miércoles, 18 de junio de 2014

La ruptura de una relación

Con los años, he escuchado muchos relatos e historias de mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, que resultaron heridas en sus relaciones D/s debido a una ruptura de la relación.

Muchas de estas mujeres hablan de una inmensa sensación de vacío, a veces, sentida durante meses e incluso años, después de que la relación terminara.

Ahora, hablamos con frecuencia de la profundidad de la emoción y el compromiso que estas relaciones requieren y, está claro, que esto hace que cualquier ruptura, ya sea amistosa o no, es sumamente dolorosa y difícil. Sí, mucho más dolorosa que una ruptura típicamente vainilla.

Pero, hay más. En este tipo de relación, una sumisa invierte enormes cantidades de tiempo y energía en agradar a su dominante. Éste ha sido toda su vida, hasta el punto que le hubiera parecido como una obsesión por un extraño. Es, en gran medida, inherente a la unión en la D/s. Ella acepta la dirección, la orientación, permite otra regla o normas en su vida y, mientras tanto, felizmente satisface sus necesidades más profundas.

De este modo, al abrirse enteramente a su dominante, es inevitable que ella se haga dependiente de su orientación y, por lo tanto, vulnerable. No sólo de una manera romántica y sexual, sino también en su vida diaria, en las actividades cotidianas, en cada cosa que ella haga. Todo lo que ella hace, lleva la marca de su dominante. Así es el camino de la conexión en una relación D/s.

Por lo tanto, cuando esta conexión falla, cuando este vínculo se rompe e, independientemente de la causa, la sumisa pierde mucho más que su dominante, amante o pareja. Además de la angustia y el potencial sentimiento de traición, ella pierde el foco central de toda su vida, la dirección y la voz que guiaba cada cosa que hacía. Y sí, no nos engañemos, incluso una relación de sólo unas pocas semanas o meses puede tener un efecto tan devastador.

Es un vacío, un sentido de estar perdida que es casi imposible de comprender. Y pocas sumisas en esta situación tienen a alguien disponible que quiera comprender lo inmensa que es esta pérdida. Por supuesto, la única persona sobre la que ella ha confiado en todo, se ha ido. Lo cual exacerba el problema. Esto lleva tiempo, no hay una solución rápida y, por supuesto, ni tampoco una receta para la reinserción social de esta.

Las sumisas que pasan a menudo por estas situaciones, se describen a sí mismas como mercancías dañadas. “Nadie me querrá más” o “Yo no era una buenas sumisa.” Un agujero dejado atrás no se puede arreglar y, además no es fácil arreglarlo. (Correr hacia otra relación, aceptar el collar más cercano que se ofrezca, a menudo, de una manera muy tentadora, no es la forma de solucionar el problema. Es, en términos generales, una receta para el desastre).

Lo que se necesita, es una manera de llenar el agujero. Y empieza mucho como una recuperación después de cualquier otro desengaño. Pero, debido a la dinámica de la D/s, el mayor obstáculo y, al mismo tiempo, la cosa más importante para una sumisa es hacerse cargo de nuevo de su propia vida. La naturaleza abarcadora de una relación D/s y la dependencia inherente en la orientación de otro, puede que esto sea sumamente difícil.

Por supuesto, un oído comprensivo y una mano de apoyo pueden hacer la diferencia, algunas veces, una gran diferencia. Pero lo que se necesita es que la sumisa encuentre en el interior de ella misma que la misma fuerza que tuvo para arrodillarse, la use para ponerse de pie de nuevo. No hay un dominante con un cinturón cerca, por lo tanto, ella puede necesitar que le den una patada por detrás.

Es muy posible que algunas grietas se nieguen a desaparecer. Las marcas permanentes se quedarán atrás, aprende de ellas, son parte de una magnífica obra de arte en tu hacer. Úsalas como componentes básicos que son. Parte de la belleza más grande se encuentra en la aceptación y celebración de los defectos y la imperfección de la vida.

No estoy seguro de por qué, de pronto, fui contactado por varias personas que pasaban por este tipo de problema e inquietud. Aprecio que la gente confíe en mí con sus historias. Extender la mano y reconocer el dolor es el primer paso. Encontrar la fuerza para hacerlo sin la presencia y guía de otro dominante en tu vida, es lo próximo. Y a continuación, centrar toda esa magnífica fortaleza de seguir adelante. Esto es difícil, pero la fuerza requerida ya está ahí. Úsala, construye sobre ella y sigue adelante con tus hermosas grietas y todo lo que conlleva.



