sábado, 12 de febrero de 2011

Preguntar

Una de las primeras cosas que hice con ella cuando empezamos a hablar por Internet fue imponer el control del orgasmo. Me imagino que es un procedimiento estándar en una relación D/s. Se trata de provocar su deseo, sobre todo si sigo hablando con ella sobre el tema para que tenga un recuerdo constante de lo que puede ser privada. Y también ofrecer una gran flexibilidad en términos de cuán restrictivo tengo que ser. De acuerdo, en todo el camino, puede tener uno, pero debe esperar como una media hora “para posponer los orgasmos” indefinidamente.
Me gusta preguntarle por ellos. A las mujeres sumisas, a menudo les resulta difícil preguntarlo, tal vez porque piensan que eso solamente puede provocar al dominante para posteriores negaciones. Algunas veces tiene que ver con su historia personal, el simple acto de preguntar les resulta difícil. Quizás, hayan tenido demasiados rechazos en el pasado. Pedir que reconozcan una necesidad es exponer su impotencia. Preguntar puede ser humillante, especialmente si lo que el dominante quiere es, en esencia, que ella lo pida. Por supuesto, que para el dominante, su humillación es el objetivo.
Tuve una respuesta interesante cuando le expliqué que ella estaba solamente autorizada para hacerlo. Dije, cuando lo permita, puede pedirlo, pero no hasta entonces. (Me gusta que se establezca este nivel adicional de control). Usted tiene que preguntar muy bien para tener alguna posibilidad de éxito. Tendrá que demostrarme que está realmente necesitada. Va a tener que mendigar y convencerme que está desesperada. No le pido que se arrastre, pero puede ayudar. Y, digo, dando una vuelta a la tuerca, no hay ninguna garantía que incluso si lo pide con educación, le conceda su petición. Porque mi decisión no descansa solamente sobre lo bien que ha aprendido a pedir. También depende de mi capricho. Tiene que comprender, como parte de su entrenamiento en la sumisión, que no hay ninguna conexión necesaria entre lo que quiero y lo que yo quiero darle.
Ella pensó sobre esto durante un rato. Finalmente, me dijo, “Creo que prefiero que el resultado dependa más de su capricho que de mi capacidad para pedirlo de la forma que usted quiere. Porque si es esto último, yo también podría fallar. No puedo estar segura que yo pueda conseguir el nivel de súplica que desea. Así pues, prefiero no intentarlo,  prefiero el riesgo de no fracasar.” (El temor al rechazo es algo con el que yo estoy familiarizado. Los hombres vivimos siempre con ello. Recuerdo cuando era adolescente, el terror que sentía al pedirle a una chica guapa que bailara conmigo, el miedo a que me dijera que no.)
En este punto, le dije que tendría que explicarle por qué esta preferencia suya era inaceptable. Primero le dije, es un requisito absoluto que siempre sea honesta y sincera conmigo, que no te guardes nada. Si tú quieres o necesitas algo, tienes que permitirme que yo lo conozca, porque, de otra manera, no puedo controlarte del modo que yo quiero (y en la forma que me lo digas u que yo lo quiera también). Pero más que eso, le dije: “No es tu problema como sumisa, decirme cuáles son los criterios sobre los que yo debo tomar una decisión para concederte un orgasmo u otra cosa dentro del ámbito de nuestra relación D/s. Yo decidiré cómo tomo las decisiones. No intentes influenciarme con lo que más te convenga. Eso es una forma de presionar a la parte superior desde la inferior y no lo voy a permitir. Así que, si quieres correrte, tendrás que pedirlo con la mejor educación que puedas. Cuando eso esté permitido, y espero que pueda tener alguna influencia sobre mi decisión, al tiempo de reconocer que pudiera ser que no.

3 comentarios:

  1. Creo que si los roles están establecidos, se debe seguir la línea, de lo contrario nada funciona, ¿temor a fallar?, cuánto más se practica algo, mejores resultados se obtienen, no solo es hablar de confianza, es demostrarla.

    Saludos Caballero

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  2. "Prefiero intentarlo y fracasar que no haberlo intentado"

    El no ya se tiene, independientemente de lo que él decida, siendo lo habitual :)

    aunque la sinceridad y la honestidad es muy importante en cualquier relación.

    Saludos

    Anónima

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