Una de las primeras
cosas que hice con ella cuando empezamos a hablar por Internet fue imponer el
control del orgasmo. Me imagino que es un procedimiento estándar en una
relación D/s. Se trata de provocar su deseo, sobre todo si sigo hablando con
ella sobre el tema para que tenga un recuerdo constante de lo que puede ser
privada. Y también ofrecer una gran flexibilidad en términos de cuán
restrictivo tengo que ser. De acuerdo, en todo el camino, puede tener uno, pero
debe esperar como una media hora “para posponer los orgasmos” indefinidamente.
Me gusta preguntarle
por ellos. A las mujeres sumisas, a menudo les resulta difícil preguntarlo, tal
vez porque piensan que eso solamente puede provocar al dominante para
posteriores negaciones. Algunas veces tiene que ver con su historia personal,
el simple acto de preguntar les resulta difícil. Quizás, hayan tenido
demasiados rechazos en el pasado. Pedir que reconozcan una necesidad es exponer
su impotencia. Preguntar puede ser humillante, especialmente si lo que el
dominante quiere es, en esencia, que ella lo pida. Por supuesto, que para el
dominante, su humillación es el objetivo.
Tuve una respuesta
interesante cuando le expliqué que ella estaba solamente autorizada para
hacerlo. Dije, cuando lo permita, puede pedirlo, pero no hasta entonces. (Me
gusta que se establezca este nivel adicional de control). Usted tiene que
preguntar muy bien para tener alguna posibilidad de éxito. Tendrá que
demostrarme que está realmente necesitada. Va a tener que mendigar y
convencerme que está desesperada. No le pido que se arrastre, pero puede
ayudar. Y, digo, dando una vuelta a la tuerca, no hay ninguna garantía que
incluso si lo pide con educación, le conceda su petición. Porque mi decisión no
descansa solamente sobre lo bien que ha aprendido a pedir. También depende de
mi capricho. Tiene que comprender, como parte de su entrenamiento en la
sumisión, que no hay ninguna conexión necesaria entre lo que quiero y lo que yo
quiero darle.
Ella pensó sobre esto
durante un rato. Finalmente, me dijo, “Creo que prefiero que el resultado
dependa más de su capricho que de mi capacidad para pedirlo de la forma que
usted quiere. Porque si es esto último, yo también podría fallar. No puedo
estar segura que yo pueda conseguir el nivel de súplica que desea. Así pues,
prefiero no intentarlo, prefiero el
riesgo de no fracasar.” (El temor al rechazo es algo con el que yo estoy
familiarizado. Los hombres vivimos siempre con ello. Recuerdo cuando era
adolescente, el terror que sentía al pedirle a una chica guapa que bailara
conmigo, el miedo a que me dijera que no.)
En este punto, le dije
que tendría que explicarle por qué esta preferencia suya era inaceptable.
Primero le dije, es un requisito absoluto que siempre sea honesta y sincera
conmigo, que no te guardes nada. Si tú quieres o necesitas algo, tienes que
permitirme que yo lo conozca, porque, de otra manera, no puedo controlarte del
modo que yo quiero (y en la forma que me lo digas u que yo lo quiera también).
Pero más que eso, le dije: “No es tu problema como sumisa, decirme cuáles son
los criterios sobre los que yo debo tomar una decisión para concederte un
orgasmo u otra cosa dentro del ámbito de nuestra relación D/s. Yo decidiré cómo
tomo las decisiones. No intentes influenciarme con lo que más te convenga. Eso
es una forma de presionar a la parte superior desde la inferior y no lo voy a
permitir. Así que, si quieres correrte, tendrás que pedirlo con la mejor
educación que puedas. Cuando eso esté permitido, y espero que pueda tener
alguna influencia sobre mi decisión, al tiempo de reconocer que pudiera ser que
no.
Uf....muy estricto no?
ResponderEliminarCreo que si los roles están establecidos, se debe seguir la línea, de lo contrario nada funciona, ¿temor a fallar?, cuánto más se practica algo, mejores resultados se obtienen, no solo es hablar de confianza, es demostrarla.
ResponderEliminarSaludos Caballero
"Prefiero intentarlo y fracasar que no haberlo intentado"
ResponderEliminarEl no ya se tiene, independientemente de lo que él decida, siendo lo habitual :)
aunque la sinceridad y la honestidad es muy importante en cualquier relación.
Saludos
Anónima