miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿Es una cierta crueldad?


Este artículo es un breve extracto de algo que escribí hace un tiempo. Doy por hecho  que escribo más sobre lo que sucede en la mente de ella que en su cuerpo.

Y tengo que decir, que me parecen muy interesantes sus interpretaciones de los artículos que he escrito sobre los azotes. Pensé que había dejado algunas cosas sin decir, por lo tanto, diferentes tipos de interpretación son posibles.

“Esto es una locura," pensaba ella. "El día fastidiado. Mi mente confusa, no puedo concentrarme. Necesito centrarme, necesito tener mis facultades despejadas. Tengo trabajo que hacer y necesito estar aquí.”

Él le hizo perder el día de ayer. Ella no durmió bien.  ¿Cómo iba a poder dormir? Él es un hombre malo. Sabía que su día sería horrible.

Todo porque le envió un SMS. Muy moderno. Ella es igual que él. Una combinación de extremos: mente medieval y conocimiento de las tecnologías del siglo XXI.

“Mañana, a las 8, está preparada.” Este conciso mensaje fue lo que le envió. Ella intuía que algo tenía que venir, que no era una sorpresa. Más bien, una sorpresa intuida. Aún así, su corazón empezó a latir y, en realidad, no dejó de hacerlo desde entonces. Estas dos palabras: “…está preparada,” marcan la diferencia. Significan que será muy severo.

Su día laboral se había ido a pique, no podía concentrarse en su trabajo, sus colegas creían que estaba triste o enfadada y no podía hablar con nadie sobre esto, ni incluso con sus mejores amigas en la oficina. Es muy probable que se cayeran de las sillas si les dijera que estaba nerviosa por un castigo.


Después del trabajo va a salir con ellas. Sabe que le preguntarán cómo está, qué le pasa, etc. No puede hablarles. No la comprenderían. ¿Cómo podrían ellas comprenderla?

“Ya ves, estoy con este hombre que me castiga cuando hago algo mal.” ¿Cómo podrían ellas reaccionar ante esto? Llamarían a la policía, la obligarían que fuera a declarar.


En realidad, debería pagar su Amo por enviarle un SMS como ese. Ella no era todavía muy eficiente en su trabajo. No podía quitárselo de la cabeza. No podía dejar de pensar en este castigo.

Él sabe lo que está haciendo. Sabe exactamente cómo reaccionará, sabe muy bien que le quitará el sueño y le fastidiará el día. Él busca eso. Quiere que ella se sienta así. Ella quería que fuera en cuanto antes, mejor esa misma noche. Quería realizarlo y solucionarlo de una vez.

“La espera de un castigo es como esperar al dentista. No, es peor. El dentista, al menos, intenta minimizar tu sufrimiento. Un castigo es lo opuesto. Él quiere que yo lo sufra. Quiere que sea duro.” Pensaba ella.

Para ella, “Está preparada,” significa que será muy severo, con mucho sufrimiento para ella, un castigo muy duro. No puede dejar de preguntarse: “¿Qué será? ¿Cómo será?”

“Severo” puede significar que sea muy largo o muy doloroso. O ambas cosas a la vez. Él tiene una paleta de madera pesada, como la suele llamar. Esto es lo que quiere decir. El peso de la misma significa dolor. En verdad, duele muchísimo.

No quiere pensar en ello. Está en el trabajo y sus colegas se preguntarían en que estará pensando. Sin embargo, no puede dejar de pensar en la temida paleta.

También, alguna vez ha usado una caña de bambú, que no tiene nada de agradable. Se supone que es peligrosa, puede partirse y cortar o, mejor dicho, podía cortarla. Pero, él es muy cuidadoso con estas cosas. Confiaba en él. La vara de bambú es muy, muy dolorosa. Su núcleo es bastante duro y flexible.

“Pero, duele muchísimo. Suponía que es para causar dolor. Después de todo, es un castigo. No me gusta, ni creo que me llegue a gustar nunca,” reflexionaba ella.

Todo es una contradicción. Sentada en esa oficina, ser una profesional, ser buena en casi todo, estar entre sus compañeros siendo cortés y agradable a la vez y de un comportamiento correcto. Y sabiendo que esta noche, estará tumbada boca abajo sobre sus rodillas o en alguna otra parte y mostrando una cierta desnudez. No sabe exactamente cómo estará vestida, pero está muy segura que no tendrá puestas sus bragas. Ella misma se desnudará y recibirá el castigo sobre su cuerpo.

 

“Es una locura. Sé que es una locura dejar que alguien me castigue, dejar que alguien decida esas cosas, dejar que alguien elija infligirme dolor. Es una locura, especialmente, si no estás tan asustada como yo lo estoy. Sé que estoy loca.”

 

“Estimadas colegas, vuestra compañera de trabajo, que está sentada entre vosotras, esta noche irá al apartamento de su compañero y ella misma será sometida a este cruel y doloroso castigo para el cual, ella desnudará su cuerpo con el fin de hacerlo más doloroso. Posiblemente, no pueda decirles por qué estoy tan nerviosa. Me encerrarían si lo hiciera.”

 

“Porque no puedo hacerles comprender que yo quiero esto. ¿Cómo podrían ellas comprender que existe una mutua comprensión entre él y yo en esto? ¿Cómo podrían comprender que le he dado este derecho, este derecho a controlarme a mí y a mi cuerpo, entregándome yo misma a él? ¿Cómo podría yo explicar que, aunque tenga miedo nada más que al pensar en mi castigo, lo haré, porque realmente quiero tener ese poder sobre mí y darle ese poder significa que lo usará? No tendría sentido si no lo hiciera.

 

¿Cómo podría yo decirles que lo quiero? Insistía ella en sus reflexiones.

3 comentarios:

  1. A cada persona ha de dársele sólo la información que puede asumir, a todas nos ha pasado.

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  2. Así me gusta vivirlo a mí como Dominante.

    Un gusto haber entrado hoy a conocer este blog, muchas lecturas interesantes.


    Domme Lili

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