Él puso su mano izquierda
en la parte de atrás de su cuello y agarró un puñado de pelo. Lo retorció con
fuerza, inclinando su cara hacia arriba. Con su mano derecha, la abofeteó en su
mejilla. Ella lo mira sorprendida. En realidad, no es un cachete fuerte, pero
pica un poco.
“¿Me prestas atención?”
pregunta él. La abofetea de nuevo.
“Sí, señor,” dice ella
apresuradamente.
“¿Seguro” Él la golpea
de nuevo.
“Sí, señor,
definitivamente.”
“¿Y vas a ser una buena
chica para mí?” Bofetada.
“Sí, señor.”
“¿Una chica muy buena?”
Bofetada.
“Sí, señor, también una
chica muy buena.”
“¿Harás exactamente lo
que te diga?” Bofetada.
“Sí, señor, lo haré.”
“¿Sin dudar?” Bofetada.
“Sin dudar,” señor.
“Sí, señor,
inmediatamente,” lo prometo.
“Buena chica.” Plaf,
plaf, plaf.
Él desliza su mano
entre sus bragas para sentirla. A él siempre le sorprende lo mojada que está.
Él se limpia su dedo resbaladizo en la mejilla de ella. Todavía, con la mano
cogiéndola de su pelo, la fuerza para que se ponga de rodillas.
“Ya sabes lo que tienes
que hacer,” le dice.
Me estremece y me abruma...
ResponderEliminarMis respetos y un beso de esta princesa.
En las relaciones D/s intensas, se viven un espectro amplísimo de sensaciones, dependiendo de los momentos de la misma, de la entrega de la entrega mutua y de los estados anímicos de los participantes.
ResponderEliminarCada relación y sesión es singular y muy particular. Si el estremecimiento que has sentido al leer este post te ha "conmocionado" es buena señal porque puede ser un punto de partida interior.
Y si te ha abrumado, no puedo evitar la realidad del relato ni la influencia que haya tenido sobre ti...
Esta es la magia de la D/s...
Un beso y feliz noche
mmmm....me encantan sus escritos...
ResponderEliminarMuchas gracias,kyra...es una satisfacción saber que mis escritos te ayudan a evadirte o soñar, aunque sean unos minutos y también, cómo no a fantasear...
ResponderEliminarTus comentarios, al igual que todos, activan mi mente y disposición para seguir adelante...
Un beso...