3 comentarios:

  1. Señor,
    Tiene Usted tantas palabras, tantas cosas en su mente que pugnan por salir.

    Este tema es extremadamente largo, delicado, complejo.
    Pero me gustaría dejar un apunte de mi opinión, Señor.

    Ha dicho Usted la palabra exacta ... DEPENDENCIA.

    Creo que también el final de la relación es una cosa de dos y que el final de la relación debería tenerse en cuenta, siendo tan importante como el inicio de la misma, puesto que estamos hablando de la estabilidad emocional de una persona.

    Pienso, que hay dos cosas que pueden ayudar bastante en como aceptar ese final, en como suavizarlo:

    1- Tener asumido desde el principio que esa relación un día u otro finalizará (y si deriva en una relación más amplia, te tocó el gordo). El hecho de que el Dom participe manteniendo la distancia con su vida personal, el recordárselo de vez en cuando, su propia actitud algo fría durante la relación.

    2- Tener presente y llevar a cabo el alejamiento. De la misma forma en que un Dom se esfuerza para crear ese vinculo durante un tiempo, dedicar otro tiempo similar al alejamiento de la relación "antes de decirlo". Quiero decir que si ha estado 5 meses en conseguir un vinculo completo, dedicar 5 meses a alejarse de esas prácticas cotidianas haciendo que ella no espere sus llamadas o que ella no espere charlar con tanta frecuencia con él. Obligarla a que empiece a ser independiente. Alejarse. Y "después" de esos 5 meses, cuando ella ya está menos apegada, decir y abandonar la relación. El tiempo dependerá de cada persona, pero creo que debería ser proporcional al tiempo de apego. Aunque ... la persona sumisa tampoco debe ser consciente de ello o puede egoístamente aprovecharlo en su beneficio.

    Esto demuestra nuevamente, que a este tema solo deben acercarse las personas con la mente madura, que han reflexionado seria y largamente del tema y que también es responsabilidad de cada uno no aceptar cualquier relación viendo solo la parte física, sino viendo la madurez mental.

    Otra cuestión es quién ni en 3 años es capaz de desapegarse, lo cuál es enfermizo.

    Es un tema muy amplio este Señor, largo de tratar.

    Un saludo Señor.
    zukia_de_AlfaM

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  2. Es seguramente mucho mas sencillo tener la suerte de que un dominante te guie como sumisa a través de ese camino tan dificil como es des apegarte de tu amo, siempre y cuando este amo no tenga otras intenciones porque he visto a muchas sumisas salir de una mala relacion para entrar a otra peor,
    es complicado pero mucho mas saludable salir sola, cuesta mucho, peor aun si tienes que verlo con otras personas, si tu entorno hace que lo tengas que cruzar varias veces, lo mejor seria poner distancia pero realmente es mucho más difícil salir de una relación D/s que de una vainilla.
    A mi me costó mucho tiempo y muchas lagrimas pero ahora puedo decir que me recuperé y esperé para tener otro Amo varios meses,
    al inicio intente apoyarme en otros dominantes pero la mayoría quería usar mi sentimiento de abandono para llevarme a iniciar otra relación y creo que una persona que sale de una relación D/s debe tomar un tiempo antes de iniciar otra.
    un saludo cordial, me gusta mucho tu blog y lo he leido varias veces
    ann

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    1. Buenos días, ann:

      Antes que nada, de agradecerte tu seguimiento. Ya digo en mi blog, que salir de una relación D/s es sumamente doloroso y difícil. No sólo para la sumisa, sino también para el dominante. Aunque éste, por su idiosincrasia, no salga tan afectado en la profundidad que la sufre una sumisa..

      A pesar de lo que escribo en mi artículo, cada caso es muy particular y no vale ningún consejo. No hay una terapia universal para curar las secuelas de una ruptura. Sólo la voluntad y la decisión de salir delante de quien la sufre y el apoyo de quienes la quieren y aprecian, es la mejor de las terapias.

      Estoy de acuerdo contigo que, cuando se produce la ruptura de una relación, es mejor tomarse un tiempo sabático para “enfriar” el impacto y tomar una decisión meditada.

      Feliz día,
      Ben Alí

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