sábado, 27 de julio de 2013

La pornografía

Nadie puede negar que hay mucha pornografía desagradable, porno que tolera e incluso provoca la violencia contra las mujeres. No me gusta eso y me gustaría que no existiera, aunque dudo de que la prohibición sea la respuesta. Pero, cada vez que leo una campaña contra esto, me pregunto si, de verdad, saben de lo que están hablando o si han pensado en profundidad sobre ello. Recientemente, leí en la prensa una entrevista con Gail Dines, que aparentemente es la activista más anti porno del mundo. Esto es lo que ella decía:

Como resultado de su investigación, Dines cree que la pornografía está impulsando a los hombres a cometer actos de violencia contra las mujeres. “No estoy diciendo que un hombre lea y vea porno y salga a violar a una mujer,” dice ella. “Pero, lo que yo sé, es que la pornografía da permiso a sus consumidores para tratar a las mujeres tal como son tratadas en la misma.” En un reciente estudio, el 80 % de los hombres dicen que el único acto sexual que más les gustarían realizar, es eyacular en la cara de una mujer. En 2011, un comentario en la revista Jezbel, incluyeron a un número de mujeres que decían que, en la primera cita, ellos habían experimentado eyacular en la cara de ellas sin preguntar y por sorpresa.

Aquí, dos cosas me parecen problemáticas. La primera es la forma en la que el argumento se mueve sin ninguna distinción o sutileza y la violencia (como en una violación) al correrse en la cara de una mujer. Ahora bien, creo que eyacular en la cara de una mujer sin preguntárselo o sin estar preparada para ello, son maneras extremadamente dañinas. ¿Es violencia? Las mujeres que han experimentado la violencia real en las manos de hombres maltratadores (golpes fuertes, heridas, huesos rotos) les pudieran parecer este acto jocoso. Existe también una asunción (ya sea deliberada o negligente, el tema no se sostiene por sí mismo) puesto que correrse en la cara de una mujer es inherentemente desagradable, algo que los hombres solamente hacen porque lo han visto en la pornografía y, por eso, sienten que tienen licencia para degradar a las mujeres y que es algo que ninguna mujer pudiera desear.

Esa no es mi experiencia. No estoy diciendo que todas las mujeres quieran siempre esto o, incluso, que la mayoría de ellas lo deseen la mayor parte de las veces. Pues, muchas mujeres parecen encontrarlo, no solamente aceptable, sino, incluso, placentero. Y, sospecho firmemente que la gente estaba haciendo esto mucho antes del surgimiento del mercado masivo de la pornografía. Es verdad, que sucede mucho en el porno, en parte por la necesidad de mostrar en la realidad que el hombre se corre (imposible demostrarlo si eyacula dentro de ella) y que esto es, por lo tanto, un acto real, no simulado. Y, tal vez, su frecuencia en la pornografía haya hecho que sea una práctica más común entre las parejas que lo consienten. Pero, si es así y, si les gusta, yo diría que es una buena cosa. La pornografía tiene efectos beneficiosos y perjudiciales.

Creo que los que estamos en el estilo de vida de la D/s, somos especialmente propensos a sufrir esta clase de pensamientos confusos. Yo estaría dispuesto a apostar que la Sra. Dines culpa a la pornografía de la prevalencia de los azotes y que esto se aduce como prueba del aumento de la violencia contra la mujer. Y creo, que todos nosotros sabemos cómo nos sentimos sobre este tema, ¿no?

1 comentario:

  1. Podríamos estar debatiendo sobre este tema horas y nunca nos pondríamos de acuerdo, aunque por otra parte soy contraria a los debates, creo que no sirven para nada.
    A mí la pornografía no me va, no me excita y me aburre bastante la verdad, pero jamás la prohibiría y no estoy nada de acuerdo en que incite a la violencia. En los países que más violencia se ejerce sobre las mujeres son los que menos acceso tienen a la pornografía y por supuesto los más subdesarrollados, y no olvidemos que hay gente mala por naturaleza, algunos se vuelven malos por las circunstancias, pero otros simplemente son así, y harían lo que hacen simplemente por vicio y porque se lo pide el cuerpo.
    Lo que más me fastidia es que siempre tiene que haber señoras y señores que te dicen lo que tienes que hacer, ver o pensar… Hay tanto parlanchín suelto!, y me imagino que ninguno de ellos se ha parado a charlar con las víctimas, y las y los que sufren violencia (que también los hay), ell@s son los únic@s que saben con exactitud el significado de esa palabra.


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