sábado, 29 de diciembre de 2012

Ayer la azoté


No se trataba del dolor.
Se trataba de sensaciones.
Se trataba de la entrega.
Se trataba de echarse sobre mis piernas.
Se trataba de gritar.
Se trataba de llorar.
Se trataba de sollozar.
Se trataba de lagrimear.
Se trataba de risas.
Se trataba del picor, que sentía en mis manos.
Se trataba del sudor sobre mi frente.
Se trataba del calor procedente de su trasero.
Se trataba del esfuerzo necesario para que no se girara.
Se trataba del tiempo que pasé con ella.
Se trataba de la energía que me dió, que era toda mía.
Se trataba de la emoción que me dió, que era toda mía.
Se trataba del desbordamiento de los pensamientos.
Se trataba del desbordamiento de la pasión.
Se trataba de vaciar su mente, cada vez que mi mano se conectaba.
Se trataba del abrazo cuando terminamos.
Se trataba de la liberación.
Se trataba de la libertad.
Se trataba del control, que ella renunció para dármelo.
Se trataba de las “muchas gracias,” que ella me dio.

No se trataba del dolor.
Se trataba del deseo y de la experiencia.

1 comentario:

  1. ¡Es tan hermoso y tan sincero!.
    La experiencia con que toda sumisa sueña, y que imagino lo agradecida y feliz que debe estar al vivir algo tan inmenso!

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