He
estado pensando en tí todo el día, mi pequeña sumisa. Has estado ocupando mi
mente y mi corazón de tal manera que me has dejado tranquilo y calmado. He
estado pensando en las breves notas que me enviabas o tu “hola” cuando me saludabas
por teléfono, suspirando como cuando se reza.
He
estado pensando en tí todo el día, mi pequeña sumisa. He estado pensando en
cómo eras el brillo de mi día y cómo me traías sonrisas y risas y, sí, la
cordura en mí día a día. Me aportas calidez y confort mezclados con romero,
menta y geranio.
He
estado pensando en ti todo el día, mi pequeña sumisa. Has estado en mi mente y
eres como una suave caricia de una mano fría y pequeña sobre mi frente. He
estado recordando con la certeza serena que me decías que eras mía, de que me
perteneces. He estado reviviendo cada vez que me decías con tanta confianza:
“Soy suya.”
He
estado pensando hoy en tí, mi pequeña sumisa y sé que has estado pensando en
mí, tranquila y calmada. He estado pensando en las breves notas que me enviabas
o tu “hola” cuando me saludabas por teléfono, suspirando como cuando rezas.
Y
pensaba esta mañana, sigo pensando ahora y seguiré pensando en ti, mi pequeña
sumisa…
El lado emotivo de un Dominante, ese que no todos logran percibir porque siempre se piensa que solo hay ordenes y autoridad, sin saber que detrás hay todo un cúmulo de sensaciones.
ResponderEliminarUn saludo Ben Ali.
Cuánta razón tienes, Ame. No hay que olvidar que en el interior de un cuerpo dominante, también existe un corazón sensible...
EliminarFeliz día
Precioso. Desde luego está bien saber la otra cara de un Dominante.
ResponderEliminarLa dominación no sería lo mismo, si no tuviese su dosis de ternura
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