miércoles, 21 de enero de 2015

La expresión consciente del deseo

Algunas veces, son las palabras sencillas las que pueden usarse y definen sólo a la gente que las ha experimentado, a nadie más. ¿Te has preguntado por qué las cosas más importantes son las más difíciles de explicar?
Es la mente de ella la que gime y tiembla, y no su cuerpo, cuando está de rodillas para hacer una felación que realmente quiere. No es el gusto, ni la forma ni cualquier otra cosa. Las sensaciones no provocan que el deseo suceda. Ella había hecho muchas felaciones que eran como una prueba de su destreza. La diversión de la adición de los dientes, la búsqueda de los puntos claves, los lugares donde el cuerpo reacciona y el acto sexual de hacerle una felación a un hombre era para ella muy interesante, pero no era  sexualmente estimulante sólo por sí mismo.
Lo que estimula a la mujer es la intimidad y la vulnerabilidad. El deseo profundo que la despierta deleitándose en estrecho contacto. Su deseo de agradar, para agradar y ser disfrutado. Ese sentimiento de pasión, de juego en estado de embriaguez centrado en el cerebro. La pasión por su compañero de juego que se mueve más allá, “ja, ja, ja… no son inteligentes,” hacia un deseo de profundizar, no sólo para mostrar la habilidad o para complacer sólo físicamente a otra persona. El mero hecho de chupar y que luego adquiera expresión, sentir. El corazón se hace cargo de la estimulación física en su cerebro y el acto se convierte en la expresión del deseo.
La mujer se humedece al darle vueltas a la cabeza y no es porque ella sea una puta de la polla (mucho) o que realmente le guste darle al glande. Ella se humedece porque llega a ese lugar mental. Un sitio donde el deseo de agradar se convierte en sed. Una sed esperando ser saciada. Su corazón lleva a su cerebro a un lugar donde el mero hecho de tocar a su pareja de juego es una llamada mucho más elevada de lo que ella podía imaginar. El acto físico de la caricia no sólo ha ido más allá del placer, sino que está más allá del cálculo de los pensamientos. Es como encontrar un río de fuego y todo lo que puedes hacer es beberlo hasta que explota.
Esta bebida de fuego no es sobre el sexo oral, que sólo es para disfrutar, ni se trata de la estimulación física. Se trata de la intimidad del tacto, del calor de otro cuerpo, de la sed inmensa de estar con él y agradarle.
El acto físico se ha convertido en una expresión mental de la pasión para su pareja. Si ella no está siendo acariciada, esa sensación, su bebida de fuego, se disipa rápidamente, pues la pasión no es del cuerpo, sino del cuerpo de la mente.
Hay otras cosas que se interponen en el interior del cerebro de ella que promueve la pasión, además de las caricias íntimas primarias, pero no son exactamente de la misma clase. Hay muchos elementos diferentes y son todos iguales, aunque no inspirados por las mismas situaciones.
Las reacciones sexuales son comunes. El hecho de que la ropa interior de una mujer esté rutinariamente mojada por la razón que sea, no significa que ella esté debajo o arrodillada todo el tiempo. Sus reacciones sexuales están vinculadas con los sentimientos remitentes en su cerebro y la posibilidad con estos emisores es más increíble que cualquier otra cosa que haya encontrado en toda su vida.
¿Sabes lo que hace que ella se humedezca? El deseo y ver la expresión del deseo manifestado.
Conserva lo perverso.

6 comentarios:

  1. Portentoso poder el de esa boca, sobre el miembro deseado y amado de su Amo

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  2. Solo el Amo puede hacer que la sumisa desee tener el privilegio de tenerle en su boca, y ya no por sexo simplemente sino para agradarle a El y porque El le enseño a desearle ,,, y anhelar el premio de tenerlo en su boca

    mia

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    Respuestas
    1. No te quepas la menor duda, mía, que si el Amo es competente siempre liderará a su sumisa por caminos imprevistos...
      Feliz dia

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    2. No te quepas la menor duda, mía, que si el Amo es competente siempre liderará a su sumisa por caminos imprevistos...
      Feliz dia

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