miércoles, 25 de febrero de 2015

Un toque suave

Hace mucho tiempo, en mis días de juventud, cuando yo era muy verde opinando, conocí a una chica. Ella era genial, el sexo era grande, pero yo no sabía entonces lo que sé ahora. Esto era en los días anteriores a que Internet llegara a ser la cornucopia de la información y estimulación (y, sí, también la desinformación) que es ahora. No había muchas maneras de averiguar sobre el mundo de la perversión y, aunque me interesaba de manera general y teórica, no tenía experiencia en ello.
Ella era una chica inteligente y sentía mi mezcla de interés e ignorancia. Una noche, junto a su cama, ví un libro. Fue “La reivindicación de la Bella Durmiente,” por A. N. Roquelaure. Empecé a leerlo. Si usted no lo sabe, es un cuento de la D/s, una serie situada en una especie de tierra medieval del nunca jamás y trata sobre una chica joven que es secuestrada y sometida a diversas vejaciones por una sucesión de hombres libidinosos. No es una historia tan dura como “La historia d’O,” pero se dice que es ingeniosa y que le interesaría a cualquier persona con predilección por los azotes.
Le pregunté a mi amiga si ésta era el tipo de cosas que le gustaba. Ella era más bien tímida o, tal vez, no lo era. Tal vez, era yo quien era lento en asimilarlo. Recuerdo que le pregunté si se identificaba con quienes los rechazaban o lo asumían. Creo que ella pensó que, más bien, era una pregunta tonta. Por fin, al darse cuenta de que yo lo necesitaba, ante mi ingenuidad, ella me dijo en la mitad de la noche: “Azótame.”
Ahí es donde empezó todo. Supongo que el tema de esta pequeña historia es que yo tenía instintos hacia la dominación, pero, al no comprenderlo, y no tener seguridad de que en caso de que los manifestara, no serían bien recibidos. Realmente, no me imaginaba que existieran chicas que en aquella época quisieran ser azotadas y que yo tuviera ya una licencia para hacerlo, si me sentía tan atraído. Así pues, tuve que ser introducido a este mundillo por una chica que me comprendía mejor de lo que yo mismo me comprendía. Huelga decir que siempre he sido agradecido por eso.
Y así, querido lectora, si tienes un hombre que crees que pueda tener algo de dominante en él, puedes ser capaz de sacárselo poniendo alguna lectura de este tipo en su camino. Sé que es difícil sentarle y decirle cara a cara exactamente lo que quieres que haga por tí. Entre otras cosas, porque si se presenta como algo que deseas, en lugar de algo que él quiere para sí mismo, no va a funcionar muy bien. La mujer sumisa quiere ser cogida, controlada y “forzada.” Ella no quiere ser obligada. Pero si dejas algo en su camino, algo que ponga ideas en su cabeza, él puede querer azotarte por sí mismo.
No puedo garantizarte que esto funcione. Como he dicho muchas  veces, si él no tiene una gota de dominante en su cabeza, tú no puedes ponérsela. Pero, puede ser que la fuente esté a la espera de ser explotada.


2 comentarios:

  1. Se nace o se hace? para mi se nace, una cosa es despertar aquel sentimiento dominante, pero como usted dice SR., si no lo tiene asi le ponga muchas indirectas en su camino entenderá.... lo sé por experiencia porque solo por abrirme un poco de algo que he sentido desde hace mucho tiempo atrás, ahora soy catalogada de loca, y tengo que ocultarme para leer, para aprender, o para investigar, porque si por una sola razon me olvido una página abierta me dirian que la loca volvió, así que solo puedo decir que el sentimiento se despierta no se siembra...

    buen dia Sr.
    mia

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  2. Se nace,totalmente....como mia por mas que lo intentes si la otra persona no le gusta essto no hay nada que hacer.
    Mia,no consientas que nadie te tache de algo por tus gustos sexuales,muchas veces los que lo hacen es que por desinformacion y unos valores que serian discutibles.En mi entorno lo saben solo dos personas pero he tenido la suerte de que me comprenden y apoyan.
    La historia una vez mas preciosa;fue una entrada muy dulce....
    eva.

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