viernes, 24 de abril de 2015

Acto de exhibicionismo

Aquí hay una paradoja. Todavía no la he visto desnuda en sus propias carnes, pero sé que cuando lo tenga que hacer, no voy a tener problemas para que se quite sus ropas. Cuando chateamos online, ella es tímida y reacia a mostrarme algo de su cuerpo. Debería ser al revés, ¿no? Cuando la veo por la pantalla del ordenador, ella está a medio mundo de distancia. Puedo verla, pero no tocarla. Ella no se expone a ningún peligro de que al quitarse algunas prendas, la vayan a llevar a alguna parte donde ella no quiera ir.
Creo que la mayoría de las mujeres tienen un lado exhibicionista. Saben lo mucho que a los hombres les gustan mirar y conocen y disfrutan de la cantidad de poder que esto les da. Incluso las mujeres sumisas pueden sentirse de esta manera. A ellas, les gustan bromear, les gustan excitar. Y sin embargo, ella es tímida, casi virginal en la forma que se sonroja y ríe nerviosamente y se aleja si aleja si hay sólo una pizca de que yo pudiera pedirla que me mostrara algo. Tal vez, haya montones de mujeres sumisas que no son de esta manera. Tal vez, esperan impacientemente a que su dominante les vaya a hacer cosas malas. Y tal vez, en el fondo, en un lugar de su mente no accesible para mí, ella es la misma. Pero, no es obvio. Todavía, no.
No digo que en la carne no exista también la timidez. Creo que ella no es alguien que alardee de sí misma. Pues sabría que yo intentaría follarla y que no habría un punto interminable en retrasar que se mostrara por sí misma. Ya que, en la pantalla del ordenador, no hay un resultado final. Solamente existe el baile.
¿Estaría ella vacilando en la pantalla porque teme que yo no pueda estar solo buscando, sino grabando y guardando imágenes de ella sin saber para qué fin? Creo que ella confía en mí, que yo nunca haría mal uso de cualquier imagen que yo tuviera. Por lo tanto, no creo que esa sea la razón.
Creo que parte de esto es vanidad. No es tanto que yo pueda verla. Es que ella puede verse a sí misma en ese pequeño marco cuadrado de la pantalla que te dan en el chat. Ahora bien, es admitido de una manera general, que las mujeres proclives a la vanidad. Se preocupan por cómo las ven los demás, a otras mujeres y a los hombres. Ellas quieren parecer lo mejor posible.
Si usted está presente físicamente con un hombre, ciertamente, espero que le guste lo que ve. Pero, la inmediatez y la excitación de la situación son aptas para superar sus pensamientos híper críticos sobre su apariencia y, de todos modos, no puedes verte a tú mismo (a menos te avisen de un vistazo en el espejo, lo cual es bien sabido).
Mientras que en online, existe esa foto tuya todo el tiempo. ¿Está manchado tu maquillaje? ¿Es tu peinado el más adecuado? Seguramente, ese no esté mostrando las raíces. Esa luz favorece tan poco a la sombra de tu nariz. Sin duda, ¿tus ojos son un azul más intenso en la vida real? Entonces, si no fueras a quitarte algo, ¿cuánto más crítica sería usted con su apariencia? ¿Le gusta mis tetas? ¿Son demasiado grandes? ¿Demasiadas pequeñas? ¿No tienen del todo la forma correcta? ¿No son tan firmes como deberían ser? ¿Cómo solían ser? Etc.
Lo cierto es – lo sé – y creo que ella sabe demasiado y que, con el tiempo, tendré mis maneras o mi estilo. Eventualmente, el último vestigio de la modestia será desnudado. De lo que tarde en llegar, es una cuestión de tiempo. Soy muy paciente. Y es porque no quiero que ella haga las cosas bajo presión. No quiero que ella se exhiba siempre porque ella pueda pensar que me decepcionará si no lo hace o porque tenga miedo de que me enfade por su timidez. Sin importar el tiempo que haga falta, quiero llevarla al punto cuando ella esté preparada para ofrecerse por sí misma. Cuando ella quiera complacerme tanto que hará cualquier cosa que yo le pida.
Incluso más que eso. Quiero que ella desee que yo la vea desnuda. Quiero que lo anhele. Quiero que ella desee ofrecerse online, que sea tan impaciente de modo que yo le pida cosas y que me lo enseñe todo, que no haga nada mientras la miro. El mayor placer para mí, no está en verla. Está en saber que ella quiere que yo la mire. A pesar de todos sus instintos hacia la modestia, saber que quiere que yo me entregue a ella. Y entonces, habrá un placer exquisito extra para mí. Cuando oiga su petición:
“¿Por favor, señor, puedo desnudarme para usted?”
Tal vez, le responderé:
“Ahora, no, chica. Tal vez, más tarde.”


10 comentarios:

  1. Hola,unas reflexiones muy buenas...las mujeres siempre queremos que se nos vean favorecidas.

    El mundo del online es muy delicado y usted mismo lo dice,una grabacion,se puede publicar.....
    Pero estoy segura de que podra conseguir de ella lo que quiera con paciencia y mano firme.
    Buenos dias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soy de la opinión que el dominante tiene que armarse, por regla general, con mucha paciencia para llevar a su sumisa. Zamora no se consiguió en una hora, dice el proverbio.

      Buen día

      Eliminar
  2. Realmente eso sería cruel, pero usted si que sabe lo que debe hacer un dominante. Y por supuesto, una sumisa deberá complacerle, tanto si se tiene que desvestir o no y en qué momento...tarde o temprano una sumisa quiere complacerle. Ser una mujer obediente... buenos días.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces, el dominante tiene que ser "cruel" con su sumisa...no todos son rosas en una relación D/s.

      Feliz día

      Eliminar
  3. oooh....qué maloo si le dijera eso justo cuando la ha llevado al punto al que quería! >_<

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Depende de cómo fuera ese momento con la sumisa, así actuaria...

      Me gustan tus comentarios...

      Feliz día

      Eliminar
  4. Yo esto no lo veo cruel. A mí realmente me pone cuando me dicen que no... je je, si me lo dicen con una sonrisa y "algo" me dice que es para que el deseo aumente. :)
    rarita

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. rarita, me da impresión que conoces muy bien la psicología de tu dominante...

      Feliz día

      Eliminar
  5. No es qué ni quien pida sino el medio en el que se pide.....ella confía, en persona es fácil, se siente a salvo en la intimidad de los dos....online no, no estamos solos, estamos expuestos a que nos roben el móvil con fotos comprometedoras o que accedan a nuestro ordenador y roben información o que nos graben y el día de mañada quien sabe que se hará con eso.....la parte online nos ayuda por una parte porque tras nuestro nick nos sentimos protegidos, pero ya cuando intercambiamos información personal empieza a ser una losa porque no sabemos exactamente cuantos pueden tener acceso a ella ni con que intención

    Ana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ana:
      Como todo en la vida, el mundo Online también tiene sus pros y contras. Nadie estamos libres.

      Pero, la realidad es que cuando accedemos a chatear con nuestra sumisa o dominante, corremos ese riesgo.

      Gracias por comentar.

      Buen día

      Eliminar