Bettina Arndt, una
sexólga y escritora alemana muy renombrada, ha publicado recientemente “Los diarios del sexo: Por qué
las mujeres se alejan del sexo y otras batallas de dormitorio.
En un artículo que escribió para la revista de fin de semana “La
edad”, señalaba que “los investigadores de Alemania descubrieron que en una
relación de cuatro años, menos de la mitad de las mujeres de 30 años
quería sexo con regularidad.” Ella dice
que “las mujeres reconocen que su pérdida de deseo sexual es un problema enorme
en sus relaciones.”
Así pues, Bettina
contaba con 98 parejas para llevar un diario de sexo y se sintieron libres para
escribir lo que ellas quisieran. Ella escribió: “Con mis diarios de sexo,
fueron las historias de los hombres las que realmente me pusieron tras mis
talones. Es tan raro que los hombres hablen abiertamente sobre tales problemas
personales, pero los diarios les dieron permiso para dejarles sueltos… Muchos
se sintieron engañados, decepcionados y desesperados al ver pasar la vida
pidiendo limosna para tener sexo con sus queridas parejas.”
Ahora, Bettina no es
una mujer con miedo para remover el tema y hacer que la gente realmente piense,
y viene con una idea muy interesante:
“Fue uno de los
principales logros del movimiento feminista para prohibir la violación en el
matrimonio y enseñar a las mujeres a resistir las ventajas no deseadas. Pero,
esto no ha funcionado para tener una vida sexual de la pareja pivotando sobre
la libido frágil y débil de la mujer.”
Huelga decir que,
actualmente, algunos de los miembros femeninos de su público, no se sienten
inclinados de una manera amable hacia ella y sus ideas.
Pero, creo que ella
pudiera tener razón. Lo que no está diciendo es: “Hazlo en el Reino Unido.” Lo
que está diciendo es que si las mujeres hacen un esfuerzo para comprometerse en
las relaciones sexuales con su pareja,
podrían descubrir que realmente
las está disfrutando por sí mismas.
Cuando, al principio,
Bettina pidió voluntarios entre la gente
para mantener un diario de sus relaciones sexuales, recibió una carta de Sam. Este hombre de 54
años, dos veces casado, cuyo primer matrimonio fracasó en batallas por el sexo.
Su primera esposa rechazaba regularmente sus peticiones de relaciones y cuando,
algunas veces, a regañadientes accedía, le hacía sentirse como un ladrón.
Entonces, se casó con
Mary. Él escribió sobre esta de que tiene un trabajo importante como ejecutiva:
“Ella nunca
usaba el dolor de cabeza como excusa, nunca ha estado demasiado cansada.
Siempre, hace que el sexo sea un regalo si no está de buen humor. Con
frecuencia, disfruta del momento. Hace esto porque se preocupa de mí, de mis
sentimientos y mis necesidades. En mi caso, estoy seguro de que puedes adivinar
los resultados. Si yo noto que Mary está agotada o cansada, rara vez me
acercaría a ella si no es para darle un abrazo… estoy muy lejos de ser el
perfecto marido, pero la amo y me preocupo por ella, no porque yo sea un tío
maravilloso, sino porque su obvio cuidado por mí, puede llevar a algo más que a
la reciprocidad.”
Fue la palabra cuidado la que resonó en mí.
Creo que la gente en
una relación de intercambio de poder tiene aquí una ventaja. La relación se
construye alrededor del cuidado. La
sumisa tiende con toda naturalidad a querer cuidarle, en el dormitorio y fuera
del mismo y el cuidado o preocupación que él le aporta en el dormitorio y fuera
del mismo, hace que ella se sienta especial, promoviendo así el cuidado de él.
Es como un círculo.
Se dice con frecuencia
que la sumisa busca la atención, pero creo que es solamente la mitad de la
ecuación. El dominante garantiza, en todas las formas imaginables, que la
sumisa demuestra que también ella está dispuesta a atender sus necesidades.
Ahora, las cosas van
mal también en las relaciones de intercambio de poder. Creo que tiende a ser a
la inversa. Una mujer que está finalmente expresando su sumisión tiende a tener
una libido muy alta y, quizás, sea el Dominante quien a veces finja el dolor de
cabeza. Él puede preguntarse: “¿Cuándo
suficiente es suficiente?”
Una relación de
intercambio de poder puede ser delicada. Ella da (y da) al dominante, con la
esperanza, sin duda, de que ella puede confiar en él para atenderla. Ella adora
el enfoque, por lo que creo, que no es suficiente con darle algunas “sesiones”
de sorpresa. Ella quiere saber que él está mirando cuando ella es buena e,
incluso, cuando es mala. Ella quiere su atención y la quiere con regularidad.
Ambos jugadores del equipo tienen responsabilidades. Yo no sólo me limito a la
idea de que todo trata sobre el placer del dominante. A largo plazo, para mí,
no me parece factible.
Creo que las parejas
vainillas tienen mucho que aprender de las relaciones de intercambio de poder.
Todas las parejas necesitan hablar sobre lo que va a funcionar para ellos, pero
si la preocupación del uno por el otro es alta en la agenda, creo que pudiera
ser el ingrediente que faltaba.
Espero tener las
entrevistas de Bettina. Los resultados serán fascinantes.
Las parejas "vainilla", los niños, mi mald... "bendito" padre, el sacerdote, la puta, la maestra, el médico, la monja, la sumisa, yo y tú... todos tenemos taaaaaaaaaanto por aprender... que no nos va a alcanzar la vida. Es too short!
ResponderEliminarjo....
Muakisssssss ;)
Bettina Arndt es australiana, no alemana.
ResponderEliminarSólo quería aclarar esto. Un saludo a todos y gracias.
Tienes razón, Anónimo. Reconozco mi desliz. En un próximo post sobre un tema de ella, lo corregiré.
ResponderEliminarFeliz tarde...