lunes, 2 de junio de 2014

Bajando

Beso su coño. Rodeo su clítoris con mi lengua. Me tomo mi tiempo, porque lo estoy disfrutando muchísimo. Y también, porque ella, previamente, me dijo que era muy improbable que se llegara a correr de esta manera y, por lo tanto, no hay ninguna razón para apresurar los acontecimientos. No es como si yo estuviera manteniendo su espera.

Creo que no es raro que, incluso, las mujeres altamente sexuales como ella, a veces, les resulte difícil llegar al clímax sólo con el sexo oral. Creo saber cómo funciona esto. Ellas lo disfrutan, se excitan mientras se lo hacen,  piensan que, quizás, conseguirán orgasmar esta vez, pero entonces, se toman un tiempo y empiezan a preocuparse de si el chico se está cansando. Un sobresaliente para él por mantener la marcha, pero, ¿no le está empezando a doler su mandíbula? Una vez que ella empieza a pensar de esa manera, no hay posibilidad de que llegue a correrse. Ella lo perdió. Perdió el momento y ya no goza de sus propias sensaciones, se está preocupando de él. Esto es una parte de lo que hace que, mujeres muy atractivas, se preocupen de cosas como éstas cuando,  en vez de ser un poco más egoístas, les pudieran haber servido para ser una mujer con experiencia. Pero, ellas son de esta manera. Son como son. No siempre, pero sí a menudo.

Después, cuando encontramos una manera diferente para que ellas orgasmen, lo hablamos un poco. (Esta es una de las cosas que tanto me gusta hablar con ella, que está articulada y abierta y siempre preparada para decir lo que ella siente de las cosas, especialmente, las sexuales. Me dirá lo que le gusta o lo que siente por lo que le hago. Creo que este tipo de comentarios no tiene precio).

De todos modos, ella dijo, y por supuesto, estaba encantado, que se sentía muy bien cuando yo estaba bajando por su cuerpo y que, tal vez, ella podría eventualmente ser capaz de correrse, después de todo, de esa manera. Sólo necesitaba relajarse y coger mi palabra, de que no debía preocuparse por el tiempo que se estaba tomando. Le aseguré que yo era mucho más que feliz siguiendo adelante, que era un placer y no una tarea.


Pero, en realidad, es tan agradable jugar con ella haciéndola esperar un rato. Incluso, tengo sentimientos contradictorios acerca de sus orgasmos. Voy a tener que ser cruel y burlarme de ella para hacerla esperar un poco más. Porque una vez que ella haya llegado al clímax, todo habrá terminado y es muy bueno hacer, lo que creo que me gustaría, para que se corra y siga.

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