viernes, 6 de mayo de 2011

Presta atención a tu sumisa

Ella me dijo que encontraba mis artículos sobre la D/s muy excitantes. Le estaban ayudando a descubrir en los hombres que la fuerza, el poder y el mando en ellos eran altamente eróticos. Pensaba que el “prestar atención” a su sumisa, tenía que ser la cosa más maravillosa del mundo. Los dominantes con los que había hablado siempre le preguntaban sobre esto y siempre les contestaba que no era un ritual (aunque le gustaba el ritual) o el castigo que estaba esperando, sino la libertad de no tener que estar en el control, no tener responsabilidad. Sospechaba que era porque, en la mayoría de sus círculos sociales, era la persona que esperaba tener todas las respuestas.
Una mujer quiere que su hombre sea fuerte, la proteja y la observe. Quiere ser capaz de relajarse en la seguridad de sus brazos y en el mundo que él crea para ella. Si usted puede hacer esto por una mujer, verá que algo en su interior florecerá y crecerá y usted se maravillará con el tesoro que ha descubierto, el cual siempre estaba dentro de ella, pero que nunca se sintió segura de revelar. Tanto miedo tenía. que ni ella misma  apreciaba el increíble regalo que tenía en su interior.
Sabiendo que ella tiene su amor, su cuidado y su atención, parte del sentimiento de que él esté a su cargo, es saber que ella tiene ciertas normas y límites consigo misma. Si esta las desobedece, ella sabe que será disciplinada o amonestada. Cuando el dominante está corrigiendo su conducta con cualquier tipo de castigo, están sucediendo varias cosas. La primera es que su hombre – su Dominante – se está preocupando bastante por corregirla. Es la prueba de que ella tiene su atención y la vigila, asegurándose de que ella haga lo mejor para sí misma. Si esto fuera una tarea o una orden de él que ella desobedeciera, entonces, su castigo no deja la menor duda en su mente de que ella debe obedecerle y que le permite sentirse segura en su sumisión hacia él.
Si el dominante establece unas reglas para ella, nunca debe comprobar que son cumplidas, porque el mensaje que le transmite es que no vale la pena el esfuerzo que hace para ver que ella ha desobedecido. Inconscientemente, le está diciendo que no se merece su atención. Esta falta de atención puede tocar muchas emociones retornando a los años de su infancia…
Esta es un área donde la formalidad de los roles de la D/s puede mejorar una relación de una manera increíble. Por lo tanto, el dominante quiere que ella obedezca sus reglas y ella no quiere obedecerlas y ser reconocida más por su deseo de agradarle. Si ella “se pasa por alto” una norma que, a menudo, es una prueba para ver si al dominante le importa lo suficiente para captarla y, para él, es una oportunidad para mostrarle que a ella no se le permitirá irse sin nada. Contra más estricto sea el dominante supervisándola, más sentirá ella su atención y más feliz será.
La experiencia real me parece que es cuando el dominante y la sumisa (cada uno a su manera) se revelan mutua y completamente, y con total confianza, el aceptarse exactamente donde ellos están. No tienen el derecho a esperar a su propia persona para admirarse mutuamente cada uno de sus rasgos, pero sí tienen el derecho al amor incondicional.
Podemos encontrar a gente que estén pretendiendo ser alguien que no sea lo que son en cualquier lugar. Todo el tema de la D/s es despojarnos de las pretensiones, de los pequeños secretos sobre nosotros mismos porque estamos convencidos de que nadie pudiera amarnos si los supieran.
Los dos siguientes y breves comentarios pueden dar una mejor idea de cómo el intercambio de poder y la confianza de ella en su dominante, le permite encontrar  su verdadera esencia:
Yo: Es todo un intercambio de poder. La sumisa ha perdido casi todo el control, pero la emoción está en entregarse con el fin de ir hacia nuevos lugares dentro de ella misma.
Ella: La honestidad…no creo que en una buena relación D/s la sumisa esté bajo control. Mi Dominante me enseñó que él debería hacerme querer cosas que yo había jurado inicialmente que no tenía ningún interés en quererlas. Realmente, me controla porque se encontró que mi “yo” nunca podrá encontrarse conmigo misma.
Un aspecto maravilloso de la sumisión es que es una manera emocionante para escapar de ella misma. La transición hacia el otro lado de su personalidad puede ser muy excitante y, algunas veces, difícil, pero esto forma parte de la emoción.
Durante el día, diferentes aspectos de su personalidad entran en su mente conforme se desplaza de un rol a otro. Por ejemplo, puede haber una gran diferencia en la personalidad de la sumisa en el trabajo en comparación con el de la casa. Mantener estos roles requiere una gran cantidad de energía psíquica que con el tiempo puede llegar a ser agotadora. Uno de los grandes atractivos de la D/s es este equilibrio de energía al experimentar el papel contrario.
En el trabajo, la sumisa puede ser muy poderosa y dominante y tener una gran responsabilidad. Ser madre en el hogar es tremendamente exigente y requiere un gran caudal de energía para cuidar y supervisar a los niños. Si ella ha  pasado el día instruyendo y controlando a los demás, puede anhelar y desear la transición desde esa posición de autoridad a otra de servidumbre. Cuando ella puede llegar a convertirse en la sumisa de su dominante, consigue en su vida un respiro relajante del estrés. Ella puede renovarse por sí misma, convirtiéndose una vez más, en una mujer que es amada y querida de una manera muy especial. En lugar de tener que lidiar con el estrés de la toma de decisiones, puede entregarse a su dominante y hacer exactamente como si se le hiciera saber que está segura bajo su protección.

2 comentarios:

  1. Todos tenemos esa parte "egoista" que nos hace desear ser tenidos en cuenta, que nos presten atención...incluso las sumisas.

    La atención de nuestro Amo es nuestro motor, nuestro premio en un camino tan duro como el que hemos elegido. Todo ha merecido la pena cuando la consigues...

    Feliz tarde señor Ben Ali.

    Dulce{Adriano}

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  2. Todos tenemos esa parte "egoísta," incluso el Dominante, que se manifiesta en la célebre frase "do ut des."

    Gracias a ella, el Dominante también ve premiado su esfuerzo por su entrega y responsabilidad hacia su sumisa...

    Feliz día, Dulce...

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