.
Hace lo que le ordeno.
“Sácala,” le digo.
Introduce su mano y saca mi polla.
“Mastúrbame, quiero correrme encima tuya.”
Me mueve la polla. Ella sabe cómo me gusta que lo haga. Lo hace bien. No tarda mucho. Mi semen estalla sobre su falda y bragas. Me rozo contra ella, para limpiar las últimas gotas de mi polla.
“¿Te quieres correr también?” le pregunto.
Ella asiente con la cabeza. Saco mis manos del interior de sus bragas y subo mi cremallera.
“Si eres buena, quizás, un poco más tarde.”

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