A lo largo de mi vida,
he reflexionado mucho sobre la trayectoria de la mujer sumisa y su progreso.
Digamos que, con el tiempo, he llegado a conocer bastante bien su naturaleza.
La mujer sumisa comprende que el hombre dominante siempre hace algo por ella y ésta no debería olvidarlo nunca. La
mujer sumisa quiere experimentarlo todo. Quiere saber lo que es someterse y
vivir sometida a un hombre dominante. Tiene un sentido que, para ella misma,
podría ser el camino directo al cielo.
Hay muchas mujeres que
piensan que esto existe. Sin embargo, sus circunstancias deben ser muy
diferentes. En el caso de algunas mujeres casadas, no tienen que ir mucho más
allá de sus maridos puesto que lo tienen a su lado. Ni tampoco tienen que ser
azotadas aparte con el cepillo. Esta idea siempre la han tenido muy clara
muchas mujeres que han suspirado por la sumisión y no dudaron en hacer todo lo
posible para que fuera una realidad para ellas. En una relación construida
sobre un amor profundo y duradero, este nuevo componente pudiera ser añadido,
no sin cierta dificultad, pero con mucho esfuerzo y amor por parte de ambos. ¿Y
cuándo esto no es posible?
Primero, algunas
mujeres con naturaleza sumisa deben encontrar un hombre a quien someterse.
Algunas parejas, incluso, pueden decidir buscar un hombre para que entrene a su
mujer. Me imagino que cada situación en particular tiene una cualidad única y
no puedo imaginarme todos los escenarios de todas mis lectoras, aunque,
ciertamente, lo intento.
Pero, mi interés hoy
no es tanto lo que es diferente entre ellas, sino la conducta que se puede
esperar o anticipar, el comportamiento común. En mi blog, he escrito sobre las
experiencias de las sumisas, como el dolor que los expertos suelen decir que
las espera. Es normal que muchas sumisas latentes digan que se sienten
decepcionadas, sin ganas de vivir, sin voluntad de seguir viviendo e, incluso,
con su apetito sexual dormido.
Hasta donde yo sé, hay
muy pocos estudios hechos sobre los comportamientos previos o esperados de las
mujeres que deciden someterse. Para mí, una de las cosas más sorprendentes es
que un hombre dominante con experiencia en el mundo laboral, puede hacer más
cosas por una mujer con naturaleza sumisa que cualquier cualificado “experto”
universitario. Aquellos son “expertos” en la mujer con naturaleza sumisa y he
escuchado con suma atención lo que tales hombres dicen y lo que me han contado
algunas mujeres sumisas. Ellos han observado a las posibles mujeres ir a través
de los movimientos y grados de aprendizaje para aceptar su propia naturaleza y,
en mi opinión, ofrecen un servicio especial y único. Libre de cargo y sin
garantías, pero con el deseo sincero de ayudar (y a disfrutar).
En mi vida profesional,
soy técnico – no psicólogo ni profesiones adláteres – y solemos definir y
trazar el progreso o falta del mismo. Si una fuerza es capaz de hacer
esto, la curva de la gráfica estará muy
por encima. Creo que no habría picos de bajadas o subidas durante bastante
tiempo antes de que la gráfica empezara a despegar, tal como un avión despega
de la tierra hacia otras cotas muy altas.
He descrito este símil
porque es la manera que ha sido para algunas mujeres que se adentraron en la
sumisión con sus parejas. Luego, también esto sería posible que fuera para tí.
Las mujeres sumisas no son robots. Las mujeres sumisas son simplemente mujeres
con mentes, almas, sentimientos y emociones. Ellas pueden decir que quieren
someterse, pero cuando llega el momento y empieza a suceder, pueden
encontrarse las cosas muy difíciles.
Pueden que encuentren las palabras usadas demasiado fuertes para ellas. Pueden
sentir que sus psiques están en peligro de ser dañadas o que han cometido un
error. Pueden estar enojadas y decidir que obedecerán para expresar su enojo.
Pueden decirles a sus dominantes que busquen perras atadas en otra parte.
Ellas pueden ser
columpios y toboganes desde hace mucho tiempo. Algunos dominantes pueden darse
por vencidos. Ella también es muy difícil de trabajar. Quiere a alguien para
que le diga lo que tiene que hacer. Pero, ¿qué pasa si mañana ella puede?
Mañana, será capaz de hacer lo que la digan. Hoy, sencillamente, no. Por causas
ajenas a ella, no está preparada.
El dominante requiere
una gran dosis de paciencia con ciertas mujeres. El dominante, por lo general,
necesita mucha paciencia, máxime, cuando la sumisa empieza a “andar de su mano”
y su evolución personal tiene un cierto ritmo generalmente acelerado que la
imposibilita recordar todos los detalles. En estos casos, muchos dominantes
reaccionan negativamente ante las expectativas de ellas y puede dar lugar a que
éstas pidan un alto en los procedimientos. Después, le vendrán a ella las
dudas. En tales casos, el dominante deberá estar capacitado para pasar de lado
y deberá reescribir el guión de acuerdo con su experiencia. Esto le puedo
ocurrir a cualquier sumisa. Nunca olvidaré una frase que me dijo una sumisa:
“Yo no soy mucho más cuando me someto que cuando no me someto, aunque, sin
lugar a dudas, la sumisión es lo adecuado para mí.”
El dominante debe
tener paciencia con su sumisa, incluso, creer en ella y sentir que tiene que
intentarlo casi todo antes de darse por vencido, para que ella sea la
vencedora. El dominante no tiene que olvidar que la sumisa necesita la
dominación, esa especie de dominación que le ayude a soportar todos los
altibajos de su gráfica personal antes de que él empiece a ver la trayectoria
ascendente y suave de la que él pueda sentirse orgulloso.
Tal vez, ningún buen
dominante sabe instintivamente lo que va a hacer con su sumisa y el tiempo que
necesitará. Desde mi propio instinto, la sumisa suele tener respeto por los
tiempos. Pero, la paciencia es algo que, algunas veces, es una herramienta
necesaria para el dominante. Una norma demasiado rígida corre el riesgo de
perder lo que podría haber sido una historia de gran éxito.
Lento, suave, todo proceso lleva su tiempo, se disfruta el paso a paso, se alimenta el éxito y se apoya en los fracasos, que en realidad solo son tropiezos, fuerza para continuar, la paciencia es fundamental, no es mi fuerte, pero estoy en eso.
ResponderEliminarUn placer leerte Caballero
Buen fin de semana, Saludos
la paciencia es tan necesaria, sobre todo al principio, cuando ella está descubriendo que es sumisa y todo ya es contradicción hasta que lo acepta...sin la paciencia del dominante, podrá volverse a esconder en su coraza y no llegar a serlo
ResponderEliminarSin prisas, sin planes, viviendo el momento, es como mejor sale todo. Hablando de sumisión, la paciencia del Amo es primordial, la sumisa debe confiar totalmente en su Amo, y saber que el tiempo que necesita para su preparación va a ser respetado,sino y tal como usted dice Señor, la relación será un fracaso.
ResponderEliminarGracias, por seguirme e interpretar mi post...
EliminarFeliz tarde..
Por eso mismo, he publicado este post, porque la sumisa en esos momentos de transición, más que nunca necesita comprensión y apoyo por parte de su dominante...
ResponderEliminarFeliz tarde