Tengo que decir que a la mayoría
de las mujeres sumisas, les gustan el Dominante estricto, el que controla.
Porque añade mucho más a sus vidas. Pero, más que el control estricto del
Dominante, les encanta el Dominante sensual. Suele ser amable, tranquilo y
cariñoso. Te mira a los ojos y piensas: “Dios mío, este hombre me quiere.” Él
deja un efecto muy duradero en tu psique.
Él te besa con profundidad,
como si quisiera absorberte por completo. Te toca como si fueras de un
chocolate divino. Él quiere ver cómo te retuerces bajo su tacto. Quiere verte
alegre. Él no tiene la necesidad de convertirte en algo que no eres. Sólo te
mira con sus ojos, puede verte, toda, si puedes observarle que mira
profundamente en tu alma. A él, le gusta lo que ve. Te acepta. Te mira como si
él quisiera estar allí para tí.
El Dominante sensual es tu
amigo. Es tu protector. Es tu amante. Es tu apoyo. ¡Pero, tú eres de él! Tú no
puedes dejar de hacer lo que él quiera. Él sacará a la mujer buena y obediente
que hay en tí. Con sólo mirarte, él te da tanta fuerza interior positiva que
quieres complacerle como sea. No puedes dejar de obedecerle. Te trae tanta
alegría a tu corazón que sientes cómo debe pagar su generosidad.
El Dominante sensual es un
tipo de dominante especial. Es el más fuerte de todos ellos. Él puede presionar
todos tus botones y como una bomba, hacer que explotes, pero en vez de ello, te
elige para ser su apoyo, su roca. Él da y da, no por razones personales, sino
sólo porque es generoso. Él se siente completo cuando sabe que tú reconoces que
te está protegiendo y cuidando.
No te dejes engañar por el
carácter amable y tierno del Dominante sensual. Él está por encima de todo. Por
encima de cada palabra, y más. Pero cuando decide disfrutarte, ten por segura
que sabrá cómo gozarte, y la forma de que disfrutes. En particular, te elegirá,
porque puedes darle exactamente lo que él necesita. Sólo quiere a una mujer que
sea capaz de entregarse a él y darle las llaves por sí misma. Ella se somete
por completo a él. Ella está ahí, porque tiene que cuidar de él y de sus
necesidades. Sí, tiene que…algo desconocido dentro de ella hace que quiera
ponerle por delante de sí misma. Esta dinámica sólo funciona, porque mientras
ella se entrega a él, éste se lo devuelve con amor, protección y sensualidad.
Mi único comentario: El Príncipe azul pervertido que yo quiero... :)
ResponderEliminarBuenos dias
Cuando era pequeña y estaba jugando, oía la voz de mi abuela llamándome. Ay! iba, claro que iba, porque sabía que había que ir, pero iba fastidiada y refunfuñando por dentro. "A ver, qué hay que hacer, dímelo y lo hago rápido y sigo a lo mío". Pensaba. Esto es obediencia pura y la practico lo justo y necesario.
ResponderEliminarPero en esta entrada se habla de otra cosa. :)
Hay hombres que tienen la capacidad de sacar lo mejor de mí misma. Mi fuerza interior y lo que yo soy. Noto que bajo su halo brillo más. Incluso que ese vestido me queda mejor, por la postura, por la sonrisa o por la seguridad al ponérmelo.
También pueden colarse en mi cerebro y vivir allí como un "okupa". Impregnar cada momento de mi vida, hasta cuando absorbo el olor de la ropa limpia al recogerla....
Son hombres seguros, que me dan seguridad. Y tranquilos, más que yo, y eso le sienta bien a mi alma.
Cuando un hombre así me dice: "esto no lo estás haciendo bien", tengan por seguro que todos mis sentidos se focalizan en comprender su punto de vista. Y todo mi sistema cognitivo trata de encontrar la manera de hacerlo mejor.
Pero sobre todo me acepta, me disfruta. Me gusta darle porque me gusta su sonrisa. Incluso cuando la situación requiere un gesto serio, puedo intuir su sonrisa interior.
Feliz día, Ben Alí. Y también a todos los lectores.
rarita